Danza de Dragones – Canción de Hielo y Fuego – 5

Danza de dragones, de George R. R. Martin

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Soy Daenerys Targaryen, la Madre de los Dragones, la Reina legítima de los Siete Reinos y exijo mi trono. Fui expulsada de mi pueblo, retirada de la vida por mano de mi hermano Viserys y vendido al gran Khal Drogo como su khaleesi. Hoy, mientras el invierno se acerca a lo lejos, mi amado ya es simplemente un conjunto de cenizas que el viento se llevó y yo, una niña asustada, lucho día y noche por romper las cadenas que la esclavitud ha sumido a la ciudad de Meereen en un caos. Yo, con mis dragones cada vez más crecidos, seré el azote de los esclavistas, de las traiciones que se avecinan y de todo aquel que, en mi contra, intente conspirar para que caiga, al igual que lo hizo mi hermano. Soy la Hija del Dragón, y ni el fuego más abrasador puede destruirme.

Los dragones se levantan, crecen, y las palabras son llevadas por el viento hacia cualquier lugar que el aire pueda recorrer. Todos los hombres, sin excepción, se acercan hasta mí para conseguir algo de mí. Unos matrimonio, otros favores que les hagan más ricos. Sin embargo, a lo lejos, mi futuro es ser la Reina, la mujer que gobernará los Siete Reinos, con mirada fría y corazón caliente.

Fui vendida, quemada y golpeada. Y cada vez, cada una las veces que eso sucedió, me levanté más fuerte. Como los dragones que aparecieron para convertirse en mis hijos, en pequeñas criaturas que amamantar con mis pechos, mi cabello plateado, mi mirada, y mitargaryen cuerpo, insufla valor en aquellos que me rodean. Sin embargo, me encuentro bajo los designios de una profecía, adivinanzas que para mí poco sentido tienen, pero que se van haciendo realidad con el paso del tiempo. Seré traicionada, no una, sino tres veces, y ese es el destino que me espera. Todos me quieren, todos desean a la khaleesi, a la hacedora de dragones, buscando el calor que mis pequeños respiran por su boca. Pero ni Desembarco del Rey, con una reina cautiva entre sus murallas, ni Invernalia con sus torres destruidas y levantadas de nuevo, ni siquiera enanos y príncipes escondidos, conseguirán que yo, Daenerys Targaryen consiga corromper su inviolada determinación. Soy una Targaryen, un apellido que será largamente recordado, que será bendecido por cualquiera de los dioses que pueblan ríos, bosques y murallas. Y pronto, cuando la el sol esté en su punto más alto y la luz persiga cada rincón de sombra, la nueva Danza de Dragones comenzará, dando paso a una nueva era, un nuevo comienzo, un nuevo reinado de la familia que perdí.

Soy una mujer, una niña que juega a ser Reina, pero pasa el tiempo, se pierden los segundos que le queda a mi ciudad para que recupere su esplendor. El pueblo se agita, tiene miedo, y yo, como señora de sus vidas, debo protegerles. Debo defenderles de contrabandistas, de conspiradores que buscan fortuna y poder, y todo lo que hago, en realidad, lo hago por ellos. Desapareceré, volveré de nuevo con fuerza y podré hacer frente a aquellos que intentaron derrotarme, asesinarme, envenenar mi corazón. Porque, como mi hermano Viserys decía, ellos han despertado al dragón. Y en este caso no es uno, sino tres. Mis hijos, mis aliados, aquellos que me harán ganar la batalla en la que se decidirá todo. Moriré o ganaré. Pero, de seguro, batallaré.

Soy Daenerys Targaryen, la Madre de los Dragones, la khaleesi de mi sol y estrellas, y aquí me encuentro, a la espera, rodeada del fuego abrasador que la boca de mis hijos me proporciona, haciendo frente, una vez más, por siempre, a los próximos Vientos de Invierno

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