La sombra de la sirena

La sombra de la sirena, de Camilla Läckberg

la-sombra-de-la-sirenaYa sabemos cuál es, hasta ahora, el mejor libro de la colección de Crímenes de Fjällbacka, popular en toda Europa. Lo dijimos en este mismo blog. Por mayoría aplastante, los lectores parecen haber decidido que es Las huellas imborrables. Ahora bien, ¿cuál es el segundo mejor? Si me lo preguntan a mí, diré que está la cosa reñida entre Los gritos del pasado y el título que hoy comentamos: La sombra de la sirena.

En lo que definitivamente sí vence con claridad y dominio La sombra de la sirena es en capacidad perturbadora, porque a fe que la historia que cuenta, y los pasajes que la autora elige para contarnos la historia de algunos de los personajes más desventurados, es tremenda. Pero, y vano es negarlo, la vida, desgraciadamente, es así. En La sombra de la sirena no encontraremos -aunque también- tantos lances humorísticos y ligeros como en entregas anteriores; La sombra de la sirena se caracteriza por tener un tono algunos matices más oscuro que La princesa de hielo y sus sucesores. Tanto, que a veces dan ganas de retroceder ante lo que se nos cuenta y ante la crudeza con la que se nos cuenta -aunque una crudeza muy natural, muy creíble, sin cargar la mano, cosa que habla muy bien del estilo de Camilla Läckberg-; pero así es la vida y así son los seres humanos cuando se hacen daño unos a otros.

Curiosamente, la narración policiaca es menos sólida  de lo que Läckberg nos tiene acostumbrados; recuerda mucho, demasiado, a historias archiconocidas, tanto que se han convertido en arquetípicas. Sin embargo, ir vislumbrando con creciente claridad lo que se esconde tras el asesinato de un apacible hombre de familia de Fjällbacka y unos macabros anónimos amenazantes no hace que queramos leer menos, sino al contrario: queremos seguir leyendo con más rapidez, porque vamos sintiendo la urgencia de ver cómo se deshace el nudo insoportable de dolor, sufrimiento y maldad que constituye el centro de este relato.

Como suele ser habitual en esta autora, ese relato, por mucho que incluya asesinatos y otro tipo de violencia, no se desarrolla en un ambiente lejano al del lector, sino en un pueblo cualquiera, habitado por familias normales y corrientes que no suelen figurar en los archivos policiales pero que tienen sus propios secretos oscuros que, a la postre, desembocan en el crimen. Algo no muy alejado de la realidad sobre la cual leemos y vemos en los medios de comunicación todos los días.

Pero hay más. Camilla Läckberg nos sitúa siempre ante realidades muy penosas de nuestra vida moderna, la de la Europa próspera del siglo XXI. En particular, nos obliga a enfrentarnos a sucesos muy dramáticos protagonizados por los más débiles o desfavorecidos, por víctimas propiciatorias; muy especialmente destaca la atención que dedica esta autora a los niños, y no es casualidad que nos los presente de maneras opuestas, como si quisiera hacer resaltar el nivel de crueldad que supone el hecho de hacerle daño a un niño: por un lado, tenemos a Maja, la hija de la protagonista, una niña que crece feliz gracias al amor de todos los que la rodean, empezando por sus padres; por el otro, los menores víctimas de varios tipos de violencia y brutalidad que desfilan por sus novelas. No puede ser casual. Por eso, bajo la aparente amabilidad y ligereza de las escenas cotidianas de las novelas de Läckberg, hay una denuncia clara, un ánimo de poner en el escaparate miserias inexplicables e irrazonables.

La sombra de la sirena destaca, pues, por ser la novela en la que Camilla Läckberg se muestra más clara y más comprometida a la hora de tratar realidades amargas de aquí y de ahora, a la par que nos brinda una novela detectivesca muy inquietante y no por trillada menos interesante.

Deja un comentario