Solterona

Solterona, de Kate Bolick

solteronaNominalmente el contenido del libro es bastante fiel al título, o más bien al revés, pero no debe uno fiarse de las apariencias. No es por hacerme el original pero en mi opinión aunque Solterona habla de la soltería femenina de lo que trata en realidad es de la libertad. De la libertad de ser quien se quiera ser, de construir su propia vida, de rebelarse frente a las convenciones y ser fiel, principalmente, a uno mismo y sus sueños. Así que este de Kate Bolick es un libro poderoso, porque derriba prejuicios, y también peligroso porque no es descartable que cuando lo cierre usted sienta unas irrefrenables ganas de dejar su trabajo y hacer ese master en biología marina que siempre supo que era su verdadera vocación, por poner un ejemplo. Que a lo mejor lo que quiere es poner una mercería, o adoptar un gato. Es indiferente, este libro le dará no sólo las ganas y los argumentos que necesita, también le dotará de un aparato argumental que ya quisieran para si muchos de los iluminados que tratarían de que hiciera lo contrario. Y entiéndanme bien, si esa pretensión o ese deseo no tuviesen más soporte racional que “porque me da la gana” sería igual de respetable que el de Kate Bolick, pero ella ha sido capaz de dotarlo de un respaldo intelectual francamente apabullante que le aporta un atractivo casi magnético.

Pero soy muy obediente y siempre estoy dispuesto a seguirle el juego a una autora de talento, y Kate Bolick lo es, así que aceptaré el pulpo de que Solterona habla de la soltería voluntaria y consciente de las mujeres libres y haré yo también como que habla de eso. Porque lo hace y lo hace muy bien, nos invita a navegar a través de su propia vida, cosa que hace con una sinceridad y una honestidad desacostumbradas, y de la de las cinco mujeres (nominalmente son cinco, pero habla de bastantes más) que ella llama “sus despertadoras” y que le sirvieron como acicate y punto de partida tanto en la investigación de la que nace este libro como de su propia vida. No les voy a engañar, a mí ese término de “las despertadoras” no me gustó nada desde que lo leí por primera vez, me sonaba a retórica de libro de autoayuda (algo de lo que la propia Kate Bolick se ríe en varias ocasiones en el libro), pero según fui avanzando en la lectura tuve que despejar completamente ese fantasma. Solterona es un libro serio, argumentado, documentado, con rigor de obra académica pero ritmo, emoción y humor de obra de ficción. Sea como fuere las vidas de todas ellas son apasionantes y su lucha, porque fueron todas mujeres comprometidas, más aun. No es que sea una historia del feminismo en Estados Unidos, es un libro más comprometido que militante en el sentido de que no es panfletario, pero si lo fuera, dado el talento con el que está escrito, sería igualmente bienvenido. En mi humilde opinión es simplemente un ensayo sobre la libertad y la justicia que la sociedad habitualmente le niega a quienes la buscan. Si eso me convierte en feminista, bienvenido sea, lo tomaré como una inmerecida distinción.

Respecto al estilo, diría que Kate Bolick es una digna heredera de esa tradición elegante al tiempo que divertida, contundente y caustica cuando es necesario a la que me refería en la reseña de Colgando de un hilo que tuve el placer de publicar a primeros de año. Dorothy Parker, la autora, es citada en Solterona, aunque no es una de las despertadoras, y a mí me la ha recordado mucho, especialmente por su humor. Y dicho así parece un dato más pero quisiera hacerles notar que estamos frente a un ensayo, no un libro de relatos, y no me parece que sea una observación en absoluto irrelevante.

Y tiene aún un plano de lectura más que si bien no es el objeto principal del libro, no puede pasarse por alto como atractivo del mismo. Kate Bolick nos hace visitar todas las localizaciones (New York, Boston, Newburyport…) y conocer su ambiente y su sociedad como si realmente paseáramos por sus calles y tuviéramos que ganarnos la vida allí. Como relato costumbrista es también impagable. Y como reflexión sobre las relaciones familiares, especialmente madre-hija, también. Cito Newburyport, su ciudad natal, porque es importante en el relato y porque está cerca del río Merrymack, y no es algo que un devoto de Thoreau pueda dejar de señalar. Entiéndame el guiño quienes gusten hacerlo.

En fin, creo sinceramente que con Solterona estamos ante un libro necesario con el que, si se decide a adentrarse en sus páginas, pasará un muy buen rato. No olvide sus peligros, este libro le dará tantos argumentos como desee para defender su libertad, para buscarse a sí mismo y sea lo que quiere llegar a ser. Aparentemente a Kate Bolick le ha ayudado y sólo espero que ella desee seguir siendo escritora, aunque me gustaría que deseara serlo de ficción, porque su elegante y divertido sentido del humor es un filón que no tengo la menor intención de perder de vista.

Andrés Barrero
@abarreror
contacto@andresbarrero.es

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