Las lágrimas de Claire Jones, de Berna González Harbour

Las lágrimas de Claire JonesEl año pasado disfruté mucho leyendo Sangre en los estantes, la pequeña enciclopedia de novela negra que ha dejado Paco Camarasa como legado a todos los aficionados de este género. Entre sus múltiples recomendaciones literarias, el dueño de la mítica librería Negra y Criminal terminaba dedicando un espacio a la nueva generación de escritores españoles, encargados de mantener la esencia y el nivel del género negrocriminal patrio. Liderados por Carlos Zanón, entre estos “nueve novísimos” (así los bautizó Paco) se encuentra Berna González Harbour, cuya última novela, Las lágrimas de Claire Jones, llega a Destino tras dos novelas previas publicadas en RBA.

Estamos ante el tercer caso de la comisaria María Ruiz, antigua psicóloga de la Policía Nacional que tras un trágico suceso decidió dejar el diván y convertirse en policía. Siempre que se empieza una saga policial por su último caso, tenemos el hándicap negativo de no saber mucho de cómo y por qué han llegado los personajes a su estado actual. Este libro no es una excepción, pero aun así no es impedimento para disfrutar de una buena novela negra. En este momento, encontramos a María destinada (o mejor dicho, desterrada) en Soria, una de las provincias más tranquilas y desesperantes para un investigador del cuerpo. Semanalmente visita en Ávila a Tomás, compañero de trabajo que lucha por salir del coma, y con el que María estaba decidida a empezar una relación antes del fatal accidente derivado del último caso que investigaban. Su monótona vida da un cambio cuando en una visita de fin de semana a su compañero y amigo Carlos, comisario en Santander, ambos descubren, en un coche abandonado, en cadáver de una joven mujer. Dicho cadáver viene acompañado de un ejemplar de 1998 del diario británico The Times con una noticia recortada. Pese a no estar bajo su jurisdicción, la comisaria ve en este caso la oportunidad perfecta para salir de su rutina y volver a sentirse policía, en un caso en el que conocerá los entresijos de la comunidad inglesa afincada en Cantabria y en especial la labor de los cuáqueros, comunidad religiosa de la que poco o nada sabía hasta ahora.

Berna González Harbour hace de María Ruiz un personaje fuerte, condición indispensable para conseguir llegar a comisaria en un mundo tan difícil como el de la Policía. Su determinación y arrojo le hace ganarse la lealtad de todos los que comparten el día a día con ella, a pesar de que en esta ocasión parece que alguien de las altas instancias quiere quitársela de en medio sacando trapos sucios de su pasado. La aparición del cadáver en Santander hace de catalizador en María, que lo encuentra como la excusa perfecta para iniciar una huida hacia adelante para redimir o expiar parte de sus pecados y temores.

Pese al inicio un tanto titubeante, Las lágrimas de Claire Jones empieza a coger ritmo a base de capítulos cortos y una tensión que va in crescendo por momentos. El mundo de las corruptelas policiales, la prostitución y las drogas pintan una visión no tan idílica de una ciudad como Santander. Berna se vale de tres voces para ir contando todo el proceso, aunque son María (presente) y Claire Jones (pasado) las que cogen el peso narrativo y van desvelando poco a poco los misterios ocultos. Pero si en el inicio encontrábamos alguna pequeña pega, poco malo se puede decir de su brillante final. La novela negra nos tiene acostumbrados a finales de infarto, pero créanme si les digo que las últimas 50 páginas de esta novela tienen una calidad superior a la media. Decir que sus últimos capítulos cortan la respiración y mantienen al lector pegado al sofá puede sonar a tópico recurrente, pero en este caso dicho tópico no falta para nada a la verdad.

Y ya que he empezado hablando de Paco Camarasa, también me gustaría terminar citando sus palabras. Este erudito del género, aseguraba que estos “nueve novísimos” iban a dar un “futuro espléndido a la novela negrocriminal”. Y no puedo estar más de acuerdo. Berna González Harbour hace merecimientos suficientes para estar en esa lista exclusiva de escritores. Y Las lágrimas de Claire Jones son el ejemplo perfecto. Una novela de alta calidad, con un personaje atractivo que hace ganar adeptos al género negro.

César Malagón (@malagonc)

2 comentarios en «Las lágrimas de Claire Jones, de Berna González Harbour»

  1. Gracias por tu comentario Marta!
    La verdad es que la lista de pendientes siempre es enoooooooorme, jejeje. Pero merece la pena que “cueles” este libro, seguro! 😉

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