Semblanza 09: Philip K. Dick

Semblanza 09: Philip K. Dick

Ir al encuentro de uno mismo y preguntarse quién es el que se acerca. La frase es de Emmanuel Carrère, autor de una peculiar e interesante biografía de nuestro protagonista, y puede servir para acercarse a lo que Dick sintió durante toda su vida, desde que Jane, su hermana melliza, murió un mes después de nacer. Sus padres también grabaron el nombre de Philip en la lápida, con la fecha de nacimiento, un guión y un espacio en blanco que se llenaría 53 años más tarde, tras una existencia marcada por los problemas mentales y la inquietante sensación de que era su hermana quien estaba viva, mientras que los demás, incluido él mismo, estaban muertos.

philip-dickPhilip Kindred Dick nació en Chicago en 1928. Sus padres se divorciaron cuando tenía cinco años (luego él mismo seguiría la tradición hasta en cinco ocasiones). Philip se quedó con la madre y los dos se trasladaron a Washginton, aunque pronto regresaron a Berkeley, en donde Dick estudió y trabajó en una tienda de discos, una de sus grandes pasiones. A menudo se enorgullecía de su conocimiento de la música clásica, incluso dicen que era capaz de adivinar el nombre de una pieza, una sinfonía o una ópera con tan sólo escuchar los primeros acordes. Publicó su primer cuento con 24 años, en 1952. Pronto se hizo en hueco en diversas revistas pulp. Once años más tarde ganó el Premio Hugo gracias a la novela El hombre del castillo, lo que le permitió obtener el reconocimiento del mundo de la ciencia-ficción, aunque no sirviera para mejorar su economía. A lo largo de su vida escribió centenares de cuentos (cinco volúmenes en Ediciones Minotauro) y más de treinta novelas. La más conocida de ellas es, sin duda, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, historia en la que se basó Blade Runner, la mítica película de Ridley Scott cuyo estreno en 1982 Dick no llegó a disfrutar. Pero hay muchas otras novelas, además de los cuentos, que merecen una lectura: Ubik, Los tres estigmas de Palmer Eldritch, Fluyan mis lágrimas, dijo el policía o La penúltima verdad, mi preferida. En ella, gran parte de la población mundial vive en tanques subterráneos fabricando robots y armas para la guerra final que se lleva a cabo en la superficie. Pero la guerra hace años que terminó, no es más que un simulacro creado por un grupo de poderosos para mantener una ficción que los humanos toman como realidad. ¿Os suena?

[Haz click en “Leer más” para seguir leyendo la semblanza]

 

Si bien Dick es considerado por muchos un autor menor en cuanto a su calidad y estilo literarios, lo que es indiscutible es la magnitud de su imaginación y la influencia que ha ejercido en un número importante de escritores, no sólo de ciencia-ficción. Vivió y escribió en una época y un país en los que la ignorancia y el miedo transformaron la sociedad en una paranoia colectiva que se vio potenciada en Dick debido al uso y abuso de anfetaminas, LSD y todo tipo de medicamentos. En cuanto a esto, es importarte mencionar que en aquellos años, en Estados Unidos, sustancias como el LSD (comercializado hasta 1966) eran vistas como un camino legítimo hacia el psicoanálisis y eran utlizadas por un buen número de psiquiatras . Un ejemplo: Cary Grant, en un alarde de perspicacia,  llegó a declarar en la revista Time que había cambiado completamente su visión del mundo y de sí mismo desde que, un par de veces por semana, se sometía a sesiones con ácido lisérgico. Dick, como muchos otros, se pasó de sesiones. Vivió una serie de experiencias religiosas que le obsesionaron hasta su muerte. La teología, la filosofia oriental y la metafísica llenaron su mente y le suscitaron ideas que la mayoría calificaba de vulgares iluminaciones provocadas por las drogas y la paranoia.

En cualquier caso, Philip Dick ha pasado a la historia de la literatura como uno de los autores más importantes si hablamos de ciencia-ficción, un género que él ayudó a extender, como Lem, como Huxley, como muchos otros que no me atrevo a nombrar por no ser, ni de lejos, un lego en la materia. Gracias a Dick me introduje en un género que, según sus palabras, debe estimular el intelecto de lector, invadir su mente y abrirla a la posibilidad de algo que hasta entonces no había imaginado. Casi nada.

philip-dick2

1 comentario en «Semblanza 09: Philip K. Dick»

  1. He leído algunas de sus novelas y me han gustado mucho las adaptaciones para el cine, desde Blade Runner hasta The ajustment Bureau. Recuerdo que comentaban su influencia en Eternal sunshine of the spotless mind o en Inception (dos obras de arte para mí).

    Un placer recordarlo con tu semblanza

    Besos

    Responder

Deja un comentario