Articuentos completos

Articuentos completos, de Juan José Millás

Articuentos

Reconozco que le tenía muchas ganas a este libro. Leo mucho, sí, pero también soy una fiel oyente de radio, y me gusta escuchar a Millás, me resulta simpático, incluso su forma de hablar es simpática, y eso que ustedes ya saben que no me gustaban mucho los relatos cortos o microrrelatos, que en este caso el autor llama “articuentos” y define como «crónicas del surrealismo cotidiano dosificadas en perlas».
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Pero ya les voy pillando el sentido a este tipo de historias, y de estos en particular lo encontré en el primero, tenía el libro en el salón de casa y pensé, como son relatos tan cortos en ratillos libres (los anuncios de la tele son un buen momento) les voy dando un empujón. Y así fue, pero, tras la lectura del primer “articuento”, noté algo extraño,  una necesidad imperiosa de leérselo a alguien, de compartirlo de forma inmediata.Y en esta ocasión la elegida fue mi hija, que además, por la cantidad de tiempo que debe pasar estudiando no dispone de mucho para leer (es raro esto que acabo de decir ¿no?). Subí a su habitación pero no estaba…, tampoco en el resto de la casa, entonces recordé que había ido a estudiar a la biblioteca. Lástima, ella se lo pierde, pero ya la pillaré por la noche.

Me senté y leí un par más de “articuentos”, mi necesidad de compartirlos subió tanto como mis ganas de fumar cuando llevaba menos de una semana intentando abandonar ese arte de inhalar y exhalar el humo contaminándome a mí misma y a todo lo que me rodeaba. Me levanté del sillón en busca de mi siguiente víctima, mi marido, que creía yo que andaría con sus plantas por el jardín, pero allí no estaba, tampoco en la piscina donde me pareció escuchar el chapoteo del agua; al pasar por el garaje miré hacia la ordenada formación de todos sus juguetes notando que falta el deportivo rojo. Era inútil seguir buscando.Desilusionada, retomé de nuevo mi lectura y cuando llegué al titulado “Quizá no” y leí:

“Se pregunta uno porqué es ético reproducir un hígado e inmoral fabricar un ser humano entero. Y es que en Inglaterra han autorizado los hígados, pero han prohibido a las personas. En el resto de Europa está prohibido todo: las personas y los hígados …”

No pude más, y de estarme allí quieta nada de nada, agarré el libro y me fui a casa de los vecinos, que ya sé que no es muy normal pasarse uno a casa de unos vecinos con un libro en la mano, pero oye, que cosas más raras hacen ellos y yo no digo nada, el caso es que tenía que intentarlo, al llegar a su puerta, hice sonar el timbre, tardaban en abrir y pensé ¿Y yo para qué he venido?

Sentada en la escalera abrí el libro, y cuando Pilar, la hija de los vecinos finalmente abrió la puerta, le indiqué se sentase a mi lado, miró el libro y salió corriendo como alma que lleva el diablo, unos segundos más tardes quien estaba sentado a mi lado era Ramón, en las manos tenía también un ejemplar recién comprado de Articuentos completos.

Pues eso amigos, algo tan sencillo como que me lo he pasado genial con la lectura de este libro, y es por eso que he tardado tanto en reseñarlo, casi mil páginas de exquisita literatura, de otra forma de ver la vida; parece que estás leyendo algo normal, algo que te ha podido pasar a ti en alguna ocasión, pero de repente llega la salida del genio “Millás” donde menos lo imaginas, haciendo saltar la chispa en el relato, dejándome  asombrada o desconcertada, pero en la mayor parte de los casos con una sonrisa en el cara, la sorpresa inteligente siempre es agradecida por el lector. Y si además como en mi caso, o en el del propio Millás, es usted algo rarito e hipocondríaco, la degustación de estos “articuentos” le convertirá en un ser aun más extraño y desconfiado ¿Ha pensado alguna vez donde van los calcetines cuando se los come un zapato?

He leído otras cosas de Millás, otros libros quiero decir,  pero en este he encontrado al más joven, al más renovado y al más genial de los Millás que conocemos.

Hay uno de estos “articuentos” que se titula “La asociación de Amigos de la Caustrofobia”, otro “Contables y poetas”… Los hay dedicados al cuerpo, a la mente, al lenguaje, a la sociedad y una especie de cajón de sastre que contiene uno que se titula “El hígado de los perros pequeños”, pero sobre todo no se pierdan ese de los “Marcianos pacíficos” en el que nos cuenta que estaba en la cocina preparando unas verduritas y apareció un tipo raro. Le preguntó si venía del espacio exterior, pues es de los que creen en los extraterrestres, y le dijo que no, que venía  del cuarto de estar …, bueno, a mí me entro la risa pero claro, yo ya llevaba a cuestas más de ochocientas páginas y tenía la risa floja. Pues eso, que si quieren saborear la vida de otra manera acérquese a estos “Articuentos completos” de D. Juan José Millás, no se arrepentirán, creo yo.

Susana Hernández

10 comentarios en «Articuentos completos»

  1. La definición que tu escritor da a sus anticuentos ya dice mucho de él, ¡qué ingenioso eso de “crónicas del surrealismo cotidiano dosificadas en perlas”.
    Jajajaja, no sé si quedarme más con la historia que hay detrás de esta reseña: Susana, como una vampiresa lectora, buscando víctimas para su desfogue, en busca de compartir el tesoro encontrado, en un ambiente de glamour como corresponde a todo vampiro, jajaja.
    Creo que me podrían encantar estas perlas, todos los ejemplos que explicas son fantasticos. Me lo llevo.
    Un abrazo 😀

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  2. Seguro que te gustarán estas perlas de MIllás!

    Jajaja, no podía simplemente decir que es un libro estupendo, pero es que además te aseguro que esa fue la sensación, necesidad de compartir mi “tesoro”. cualquiera de los articuentos podría haberte seducido pero sabes que no me gusta poner demasiado de los libros, más bien me gusta hablar de mis sensaciones al leerlos y digerirlos (jijiji, que como ver es distinto al jejeje o al jajajja).

    Un besico y gracias por tu comentario!!!

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  3. He leído poquito de Juan José Millás. Es un autor al que por fin descubrí el año pasado. Y me gusta mucho como escribe. Y es verdad. Es de esos autores a los que me encanta escuchar. Pero hasta ahora el Millás escritor que conozco es más sombrío, así que tendré que apuntar este título y descubrir al autor capaz de arrancarte una sonrisa. Y me ha encantado tu reseña. Y tus ganas de querer compartir el libro con alguien. Menos mal que al final lo encontraste.
    Besotes!!!

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  4. Susana:
    me lo apunto de inmediato y lamento no vivir más cerca y así poder haber sido una víctima potencial de tu querer compartir y divagar la lectura 😉
    Últimamente ando con el tiempo recortadísimo y paso muy de vez en vez por los blogs, pero espero después de las vacaciones (que me las tomaré en serio jeje) hacerlo con más frecuencia.
    Un beso,
    Ale.

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  5. Querida Ale, ya me gustaría que estuvieses más cerquita para poder verte en alguna ocasión jejeje, pero yo creo que la gente como sonostras encontramos víctimas enseguida jejeje.

    Pasate cuando quieras y cuando puedas, nosotros siempre aquí jajaja!

    Besicos !!!!

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