Estructuras disipativas, de Clara Janés

Estructuras disipativasImagino que conocéis a Clara Janés, pero me parece necesario hablaros de ella, no solo porque sea una de las poetas contemporáneas más importantes, sino también por su gran labor en el mundo de la literatura.

Clara Janés es la décima mujer miembro de la RAE y ocupa la silla “U” desde el año 2015. Nacida en Barcelona e hija del poeta y editor Josep Janés i Olivé y de Ester Nadal, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, Pamplona y en la mítica Universidad de la Sorbonne, en París. Su primer poemario, Las estrellas vencidas, fue publicado en 1964. Influida por las obras literarias extranjeras, Clara Janés decide estudiar distintas lenguas para poder traducirlas al castellano. Su faceta de traductora, principalmente del checo, le ha valido numerosos premios y distinciones.

Poseedora de un lenguaje y de un estilo propio, clasificar a Clara Janés dentro de alguna de las corrientes poéticas de los últimos años es una tarea difícil. Supongo que esto es lo que hace de su poesía algo único: su originalidad. Tremendamente femenina, existencialista e íntima, la poesía de Clara Janés es indispensable para conocer la poesía actual. Como comprenderéis, era inevitable que os hablara de ella en la introducción de esta reseña.

Estructuras disipativas es su último poemario publicado por Tusquets. El nombre procede del término utilizado por el físico Ilya Prigogine para definir el mecanismo por el cual la materia pasa del orden al desorden. O, en propias palabras del físico que podemos leer al comienzo de este poemario:

“Hemos denominado “orden por fluctuaciones” al orden generado por el estado de no equilibrio. […] Podemos decir que la estructura disipativa es la fluctuación amplificada, gigante, estabilizada por las interacciones con el medio”.

Un poemario escrito con ese rigor científico con el que Clara nos introduce sus nuevos versos. Poemas sutiles, llenos de metáforas y de quietud, esa palabra que tantas veces aparece en el poemario y que es el reflejo de nuestro universo en orden.

“Y la quietud

es el punto microscópico

del movimiento

elevado al infinito”.

Clara Janés no es una poeta fácil, de esos que tanto se llevan ahora. Entenderla no es sencillo, requiere un ejercicio de comprensión y empatía brutal. Un esfuerzo riguroso, cósmico y suave, como sus versos. Pero una vez que hemos conseguido encajar las piezas de nuestro mundo con el universo que Clara Janés nos ofrece, se produce un encuentro mágico. Un encuentro de poeta a lector, un cara a cara con nuestra realidad y su mundo poético. Algo sencillamente maravilloso.

 “Vuelva a mí la virginal llamada

de una forma

pura resonancia,

que cruza el corazón

y lo llena de luz comunicante

anulando los límites

que establece el otro

al enunciarse.

Y tú, cansada voz,

estate atenta

al secreto de las ondas

y aprende

transparencia.”

Un poemario sensual, cargado de connotaciones y metáforas y repleto de voces que pueblan el desorden y el movimiento. Estructuras disipativas es un libro para perderse en él cualquier noche estrellada, cuando la quietud invade el universo y nuestra calma.

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