El tiempo que querría

El tiempo que querría, de Fabio Volo

el-tiempo-que-querria

El otro día, estando en mi casa, me llegó un paquete. Suelo recibir libros de forma más o menos habitual, pero éste tenía algo de especial. Sabía que me llegaría el libro, pero no sabía de qué novela se trataba. Al abrir la caja, me encontré con El tiempo que querría, acompañado de un bonito reloj de arena. Según reza la portada, más de un millón de copias en Italia la avalan. El autor, Fabio Volo, es un hombre todoterreno en el país transalpino; es escritor, actor, presentador, doblador y locutor de radio.

Una vez leída la contraportada (y visitando la página que tienen en Facebook, que os recomiendo), veo que me encuentro ante una novela muy intimista, quizá tirando al género romántico. Sé que es un territorio poco visitado por mí. Con algo de miedo, como quién anda hacia lo desconocido, inicio la lectura. Sorprendentemente, ese recelo desaparece con los primeros pasos, sintiéndome desde el primer momento como en casa. Una sensación de familiaridad me envuelve durante el tiempo que empleo en la lectura, algo no muy habitual con los libros que leo.

 

Lorenzo, nuestro protagonista, siempre tuvo problemas con su padre, al que admira, pese nunca ha tenido coraje (ni palabras) para decírselo. También tuvo un gran amor, “Ella”, que le abandonó hace dos años debido a la incapacidad de Lorenzo para demostrar sus emociones. Pero dos llamadas repentinas (su padre tiene cáncer y “ella” se va a casar), darán un giro a su vida, convirtiéndose en una contrarreloj en la que intentará recuperar el tiempo perdido, ese que nunca vuelve, pero que a veces no dejamos de buscar en forma de segunda oportunidad

El tiempo que querría son dos historias en una. Por un lado, tendremos la historia de amor entre Lorenzo y “ella” (mujer enigmática, de la que sólo al final descubriremos su nombre), un amor que se extinguió hace dos años, y de la que nuestro protagonista nunca se recuperó. La otra historia cuenta la relación de Lorenzo con sus padres y con su pasado; un pasado difícil, lleno de sufrimiento, trabajo y precariedad. Fabio Volo entremezcla las historias con maestría, evocando pasajes de la vida de Lorenzo poco a poco. Conoceremos su infancia, su primer amor, su dura adolescencia, su éxito en el trabajo, los problemas de comunicación con sus seres queridos…

Según la contraportada, El tiempo que querría es “una novela … con un protagonista al que todos reconoceremos y con quien nos podemos identificar …”. Como estrategia de marketing suena bien, pero llevarlo a cabo es muy difícil. Pero yo he sido el primer sorprendido al ver reflejado en el libro muchas situaciones vividas con mi padre o con mi actual pareja. Más de una vez he tenido que parar mi lectura, con la sensación de estar leyendo un pasaje sobre mi propia vida, y no sobre la descrita por Fabio Volo en su novela. Todo ello contado de una forma natural, sin artificios.

Fabio Volo nos ofrece una historia personal, de amor, de odio, de perdón y de búsqueda del yo que todos tenemos, pero que nos cuesta muchas veces encontrar. El tiempo que querría es de esas lecturas que se disfrutan en soledad, leyéndola en tu rincón favorito de la casa, e introduciéndote en el personaje de Lorenzo, al que compadeces, y con el que llegas a sufrir verdaderamente.

Como culmen, la obra está llena de referencia a grandes escritores, pintores y grupos de música. Sin duda El tiempo que querría estará en mi sección de libros recomendados, pues me ha hecho recordar cosas que tenía olvidadas.

LO MEJOR: Una novela sencilla, pero que llega a emocionar realmente.

LO PEOR: No deseas que acabe, y encima es tan corta…

César Malagón cesar@librosyliteratura.es

7 comentarios en «El tiempo que querría»

  1. me ha gustado mucho mucho, voy a ver si el otro libro que he visto de él también es así. Y sí es verdad, te puedes identificar muy facilmente con él. Conclusión del libro: hay que aprovechar la vida y perdonar y amar.

    Responder
  2. Mi comentario llega casi dos años después de la publicación de esta entrada. Pero es ahora cuando acabo de descubrir este libro, llevo leído algo más de la mitad, y tengo que escribir algo sobre él, porque me está gustando muchísimo.
    Los libros que más me llenan son con los que puedo identificarme, y muchas veces me he visto reflejada en situaciones vividas por el protagonista.
    Me gusta la historia de Ella, pero me emociona mucho más la de los padres. Será por ese sentimiento de deuda y de culpa que algunas tenemos con los nuestros.
    En fin, que uno de los mayores placeres para mí es descubrir libros como este, que me sorprendan y me parezcan tan cercanos.
    Un saludo.
    (Y gracias por este blog y vuestras reseñas y comentarios, que me resultan tan útiles a la hora de seleccionar los libros que leeré)

    Responder
  3. Hola Esther. Gracias por tus comentarios y tus palabras. Mucho de lo que dices se parece a lo que yo sentí cuando leí la novela. ¿Ya la has terminado? Espero que te haya gustado lo mismo que cuando ibas por la mitad de la misma.
    Un saludo!

    Responder
    • Sí, ya lo terminé, y debo decir que me ha encantado. Puede que no sea una obra maestra literariamente hablando, pero debe de ser que ha tocado mi punto débil. La dificultad para decir a nuestros padres cuánto los queremos y la duda de si ellos estarán orgullosos de nosotros o les habremos decepcionado como hijos… No podía parar de llorar al leer estos capítulos…
      En fin, que seguiré pasando casi todos los días por aquí para ver las entradas recientes; espero seguir llevándome buenas sorpresas con nuevos títulos y autores.
      Un saludo y gracias otra vez.

      Responder
      • ME alegro que te haya hecho sentir todas esas cosas el libro, Esther. Fabio Volo sabe conectar muy bien con sus lectores, fijándose en los pequeños detalles, que pese a ser pequeños son muy importantes.
        Si te ha gustado “El tiempo que querría”, seguro que te gustará su siguiente libro, “La primera luz de la mañana”, que reseñé en el blog el verano pasado. Este segundo libro está más enfocado al sector femenino, pero aún así no me disgustó para nada.
        Saludos!

        Responder

Deja un comentario