El coloquio de los pájaros

El coloquio de los pájaros, de Peter Sís

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Activad vuestros conocimientos de ornitología, y a ver si adivináis qué pájaro es éste: pico delgado y largo, pecho de color entre anaranjado y canela, cola y alas listadas de blanco y negro, y un inconfundible penacho de plumas eréctiles en la cabeza. Se trata, en efecto, de la abubilla, un pájaro relativamente abundante en nuestros bosques y que, sin embargo, pocos son los que han tenido ocasión de ver en plena naturaleza. Quienes lo han visto, no lo olvidan, aunque quizá ignoran que se encuentran ante el protagonista de un clásico de la literatura de todos los tiempos.

Farid al Din Attar es uno de esos nombres que no dirá nada al común de los mortales, como tampoco me lo decía a mí, que, aunque mortal, no soy nada común. Nacido hace ocho siglos en Nishapur, hoy ciudad de Irán, y muerto en la misma, asesinado, según las crónicas, a manos de las hordas mongoles, Farid al Din Attar, además de insigne poeta y místico persa, era musulmán sufí.

El sufismo es la denominación del islam que intenta acercarse a los aspectos más místicos y espirituales de la religión, sin por ello desdeñar los placeres terrenales, como demuestra la obra de otro gran poeta sufí, Hafiz Shirazi. Originalmente, El coloquio de los pájaros, también conocido como La conferencia o El lenguaje de los pájaros, era una descripción de las etapas que el sufí ha de encontrar en su camino hacia…… ¡Tranquilos, que no cunda el pánico! No es lo que parece. No descarto que entre los amigos de LyL haya aquéllos buscan el camino místico, pero tengo que dejar claro que esta edición de El coloquio de los pájaros no está dirigida a ellos, sino al gran público, a ése que ama la buena literatura y, sobre todo, a los que, además, consideran que un libro debe ser también un objeto bello.

Para ello, en primer lugar, se ha abreviado el texto original, reduciéndolo a sus elementos básicos. Y Sis lo ha hecho con gran acierto, tanto, que el texto resultante, aparte de fundirse con los dibujos, es conciso, poético, evocador, y en ningún momento da la sensación de ser una adaptación.

La historia que se nos cuenta es bien sencilla: ante las guerras, el hambre y la tristeza que imperan por doquier, los pájaros del mundo se reúnen para decidir quién debe ser el rey que tome las riendas y traiga la paz y la felicidad. La abubilla, el más sabio de todos, propone partir en busca de Simurgh, de quien tiene muy buenas referencias, y que, dice, no está tan lejos como podría pensarse:

Está tan cerca de nosotros como estamos nosotros lejos de él.

Los pájaros del mundo aceptan la propuesta entusiasmados, pero cuando se dan cuenta de las dificultades que entraña el viaje y de la distancia que habrán de recorrer, empiezan a poner excusas. Al final, el poeta abubilla los convence, y juntos emprenden un viaje que los llevará por los valles del Desapego, del Asombro y de la Muerte, entre otros. No todos los pájaros son capaces de aguantar el ritmo del pelotón, y la bandada va poco a poco reduciéndose. Evidentemente, no revelaré el final, pero sí diré que el hecho de que éste quizá no nos soprenda y nos dé la sensación de haber visto desenlaces parecidos, simplemente demuestra lo influyente que ha sido la obra de Attar en la literatura a lo largo de los siglos.

El libro se puede leer de dos maneras:

a) leyendo el texto y echando un vistazo a las ilustraciones. Leído en 5-10 minutos.
b) saboreando el texto y sumergiéndose (o mejor aún, echándose a volar) dentro de las ilustraciones. Reservaos para esto una tarde entera…

…porque las ilustraciones de Peter Sis merecen un capítulo aparte. Este ilustrador checo, cuyos libros ilustrados han ganado un sinfín de premios de primera fila, ha creado un libro tan hermoso que me veo incapaz de ponerme a buscar un adjetivo que le haga justicia. Cada una de las páginas, en las que Sis combina el arte figurativo con el abstracto, es una verdadera obra de arte.

Pero si Peter Sis ha hecho suya esta obra universal no ha sido sólo merced a sus ilustraciones, sino también al modo en que ha jugado con las referencias literarias. Fijaos si no en el comienzo que le ha dado, donde el autor original se convierte en protagonista de su propia obra y de otro clásico de la literatura:

Cuando el poeta Attar despertó una mañana
después de un sueño intranquilo
se dio cuenta de que se había convertido
en un pájaro abubilla.

El coloquio de los pájaros es, en suma, una de esas obras en que la interpretación personal de un clásico nos brinda una obra nueva, y un libro para legar a nuestros hijos.

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