40, de Oscar M. Prieto

40Inicié la lectura de “40” como terapia relajante, tengan en cuenta que, como ustedes recordarán, ya conocía a este autor, y precisamente por ello lo seleccioné.

Recordaba su anterior libro que tan placenteros momentos de lectura me proporcionó, Berlin Vintage,  si ustedes llegaron a leerlo difícilmente habrán olvidado como es la escritura de este autor. Tenía ese recuerdo de dejarme llevar por las palabras, de leer por el gusto de mecerme en su ritmo acomodado, sabiendo que podía regresar a él y centrarme casi al instante, eso es lo que sentí y me pasó con Berlín Vintage, un libro que he releído en alguna ocasión, un libro que también he regalado, en especial recuerdo que fue una especie de regalo de despedida a quien un día cambió su vida y voló… pero no demasiado lejos. Un libro especial para una amiga muy especial.

Así es, Oscar M. Prieto, ya me perdonarás por utilizarte como método terapéutico para unos días en los que atravesaba una fuerte etapa de estrés, un estrés extraño, pues acababa de descubrir que mi corazón empezaba a perder pulsaciones. No creas que era un acto de generosidad, no se pueden dar ni regalar latidos, tampoco es un acto de descuido…

Según mi médica, que también tiene un dulce ramalazo poético, me dice que lo que sucede es que hay ladrones de latidos. Eso es lo que al parecer nos pasa a la mayoría, existen unos cacos vestidos de negro llamados problemas propios y ajenos, estrés, exceso de trabajo… que se quedan con latidos, o lo que es lo mismo, con parte de nuestro tiempo, o lo que es lo mismo, con parte de nuestra vida…

Y en este estado inicié mi lectura de tu libro, y descubro que no me lo vas a poner fácil, será otro reto a la imaginación del lector, me harás trabajar, pero ese trabajo no me robará latidos ni cordura y además tiene su recompensa.

“Nombrar, dar nombre a las distintas realidades, este creía que era el poder decisivo y, como tal, el que exigía una mayor responsabilidad. Por eso, cuando tuvo que elegir el nombre para aquel lugar, se tomo su tiempo… “

Así inicias tu recorrido por el tiempo que deberemos dedicar a tus palabras, a tu historia, a la historia de Cosmo, contada por él mismo. Interesante el nombre del protagonista y actor principal del drama al que nos enfrentamos ¿Qué es la vida sino un dramático viaje? Un viaje del que tarde o temprano debemos descubrir su sentido para que podamos darle el valor que se merece.

No es extraño que una historia en la que el protagonista se llama Cosmo, aparezcan personajes eternos de la historia y la mitología. Porque estamos ante literatura para viejos lectores, lectores curtidos en mil batallas.

Yo perdiendo latidos y tú poniéndome a trabajar para encajar lo que leo, yo perdiendo latidos y tú repitiendo estrofas de los más sencillos versos de la vida … Y ambos regresamos una y otra vez a ese momento en el que debemos descubrir que lo importante es lo que queda por vivir, siempre es la mejor parte, la no conocida, la que nos ha de sorprender cada minuto que avanzamos en nuestro destino.
“40” ha sido otra sorpresa, otro reto lector, plasticidad en la historia y voluntad de seguir más allá de la música, porque para que una canción saque lo mejor de uno mismo debe haber una fusión perfecta entre música y letra…

Creo que no seré como Penélope, no dejaré que mi tiempo sólo sea un tiempo de espera, la vida está para vivir cada minuto como si no hubiera un mañana… ¿Quién sabe lo incierto que nos pueda ser ese futuro? En cualquier caso, querido autor, sigue escribiendo, sigue viviendo al borde de esa delgada línea que separa una literatura de otra. Demuestra que se puede sorprender desde la elegancia y la profundidad, que en ocasiones no importa hacer pensar al lector, avanzar o volver atrás para revisar, porque la Literatura, al final, es como la vida.

Aquí estaremos los lectores activos… Yo he ido recuperando el pulso de la vida. Es posible que “40”, me haya dado algún motivo para buscar esos latidos que se perdían sin razón aparente, será que la vida nos quita y nos da según el empeño que ponemos al pasar por ella.

También te digo que después de los cuarenta estarán los cincuenta, que también deben ser maravillosos. Pero no te avanzo más, porque esa es otra historia que ya nos irá mostrando la vida.

2 comentarios en «40, de Oscar M. Prieto»

  1. Susana:
    ¿y cómo va lo de los latidos perdidos? ¿están controlados para que haya mucho tiempo entre uno y otro? ¡espero que si!
    Anoto el título para buscarlo en la siguiente FIL, donde por cierto, la invitada es Madrid.
    Un beso,
    Ale.

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    • Parece que los voy recuperando poco a poco, es todo cuestión de vivir con un poco más de tranquilidad 🙂
      Qué interesante que la invitada sea Madrid! vas a encontrar muchos de los libros que andamos siempre comentando. Disfruta de tu querida FIL

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