La investigación

La investigación, de Stanisław Lem

la investigacion - stanislaw len

La investigación de unos misteriosos y macabros sucesos sin explicación aparente arrastra a un policía hasta la frontera entre lo racional y lo sobrenatural, entre la ciencia y la filosofía.

La niebla londinense debe ser el fenómeno meteorológico más literario de cuantos existen.  Me he visto inmerso en ella en multitud de lecturas y finalmente se ha convertido en algo familiar, en una ecuación elemental: Londres = niebla.  Sin embargo, leyendo La investigación, de Stanisław Lem, esta niebla ha vuelto a ser extraña, misteriosa, amenazadora.  He sentido su humedad en la cara y se me han entumecido los dedos de frío.  De nuevo, como en aquellas primeras lecturas de misterio, la niebla ha llegado cargada de presagios funestos, para desdibujar los contornos de la realidad y ocultar los misterios más espeluznantes.

Al cobijo de la bruma, una serie de siniestros sucesos está teniendo lugar en Londres y sus alrededores: están desapareciendo cuerpos de fallecidos recientes de los depósitos de cadáveres de la ciudad.  Si estos macabros sucesos, probablemente obra de algún loco, ya son de por sí suficientemente inquietantes, los indicios que ha encontrado la policía lo son aún más, pues todo parece indicar que los cuerpos han vuelto a la vida, se han vestido y han salido por su propio pie de la morgue para desaparecer sin dejar rastro.  Pero el teniente Gregory, encargado del caso, sabe que eso es imposible.  ¿O no lo es?

Casi desde el comienzo de la novela, tanto para el teniente como para el lector se hace evidente de que el caso de las desapariciones de cadáveres es un callejón sin salida.  De repente, me vino a la cabeza aquella frase de Ambrose Bierce: “Si estos hechos pasmosos son reales, voy a volverme loco; si son imaginarios, ya lo estoy”.  Cualquier explicación criminal de los hechos –un desequilibrado, un científico ladrón de cuerpos, un iluminado que quiere hacer creer a todos que los muertos están resucitando– sería demasiado rebuscada para ser verosímil, mientras que la explicación sobrenatural, además de ser más increíble aún, implicaría que no se trata de un misterio, sino de un milagro.  Y llegados a este punto, en que todos los caminos conducen al fracaso o al abismo, la resolución del enigma deja de tener importancia y Gregory se conforma con mantener la cordura.

A pesar de ser conscientes de que el caso o es irresoluble o implica una solución que anula el concepto de razón que tenemos, Scotland Yard, gente racional por definición, investiga los sucesos como si de un delito más se tratase.  Pero cuando las “resurrecciones” se multiplican y las pistas menudean, la policía pide la colaboración de un brillante científico, el profesor Sciss, que está convencido de que puede resolver el caso mediante el tratamiento estadístico de la información disponible; a fin de cuentas para la estadística nada es posible ni imposible; sólo es más o menos probable.

El conflicto entre los métodos y las conclusiones de la policía y el investigador es inevitable, y precisamente el debate sobre los límites del conocimiento y de la ciencia es el terreno donde más a gusto se encuentra Stanisław Lem.

Stanisław Lem nació en Polonia en 1926, en el seno de una familia católica de ascendencia judía.  Comenzó a estudiar medicina, pero el estallido dela Segunda Guerra Mundial le obligó a abandonar la universidad y buscar un trabajo.  Colaborador de la resistencia, consiguió un puesto de soldador que aprovechó para participar en varias acciones de sabotaje que él, con la misma ironía característica de sus libros, siempre atribuyó más a su falta de pericia soldando que a su arrojo.

Hoy Lem es tenido por uno de los más importantes autores de ciencia ficción.  Es verdad que en sus libros abundan la tecnología y la fantasía, pero la obra de Stanisław Lem trasciende al género: en cierto modo, muchos de sus escritos se pueden considerar ensayos científicos novelados, dotados de un profundo sentido filosófico y psicológico, además de un cierto pesimismo sobre la condición humana

Lem es uno de los escritores más brillantes, imaginativos e inteligentes del Siglo XX, pero su genio ha quedado parcialmente oculto por la etiqueta de “escritor de ciencia ficción” –como si fuese un género propio de tebeos y películas de serie B–.  Una novela como La investigación, en la que podemos disfrutar de su creatividad y su pericia narrativa sin necesidad de viajar al espacio exterior o a un futuro lejano es una excelente ocasión para reivindicar a Stanisław Lem.

Por mi parte, leyendo La investigación no solo he redescubierto a este gran escritor, también he sido víctima de un fenómeno tan inquietante como los que acompañan al teniente Gregory a lo largo de la narración: más allá del tópico de la lectura que te atrapa y te roba horas de sueño –algo que me pasa con casi todo lo que leo– el interés inicial se tornó en una autentica obsesión desde las primeras páginas.  No por conocer el desenlace, que en este peculiar thriller metafísico carece de trascendencia, sino por lo desasosegante y tenso de la narración, que por momentos alcanza un ritmo hipnótico.

Con una angustia similar a la del que camina de noche –una noche de niebla– por una calle solitaria y al creer que ha oído pisadas detrás de él vuelve la cabeza con aprensión para comprobar si alguien le sigue, así retrocedía yo en la lectura, buscando la causa de mi inquietud.  Pero no encontraba nada que la justificase, sólo detalles inocentes escondidos aquí y allá en las detalladas y vívidas descripciones de cada escena, casi imperceptibles –el crujir del entarimado, la forma en que una lámpara ilumina unas fotos, el atisbo de una puerta entreabierta– pero que juntos, en la perpetua noche neblinosa en que se desarrolla la narración, causan un efecto estremecedor, dejando en el aire el rastro de algo perverso que acecha en la bruma.

No sé si La investigación les impresionará tanto como a mí, pero les aseguro que se trata de una novela extraordinaria, de ritmo fluido, trama original y prosa perfecta; un texto sencillo en su complejidad y brillante en su oscuridad.  Por favor, no piensen en ella como en una novela negra, o en Lem como en un escritor de ciencia ficción: es mucho más que eso, una lectura completamente diferente a las demás.

Javier BR
javierbr@librosyliteratura.es

3 comentarios en «La investigación»

  1. Me encantó como iniciaste la reseña. ¡Cuántas veces he estado atrapada en la neblina de Londres en tantos libros!

    Definitivamente, este libro me intriga y mucho.

    Buena reseña!

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  2. Es un libro muy recomendable, una combinación increíble de novela negra con los temas científicos y metafísicos tan propios de Lem. Una buena ocasión para releerlo o descubrirlo. Interrobang, Rose, gracias por vuestros comentarios.

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