La mesa limón

La mesa limón, de Julian Barnes

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Antes de apagar cada día la lamparilla de noche y dejar a Barnes en la mesita, no podía evitar sentir ese gusanillo tonto y risueño de saber que uno está leyendo algo divertido que no quiere que se acabe nunca. Tras terminar con él (oh), llego a la conclusión de que hacía tiempo que un libro de cuentos no me parecía tan sumamente bueno. Normalmente siempre prefiero las distancias largas. El formato además invita a que sea una lectura ágil. Uno puede leer más o menos dos cuentos por día y rumiarlos después tranquilamente.

El mejor cuento para mí es sin duda Jaula de frutas(casi uno de los últimos). Todos los demás me parecen satélites que orbitan alrededor de éste. El tono empleado por el protagonista a la hora de narrar la relación entre sus padres y posicionarse con distancia pero sin embargo yendo al fondo de los sentimientos y la relación enfermiza entre sus padres me parece sumamente conmovedor. Me gusta la historia que cuenta y sus imágenes van calando poco a poco en mi ánimo. No se pierde en ningún momento el hilo conductor y la historia avanza de manera constante y pulcra.La historia de Mats Israelson y El reestreno son dos historias romanticonas que hablan de lo que podría haber sido y no fue. Son bonitas y con algo de miga pero no sorprenden. Son comunes.

La de cosas que sabes tiene un punto muy gracioso: la tensión en la conversación de dos ancianitas que se reunen una vez al mes para comer juntas en un restaurante. Ambas saben secretos la una de la otra que podrían dar al traste con su amistad para siempre y, sin embargo, optan por no decirse nada de dichos asuntos y ponerse verdes la una a la otra por encima del mantel. Las barbaridades comedidas que se dedican de modo implacable la una a la otra sin faltarse en ningún momento el respeto son el eje que sostiene el cuento.

Higiene habla de un marido que todos los años va a visitar a una prostituta llamada Babs mientras viaja a una convención para reunirse con gente de la Universidad. Este año las cosas serán diferentes para él…

Vigilancia tiene una idea central sublime, un juego absolutamente grotesco: una fundación italiana donde 40 miembros invierten y, por cada miembro que muere, se reparte el interés generado entre el resto… La idea a la que lleva el cuento es: hasta qué punto es sano alegrarse por la muerte de los demás. Realmente bueno.

Corteza es un cuento absolutamente cortazariano (perdonen la coincidencia fonética). Algo que el autor podría haber firmado de su puño y letra. Nos cuenta de modo muy divertido las peripecias de un hombre acostumbrado a asistir a conciertos y armar grescas cuando los otros tosen o hacen ruidos inevitables (estrujar el papel de un caramelo, sorberse los mocos, etc).

3 comentarios en «La mesa limón»

  1. No puedo más que darte la enhorabuena por la reseña, muy completa y sobre todo tentadora! Lo que deberé tratar en cuanto consiga el libro es no irme directamente a “Jugo de frutas”, pero con un mínimo de esfuerzo espero lograrlo 😉

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  2. He leído un par de libros de Barnes y la verdad es que es un autor muy interesante, en particular, Arthur & George me gustó extraordinariamente. Este libro que comentas lo he visto varias veces en librerías pero la próxima vez creo que no lo dejaré pasar, estoy ansioso de esos libros que te apena devolver a la estantería después de leídos.

    Un saludo.

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  3. Yo también estoy ansioso por tastar ‘Arthur y George’. El otro día estuve a punto de comprarlo en la librería, pero como tenía las tapas algo estropeadas, decidí esperar. En su lugar, cogí otro de relatos de Barnes (que pronto reseñaré).

    ¡Barnes es maravilloso!

    El cuento que más me gustó es ‘Jaula de frutas’, no ‘Jugo de frutas’ 😛

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