Hellblazer 9. La maldición de los Constantine

Hellblazer 9. La maldición de los Constantine, de Peter Milligan

Tenía muchas ganas de hablar de Hellblazer. Uno de los cómics más longevos del sello Vértigo, sello que, para los que no lo sepan, es una división de DC dirigida a un público adulto por género, contenido y forma de contar las historias (sexo, crimen, terror… you know…).

Hasta hace poco era el único que permanecía en Vértigo, pero según tengo entendido, al llegar al número 300  (seguramente el tomo 10, el siguiente al que nos ocupa en esta reseña) Hellblazer abandonará también el sello para pasarse a la corriente mainstream de DC. Entonces Hellblazer pasará a llamarse Constantine y  no sabemos si su personalidad e historias serán edulcoradas o mantendrán su tono característico. Sería una putada que, por intentar vender más cómics, se traicionara la esencia del personaje más cínico, carismático y fumador del noveno arte.

Hellblazer ha pasado por muchas manos desde su creación y no todas buenas (no pude con los primeros números de la mano de Delano). Siempre he oído/leído, sobre esta colección, que lo mejor es que se lean aquellos números de los autores que te gustan. Y no va del todo mal el consejo, pero si no te arriesgas con autores que no conoces, puedes perderte también buenas obras.

¿A que parece que soy todo un experto en Hellblazer? Pues nada más lejos. Comencé a leerlo a finales del año pasado, y me enganché. Las sagas de Ennis, Carey, Diggle y ahora la de Milligan, son de lo puto mejor que he leído en cómic, y me queda mucho que descubrir aún.

Y todo este preámbulo para no haber dicho aún nada de la historia… ¿Quién es Constantine? Desde luego, NO es Keanu Reeves, (su físico está inspirado en Sting). Constantine es un mago, o un exorcista, o un hechicero, o un detective de lo oculto, llámalo como quieras. Ha visitado varias veces, literal y metafóricamente, el infierno y ha luchado por su alma o la de otros.

Viste siempre una gabardina, camisa y corbata y difícilmente se le verá sin un cigarro. No pierde el humor ni la ironía, ni aún cuando su vida pende de un hilo y aquellos a los que quiere suelen acabar mal. Muertos. O peor: en el infierno. Todo eso le hace cargar con un peso a sus espaldas del que difícilmente puede librarse. Además, tiene fama de estafador por salir bien parado con sus trucos  y artimañas en los encuentros que tiene con elementos sobrenaturales.

Este es nuestro hombre. Este es John Constantine.

Hellblazer 9 , La maldición de los Constantine, de Peter Milligan es una gran historia en donde Constantine es el mismo de siempre. Tras abandonar una racha de mala (malísima) suerte, es un hombre felizmente casado con una mujer bastante más joven que él. Pero poco dura la paz cuando una serie de crímenes dejan unas pistas que incriminan a Constantine de forma directa.

A pesar de ser el noveno número de Milligan, puede leerse sin haber leído los anteriores. Te perderás algo, pero serán matices propios de los personajes, que no afectan al desarrollo argumental de este tomo.

El inicio del tomo ha sido particularmente gracioso. Ver a Constantine celoso cuando un tío intenta ligarse a su mujer era algo nuevo y Milligan lo ha enfocado de una manera que, a mí, me ha hecho muchísima gracia. A su mujer, la de John, no tanto…

Y justo después de eso, ¡zas!, nos metemos de lleno en las cloacas de Londres, donde hay un cadáver con una particularidad que no desvelaré…

Como siempre, Constantine deberá hacer su trabajo de detective de lo paranormal con sus diálogos ingeniosos y la típica voz en off que nos va narrando lo que piensa, lo que hace, lo que siente…con su también típico vocabulario con alguna que otra palabra malsonante que enriquece la narración de una forma creíble y cercana.

A medida que la trama discurre (y te engancha) y asistimos a la interacción de Constantine con los secundarios, vamos descubriendo una narración llena de sorpresas (y no sólo por su parte. Su mujer, Epiphany también corre una aventura paralela) que deja un sabor más que bueno en la boca.

La forma de narrar de Milligan, ese inicio que ya desde la primera página presagia que algo va a ocurrir, el desarrollo y el carisma (añadido) que le imprime a nuestro Constantine, son una delicia.

El dibujo de este Hellblazer 9 de Milligan es bueno, claro, bien definido y entintado. Atrae a los ojos y apoya a lo que se nos cuenta.

El guión también es bueno, y, aunque me ha parecido, tal vez y solo tal vez, un poco precipitado el final, no ha estado nada mal.

Es otra historia más de nuestro cínico preferido. Una muy buena historia, envolvente como casi todas las del personaje, que merece leerse.

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