Princesas dragón, Criaturas mágicas, de Pedro Mañas

Princesas dragón, Criaturas mágicas¿Os acordáis de las Princesas dragón? Os hablé de ellas aquí hace poco.

Las princesas dragón es una serie de libros para los peques que ha sacado SM y que como os decía, tiene pintaza. Se trata de una saga de princesas atípicas, nada de niñas cursis y repelentes. Nuestras princesas dragón son chicas guerreras, con valores y dispuestas a hacer lo que esté en sus manos para que todo salga bien.  Así sí que da gusto leer sobre reinos lejanos y princesas, ¿verdad?

Que yo sepa, hasta ahora hay tres libros de la colección: El misterio del huevo dorado, El pantano de las sirenas y Su majestad la bruja. Pero, además de estos libros, SM ha tenido la genial idea hacer dos libros de pegatinas sobre las princesas dragón: Rumbo a Nanabu y el libro que hoy os comento, Princesas dragón, criaturas mágicas.

Ya sabéis que me gusta leer y reseñar esta clase de libros para luego dejárselos a mis sobrinos y que ellos los disfruten. Lo que no saben ellos es que la tía treintañera a veces disfruta incluso más que ellos leyendo literatura infantil y juvenil. Es que el mundo editorial para niños y adolescentes es una gozada hoy en día, yo no recuerdo libros tan atractivos cuando era pequeña, la verdad.

¿A qué niño no le gustan las pegatinas? No conozco a ninguno que no disfrute con ellas. A mí también me encantan, no os voy a engañar. Eso sí, he guardado la compostura y no he despegado ni una de ellas, porque si no mi sobrina se enfadaría conmigo. ¿Para qué iba a querer un libro de pegatinas usado? Así que he sido buena.

En Princesas dragón, criaturas mágicas, Pedro Mañas ha creado un divertido y muy entrentenido cuaderno de pegatinas para exprimir al máximo la fantasía de los niños. Y es que las Princesas dragón, a lo largo de sus aventuras, se topan con muchas criaturas mágicas en lugares de lo más extraños: el Bosque del Este, la Cueva Pestilente, el Desierto del Sur, El Pantano Salado, el Refugio para Cachorros peligrosos, el Mar del Oeste o la Guardería de dragones. Como veis, sitios de lo más interesantes.

Con más de diez páginas repletas de pegatinas, la diversión está garantizada.

Creo que deberíamos cambiar el dicho de “más feliz que un niño con zapatos nuevos” a “más feliz que un niño con un libro repleto de pegatinas”. Eso sí que es felicidad.

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