Industrias y andanzas de Alfanhuí, de Rafael Sánchez Ferlosio

industrias y andanzas de alfanhuiLa edición ilustrada que Literatura Random House ha publicado de Industrias y andanzas de Alfanhuí es atípica: por sus dimensiones, inferiores a las habituales (un tamaño ideal para llevar en el bolso, he de decir); por el tacto rugoso de su tapa, dura y blanca; y por el trazo sencillo del dibujo del niño protagonista en la cubierta —creado por Asen Stareishinski, como todas las ilustraciones de la obra— con solo un toque de color bajo sus labios. Una edición atípica, que incluso desentona en la estantería de novedades literarias, pero la edición idónea para esta historia que, publicada por primera vez en 1951, también se desmarcó de los cánones de la época y del realismo predominante. La encuadernación y las ilustraciones le otorgan un halo de libro antiguo que es perfecto para la historia del niño llamado Alfanhuí, pues sus andanzas nos llevan al mundo primigenio, ese donde la naturaleza y la inocencia intentan prevalecer sobre todo lo demás.

Industrias y andanzas de Alfanhuí, el primer libro publicado por Rafael Sánchez Ferlosio, puede verse como una novela de aprendizaje, las vivencias de un niño de camino a la madurez. Aunque, en realidad, es el pequeño Alfanhuí el que da más de una lección a los adultos de su alrededor, como si fuera una especie de Principito, enseñándoles que son tesoros todo aquello que no se puede vender, lo que vale tanto que no vale nada. Se podría considerar también que es una historia de realismo mágico, donde hay una criada disecada, pero que sonríe de vez en cuando, y una marioneta se mueve como Pedro por su casa por las calles de Madrid. Pero la verdad es que se publicó mucho antes de que eclosionara el género como tal en Hispanoamérica, y no todos sus elementos casan con esta corriente literaria. Tal vez solo sea un retablo de maravillas, donde Sánchez Ferlosio exploró el lenguaje y la fantasía a tal nivel que, aún hoy, resulta sorprendente. Encasillamientos aparte, Industrias y andanzas de Alfanhuí es una lectura para el deleite, pues pocas veces el lector se encontrará con una prosa que invada sus sentidos como lo consigue esta.

El color es un elemento clave a lo largo de la historia. Alfanhuí planea mil industrias para atrapar los colores de su entorno, esa belleza de la que nadie más parece percatarse. Su capacidad de ver más allá, de crear inventos inverosímiles, asusta a muchos y fascina a unos pocos. Y movido por las reacciones de unos y otros, viaja por el interior de España, desde las tierras de Guadalajara o Palencia hasta la ciudad de Madrid, cruzándose con personajes que quebrantan todas las leyes de la lógica y que, por eso mismo, resultan fascinantes. Pero entre tantos colores, peripecias y fantasías, se entromete el blanco, la muerte y la incómoda realidad, todo eso que parece tan ajeno a Alfanhuí, pero a lo que tarde o temprano ha de enfrentarse.

Un toque de Principito, decía, y del Lazarillo de Tormes, añado. Y, pese a las semejanzas, esta obra es diferente porque su prosa y su inventiva lo son. Sánchez Ferlosio describió imágenes tan visuales y originales que hoy causan el mismo impacto que hace sesenta años. De ahí que Industrias y andanzas de Alfanhuí siga siendo una pequeña rareza literaria, y se revaloriza con el paso del tiempo, con ese encanto que tienen los retratos de otras épocas, en los que aún nos reconocemos.

2 comentarios en «Industrias y andanzas de Alfanhuí, de Rafael Sánchez Ferlosio»

    • Hola, lector inquieto:
      “Industrias y andanzas de Alfanhuí” ha sido mi primera lectura de Sánchez Ferlosio y he quedado encantada, por lo que me parece un buen libro para empezar con él. Eso sí, este libro tiene toques de fantasía y, por lo que tengo entendido, el autor se centró en el realismo en obras posteriores.
      Saludos,

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