Patrimonio. Una historia verdadera

Patrimonio. Una historia verdadera, de Philip Roth

patrimonio 


Philip Roth abandona sus habituales alter egos para hablarnos de un personaje a la vez tan real y tan cercano: su padre. Y lo hace sin ningún tipo de disfraz, a cara descubierta.

Hace ya una semana que he terminado Patrimonio. Es un libro duro, emotivo, escrito con una franqueza afilada, y no quería dejarme llevar por una primera impresión demasiado influenciada por los sentimientos. Necesitaba un tiempo de reflexión antes de ponerme a escribir sobre él. No sé a vosotros, pero a mí me sucede a menudo que las emociones menguan un tanto con el reposo: uno sale del cine, o cierra las páginas de un libro, y el cabo de un par de días se da cuenta de que el entusiasmo inicial no daba para tanto, y que el tiempo licuará su recuerdo junto a tantos otros diluidos en la memoria. No es el caso; el poso que deja esta lectura dista mucho de estar compuesto con la materia de la que están hechos los sueños, es más bien un humus de pura vida, un testimonio que abruma y reconforta e inevitablemente se agarra con fuerza al estómago.

Herman Roth es un viudo de ochenta y seis años al que le diagnostican un severo tumor cerebral. Su hijo, el escritor, el narrador, él mismo, lo acompaña en sus últimos meses de vida. Con cada nuevo avance de la enfermedad aumenta en el hijo la mezcla de amor, respeto y ansiedad. Al mismo tiempo, y según se acerca el final, sentimientos más complejos y ambiguos irán tomando forma en su interior: la tenacidad por la supervivencia, la vulnerabilidad de la carne, la intrincada pertenencia a una estirpe, el compromiso con la vida y el terror a la extinción.

Pudiera parecer que estamos ante una novela sobre la muerte. No es cierto. Es una novela sobre la vida que nos habla de la muerte. Un relato pulcro y honesto, sin caer nuca en el morbo ni tampoco en la complacencia, que combina los momentos de mayor dureza con retazos de ese humor judío e irreverente tan propio de Philip Roth. El resultado es mucho más que el homenaje de un hijo hacia su padre, es un canto a la vida alejado de sensiblerías, duro como la vida misma pero también hermoso y apasionante.

 

Considero a Philip Roth un autor verdaderamente grande, poseedor de una voz propia y una fuerza narrativa al alcance de muy pocos. He leído muchas de sus obras y aún me quedan otras muchas por leer (es un escritor prolífico). Y sin embargo, aunque he disfrutado de todas sus novelas, siempre he encontrado altibajos en ellas, un exceso de disertaciones y lugares comunes que quizás le han impedido escribir esa ‘gran novela’. Seguramente no es tampoco Patrimonio esa obra definitiva pero puedo decir que es la que más hondamente me ha conmovido, la más sencilla en la forma y la más ambiciosa en el fondo.

Patrimonio. Una historia verdadera’ es ese libro que todo hijo debería leer al menos una vez en la vida. Más pronto que tarde. Porque todos pasaremos alguna vez por ese trance (si las cosas siguen su orden natural, y deseemos que así sea…), y ante el abismo de esa soledad, de ver como desaparecen aquellos que nos crearon, habremos de encontrar nuestra fuente de entereza, nuestro patrimonio.

8 comentarios en «Patrimonio. Una historia verdadera»

  1. No lo puedo evitar Iván, de verdad que no podía resistirme … jejjejej

    Ahora que deja de hablar de él, nos habla de su padre, y seguro que es una escusa para hablar de él mismo.

    Por lo demás, la reseña muy buena, eso sí. Fíjáte que casi me dan ganas de leerlo.

    Un fuerte abrazo!

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  2. Gracias por vuestros comentarios!

    Susana: Jeje, sé a lo que te refieres. Entiendo que Roth pueda generar cierto hartazgo, porque incluso a mí, que me apasiona, lo encuentro repetitivo y egocéntrico en ocasiones. De todas formas, lo considero uno de los grandes.

    Un saludo!

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  3. Si bien parece un tema trillado, es bueno que, como dices, el autor nos entregue un relato “sin caer nuca en el morbo ni tampoco en la complacencia” Esto hace que me den ganas de leerlo, aunque no lo coloque entre los primeros a leer.

    ¡Saludos!

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  4. Me resulta muy interesante este libro. Roth parece estar siempre detrás de Zuckerman, Portnoy, Kepesh y otros tantos alter ego que protagonizan sus novelas, hasta el punto que se termina por confundir al autor con sus personajes. Siento curiosidad por saber qué dice Roth sin su máscara habitual.
    Y coincido contigo; Roth, como Auster, mantienen un patrón común en toda su obra y es mejor leerlos poco a poco para no empacharse.

    Un saludo, Iván.

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