4321, de Paul Auster

4321Leer 4321 se hace fácil, que a nadie le asusten, ni el nombre del autor, ni las casi mil páginas que nos ofrece en esta historia tan, tan austeriana. Dicho esto y por poner un poco las cosas en su sitio, algo que con este autor nunca es fácil, estamos hablando de una novela que está llamada a ser una de las grandes novelas americanas, esas que les hacen comprenderse más a ellos mismos y al resto de la humanidad conocerlos un poco mejor.

“Según la leyenda familiar, el abuelo de Ferguson salió a pie de Minsk, su ciudad natal, con cien rublos en el forro de la chaqueta, y pasando por Varsovia y Berlín viajó en dirección oeste hasta Hamburgo, donde sacó billete en un buque llamado The Empress of China, que cruzó el Atlántico entre agitadas tormentas invernales y entró en el puerto de Nueva York el primer día del siglo XX…”

La lectura de este libro me ha envenenado de literatura, de arte y de genialidad, de ese Paul Auster llamado a ser uno de los clásicos modernos de la historia de la literatura ¡Qué orgullosos debemos estar de haberle dado en su momento el Príncipe de Asturias! Vamos una década por delante de los suecos.

4321, son 4 novelas en una sola, cuatro versiones de una misma vida, de la vida de Archie Ferguson, que a su vez vive una vida muy paralela a la del propio Auster. Ambos nacieron en Newark, Nueva Jersey, en 1947, y a partir de ese inicial punto de coincidencia todo puede ser, porque donde hay literatura se abren millones de posibilidades.

Si realmente una gran novela nace de quien mira a su alrededor y sabe narrar lo que ve y lo que recuerda, estamos ante una gran novela, pero Auster siempre tiene ese otro punto que es saber mirar también al interior, reflexionar; la narrativa está ahí, en su buen hacer, pero la profundidad la pone él y la pone en este caso en cada uno de los “Archies Ferguson” que vamos a conocer.

Porque al fin y al cabo un escritor es lo que es y además es la suma de sus historias, y en este caso el escritor nos sumerge en todos sus yos ¿Qué más se le puede ofrecer a un lector? Se entrega al completo literariamente hablando, y en gran medida se nos entrega en todo lo que es y en todas las posibilidades de lo que también pudo ser y no fue.

En estos días hemos escuchado al hombre (no al escritor) decir que estaba cansado, que tenía ese sentimiento de haberse entregado tanto a la literatura que la vida real se le había escapado de las manos ¿Se puede ser más sincero? Yo que he leído gran parte de la obra de Auster he de reconocer que se lo agradezco, y que de la misma forma que es cierto que él se inició muy pronto en su amor por la lectura y la literatura, también es cierto que no pudo acceder a las grandes obras hasta ser ya un estudiante más formado.

¿Qué hubiese escrito Auster a los 30 años si en su fundamento y formación hubiesen estado ya todos los clásicos?, ¿si a los 12 años ya hubiese leído y comprendido a Kafka y a Voltaire, y su Cándido se le hubiese mostrado y crecido ya con él en esa primera adolescencia?

Auster quiso ser un hombre activista pero descubrió a tiempo que estaba llamado a contar la vida más que a vivirla. Y puestos a pensar en qué hubiese pasado si…, podemos pensar en que hubiese pasado si Auster hubiese sido un activista radical y hubiese muerto. Pues eso, que habría capítulos definitivamente en blanco, pero yo lo que he pensado al leerlo es que en mi vida, en este momento, también estarían esos capítulos en blanco ¡Susana no sería esta que os habla sin las lecturas de Auster!

Y es que tampoco empecé yo leyendo a Homero, ni a los grandes clásicos, si hago la excepción de los rusos Gorki y Tolstoi que por algún motivo que desconozco estaban en mi casa desde que puedo recordar, pero no Dostoiesvki ni su Crimen y Castigo que con tanta fuerza entró en mi vida muchos años después. Tampoco la literatura inglesa estuvo entre mis lecturas juveniles. No leí entonces el Ulises de Joyce porque nadie me lo recomendó, y cuando después llegó a mis manos no me interesó, y aunque lo leí ya no era el momento o no estaba escrito para mí. Pero sí leí El Quijote y a Lorca, y sé que ambos son lecturas y autores por los que Auster, que hoy ya forma parte de mi base lectora y escritora, también compartió una gran pasión.

¿Los temas? Los de siempre, porque cuando se escribe de la vida y se escribe de la muerte, todo cabe. La historia, que se va haciendo mientras él la va viviendo; la pasión por Kennedy y Martin Luther King ¿Qué hubiese sido de EEUU si ellos no hubiesen desaparecido? Sus pasiones por la política y la justicia social… Pero por encima de todo, la literatura, la que hace él y la que crean sus propios personajes.

Y yo vuelvo a sorprenderme con el fondo pero en esta ocasión nos deja boquiabiertos con la forma que tanta importancia tendrá a la hora de hacernos descubrir cómo somos nosotros mismos como lectores.

Otra vez viene Auster con un libro bajo el brazo … Otra vez viene con la vida en papel, quizá con la vida y la obra definitiva.

Si es cierto que ya se ha entregado literariamente entero, ahora deberá vivir; pero si solo sabe vivir de la escritura, Volverá.

5 comentarios en «4321, de Paul Auster»

  1. Esta novela sí que la he leído y como a ti me ha gustado mucho, de hecho ni siquiera tuve la sensación de lo extensa que era, que no se me hizo en absoluta larga. En algunas partes de ellas estuve realmente enganchada y te diría que casi sufriendo. Ahora sólo me falta rumiarla. Hubiera querido venir después de rumiarla, pero ya ves que no podía esperar más, y si acaso es una excusa para volver.
    Esto que comentas de las lecturas es importante. La novela incluso vale para confeccionarte una lista de libros interesantes por leer, aunque también deprime un poco, jeje, porque mira que leemos, y sin embargo, siguiendo el rastro de todas las referencias literarias que aparecen te das cuenta de lo mucho que una se está perdiendo.
    Dices que él tenía la sensación de estar perdiéndose la vida por dedicarse tanto a la literatura, y sin embargo, a mí me hacía pensar hasta qué punto la vida me está haciéndome perder todos eso libros que me hubiera encantado conocer.
    Un disfrute de novela.
    ¿Sabes que a Juan Manuel de Prada no le gustó nada de nada? Él que era un admirador de Auster.

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    • He disfrutado leyendo tu comentario, saber que te ha gustado el libro, que incluso has ido más allá ¡lo has disfrutado! Y es que para mí es un gran autor, un autor que hace lectores de calidad, que por otra parte tu ya lo eres. Un libro que debería ser de precisa lectura para cualquier americano, pero ya todos sabemos que se le reconocerá más, otra vez, en Europa… Un abrazo!!

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