Morí por la belleza, de Emily Dickinson

Morí por la bellezaTodo me atrajo de este libro. Ese título tan perfecto, esa portada tan florida, esa autora tan querida por mí y la colección de poesía portátil de Literatura Random House. Este pequeño libro lo tiene todo, así que era inevitable que acabase en mis manos.

Me parece genial la iniciativa de Literatura Random House de sacar esta colección de poesía portátil. Libros en un formato cómodo, a un precio súper asequible y que encima están repletos de versos de autores tan conocidos como Neruda, Whitman, Safo o Pizarnik, entre otros. Porque el mundo, amigos, está para llenarlo de versos. Dejar que la poesía crezca en todas partes y se acomode a nuestro lado. Y esta colección es una forma maravillosa de sentirnos siempre acompañados por ella.

Morí por la belleza es el libro de poesía portátil de esta colección que reúne una selección de poemas de la poeta estadounidense Emily Dickinson. Una mujer realmente prolífica que, como solía pasar en aquella época (siglo XIX), escribía en la intimidad de su hogar. Apenas una docena de los casi dos mil poemas que llegó a escribir vieron la luz mientras ella estaba viva. Algo que tampoco sorprende para la época. Menos mal que en ese aspecto hemos evolucionado mucho y además de haber logrado nuestra propia habitación, las mujeres han logrado obtener su merecido reconocimiento. Emily Dickinson es hoy considerada una de las poetas estadounidenses más importantes. ¡Y menos mal! Su delicadeza, su sensualidad y característico estilo hacen de ella una de las mujeres esenciales de la poesía. Mi compañera Susana ya os habló de ella con su Carta al mundo y otros poemas.

Morí por la belleza es una buena muestra de lo que os comento. En este pequeño y adorable librito encontramos una cuidada selección de algunos de sus poemas. Poemas donde podemos encontrar esas peculiaridades que os decía.

“Para que veneremos

los días más sencillos

que hacer ir y volver las estaciones

basta con recordar

que a ti y a mí nos quitan

la bobada de la mortalidad”.

¿Veis la sencillez, la sutilidad, la elegancia de sus versos? Me encantan.

Poemas de amor, de un amor puro como éste:

“Que tan solo hay Amor

es cuanto del Amor ahora sabemos;

y eso basta, porque lo que se lleva

yiene que ser proporcionado al surco”.

Totalmente imprescindibles los versos de esta poeta para los amantes de la poesía. Su voz es fuerte, pero es tan delicada como algunos de sus versos:

“Un atisbo de miedo, pompa, lágrima,

despertar con el día y descubrir

que aquello por lo cual nos despertábamos

respira ya en un alba diferente”.

A mí me estremecen sus versos, qué queréis que os diga. Así que celebro esta maravillosa idea de Literatura Random House de hacer la poesía un poco más accesible, celebro a las poetas que tuvieron que esconderse pero que hoy están aquí, entre nosotros, porque es justo que así sea. Y celebro la poesía, lectores, porque, sinceramente, no sé qué haríamos sin ella.

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