Fire!!, de Peter Bagge

Fire!!Como la mejor literatura, la novela gráfica no sólo nos ayuda a conocer el mundo, sino que, con cada vez mayor frecuencia, resucita a extraordinarios personajes como La virgen roja, La familia Carter o como la de hoy, cubiertos de un aura de leyenda y que son, como se dice en inglés, “más grandes que la vida”.

Acercaos a vuestra librería de cabecera y preguntad al librero por Zora Neale Hurston. Probad luego en la librería más grande de la ciudad, y a continuación paseaos por la red de bibliotecas públicas. Como último recurso, preguntad a vuestro  compañero de trabajo, ése que se jacta de haberlo leído todo, qué sabe de la señora Hurston. A lo sumo, le sonará vagamente el nombre y pensará, como pensaba servidor, que se trata de una activista, de una exploradora, de la Primera Ministra de Jamaica o de una nueva sospechosa del asesinato de JFK. A estas alturas, ya os habréis convencido de que nuestra amiga no ha gozado nunca del favor de nuestras editoriales, lo cual es una pena, porque, después de leer esta excelente Fire!!, se le despierta a uno ese apetito lector que sólo puede saciarse con un libro de esta autora.

Nacida en 1891, nieta de esclavos e hija de un aparcero y una maestra, la pequeña Zora era una niña de armas tomar. Ya en la primera página vemos que la ciudad de Eatonville, en Florida, una de las primeras “ciudades negras” de los Estados Unidos, le quedaba pequeña a nuestra heroína, que soñaba con ir a sitios e intenta montarse en un carromato que la lleve hasta el horizonte.

No obstante, lo cierto es que, por muy asfixiante que pudiera ser a ratos aquella ciudad, Zora siempre se sintió allí como en su casa, escuchando las increíbles historias que, sentado en el porche de su tienda, contaba a la parroquia el tendero Joe Clarke. En esas historias, donde se mezclan la Biblia y la fantasía, así como en el inconfundible y, a menudo, casi ininteligible dialecto de los afroamericanos del sur, encontramos algunos de los rasgos más distintivos de la futura obra de Hurston.

Hurston fue, sin duda, una mujer excepcional y el retrato que de ella hace Peter Bagge nos muestra a una persona que nunca se dejó encasillar y que nunca se amoldó a lo que la sociedad y, en particular, sus “hermanos” esperaban y hasta exigían de ella. A saber, Hurston rechazaba escribir sobre el tema racial y se distanciaba así de los principios del Renacimiento de Harlem, movimiento artístico que aspiraba a “elevar” la raza. ¿Se debe ello a que, habiendo crecido en una “ciudad negra”, Hurston apenas conoció los conflictos raciales? Bagge, que hace gala de una documentación enciclopédica, nos da a entender que semejante lógica sería demasiado simple para una persona tan compleja como nuestra autora. Hurston, de hecho, calificó a los escritores del Renacimiento de Harlem como la “lloriqueante escuela de negritud”, y subrayó que ella había dejado de pensar en términos de raza y pensaba tan sólo en personas. Algunos no le perdonarían nunca esa presunta traición, y no cuesta imaginar el trato que le darían los de siempre en la actual tiranía de lo politicorrecto,

La novela, que nos lleva desde la infancia de Hurston hasta su muerte, tiene un ritmo absolutamente endiablado, y por sus apasionantes páginas vemos pasar amantes, artistas, mecenas, esclavos (¡en los años 30!), ceremonias de vudú y hasta un auténtico zombi. Con unas ilustraciones coloridas y unos retratos al límite de la caricatura, Bagge nos ofrece una galería de personajes redondos, frescos, divertidos, y una protagonista a la que no le falta una sola imperfección. Creo que si conociera a Zora Neale Hurston, me aseguraría bien de no hacerla enfadar.

Y aunque, como señalaba al principio, os costará encontrar algo con que saciar la sed de lecturas de Hurston, Fire!! trae de propina más de treinta páginas de notas y fotografías explicándonos los detalles de prácticamente todas y cada una de las viñetas. ¡A disfrutar!

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