Sé que estás allí

Sé que estás allí, de Laura Brodie

Sé que estás allí
Más de una vez tuve ganas de convertirme en ordenador, apretar las tres teclas mágicas (Alt+Ctrl+Supr) y comenzar mi vida de nuevo. Formatearme, borrar mi disco rígido y el historial de conversaciones, y así como pasaba con aquél juguete hermoso de la infancia, mover una barra de derecha a izquierda, eliminar el dibujo de la pizarra y empezar de nuevo. Se trataba de una salida fácil, pero imposible (salvo que hablemos de libros). No se puede empezar de nuevo, a no ser que uno muera (o se haga el muerto), reviva (o siga viviendo, menos para el mundo entero) y se esconda de la sociedad (¿Aunque nadie te vea?), para empezar de cero, pero con la experiencia adquirida de la anterior vida (o es la misma)

Tantos paréntesis contradictorios tienen un claro culpable: David McConell, el marido de Sarah, una mujer de treinta y nueve años que pierde a su marido en las aguas de un río cercano a una pequeña ciudad en Estados Unidos. David será quien logrará que Sé que estás allí, se mueva constantemente entre la delgada línea que separa la vida de la muerte, la realidad de la fantasía, el ser real o imaginario.

¿Qué le pasa a Sarah que unas semanas después de la desaparición de su marido empieza a verlo por todas partes? ¿Se volvió loca? ¿Leyó muchos libros de espíritus? ¿Está transitando algo normal y típico del duelo, como le sugieren las integrantes del club de viudas al que suele asistir? ¿O será que David no es un fantasma, sino que sigue vivo, aunque no se anima a volver?

Laura Brodie presenta de esa manera su primera novela, a  lo largo de la cual se reirá de lo lindo de los lectores, a quienes mantendrá hasta el final con la interminable duda de si David murió o no, si es un muerto o se hace, o tal vez (y aquí aparece el enigma) resulta que la frontera que separa la vida de la muerte no está tan marcada como creemos. Como afirma Publishers Weekly, “Nadie sabrá la verdad hasta las últimas cinco páginas”

Las sensaciones que me dejó leer este libro también son ambiguas, como la historia que cuenta. Por un lado me pareció demasiado extenso. No es que reniegue de las 334 páginas (de hecho no son tantas) sino que entiendo que sobran al menos unas cien, que se acumulan en descripciones demasiados triviales (y por ende muy aburridas), diálogos cotidianos nada interesantes y capítulos enteros que podrían haberse evitado. Al mismo tiempo, no puedo dejar de pensar que este libro es ideal para convertirse en una película, donde todas esas páginas de más podrían simplificarse con una imagen (o directamente descartarse), lo que haría que el ritmo de la historia no decayera tanto ni resultara tan previsible. Me costó llegar al final.

Por otra parte, la conclusión de la historia resulta bastante sorpresiva, y termina poniendo en su lugar decenas de momentos que hasta ese momento resultaban bastante inverosímiles.

En síntesis, Sé que estás allí posee un comienzo genial y altamente adictivo, que va decayendo de a poco, aunque ese decaimiento se vea compensado (o no) con un final interesante.
Roberto Maydana

4 comentarios en «Sé que estás allí»

  1. Qué lástima! Había leído el argumento hace un tiempo y me había dejado enganchadísima. Sin embargo, después de leer esta reseña, me da la impresión de que la idea no ha sido bien aprovechada.
    Mmmm…no sé si me lanzaré a leerlo porque tengo muchos en espera.
    Besos

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  2. Pues prometía el argumento, pero por lo que cuentas, parece que se desinfla a medida que avanza la historia. Si me tropiezo con él puede que le dé una oportunidad, pero ahora mismo, con los pendientes atosigándome en mi estantería, va a ser que no.
    Besotes!!!

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  3. Atrapante,estremecedor,apasionante,en verdad vivi la lectura como si veria sus propias paginas reflejadas en una gran pelicula en la que no quieres ni pestañar para no perderte un detalle…raras sensaciones a medida que avanza la novela …la piel de gallina,la ansiedad y la confusion se unifican en un solo remolino,donde las dudas y conjeturas se tejen y destejen parrafo tras parrafo…hace ya un cuarto de hora que conclui este viaje sumergido entre aguas de rios,desiciones,visitas,idas y vueltas.. aun permanece en mi una especie de shock con una suerte de alivio y nostalgia.
    Disfruten…Atte,VALERIA MORALES.

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