
No mentiría si dijera que uno de los motivos que me hicieron querer leer este libro fue que transcurriera en mi tierra. Es más, fue un motivo de bastante peso aunque la balanza tras conocer la sinopsis ya se inclinaba totalmente hacia su lectura. Pero eso, la localización, fue el golpe de gracia que hizo que el libro pesara una tonelada. Y no podría haber acertado más. Si vas a situar una novela en una comunidad autónoma en la que todo o casi todo gira en torno al vino y su mundo, una comunidad en donde casi a diario se…