Fluye el Sena

Fluye el Sena, de Fred Vargas

Fluye el SenaQue la serie del comisario Jean-Baptiste Adamsberg es lo mejor que he leído en novela negra es algo que he dicho ya bastantes veces en este blog. He conocido y leído muchas otras series en los últimos años, pero ninguna me ha enganchado tanto como la creada por la escritora francesa Fred Vargas. Pese a no ser el más alto, ni el más guapo, ni tan siquiera el más brillante a la hora de resolver los casos, el personaje de Adamsberg tiene un aura mística que me lleva irremediablemente a tenerle en los altares literarios.

Todo empezó con El hombre de los círculos azules, novela algo difícil de disfrutar en un principio, pero cuyo regusto final me llevó a leer Un lugar incierto, la que de momento es para mí la mejor entrega del personaje de Fred Vargas, y la que me ha “obligado” a leerme la saga completa del comisario Adamsberg, que cuenta ya con una gran cantidad de seguidores en España.

El quinto libro que de Fred Vargas que cae en mis manos y que hoy os presento es Fluye el Sena, una recopilación de tres pequeñas historias de Adamsberg publicadas entre 1997 y 2000, y que pese a contar con una extensión menor, no le restan ni un ápice de calidad y de autenticidad a la serie.

En la primera de las tres historias Salud y libertad, un vagabundo aparece apostado frente a la comisaría de Adamsberg mientras éste empieza a recibir anónimos amenazantes. Todo coincide con la aparición de una mujer muerta en las vías del tren, lo que pone al vagabundo como principal sospechoso. En el segundo caso, La noche de los brutos, una mujer se suicida en Nochebuena arrojándose al Sena, pero lo que parece un suicidio cualquiera termina convirtiéndose en un más que probable asesinato. Y el último caso, Cinco francos unidad, un vendedor ambulante de esponjas es el principal testigo de un intento de asesinato de alguien muy influyente. El comisario Adamsberg tendrá que convencerle para que colabore con las autoridades, algo que parece muy difícil.

En Fluye el Sena nos encontramos con las mismas características que convierten a los libros de Fred Vargas en imprescindibles para mí. Todos los personajes parecen sacados de un mundo irreal, sus comportamientos les hacen ser considerados como inadaptados sociales. Sin embargo, puestos en las manos de Vargas, sus comportamientos se normalizan, incluso se humanizan, siempre rodeados de un humor sutil y una historia bien llevada de principio a fin.

Llama la atención en este libro la importancia que tienen para la autora los vagabundos como personajes principales; y sobre todo la facilidad que tiene Adamsberg para entenderlos e interactuar con ellos. Y es que, pese a su puesto de comisario, Jean-Baptiste se maneja mejor con los bajos fondos de la sociedad que con la élite de los cuerpos de seguridad.

Si tengo que elegir entre una historia larga y varias historias cortas de Adamsberg, elegiría sin dudarlo la primera de ellas; sin embargo, Fluye el Sena tiene todos los ingredientes que hacen de las novelas de Fred Vargas un auténtico disfrute para los amantes de la novela negra. La autora nos brinda tres pequeñas píldoras para apreciar la audacia del comisario francés, y un buen modo de conocer a un personaje que engancha como pocos. Veremos qué es lo siguiente que nos ofrece esta magnífica serie.

@malagonc cesar@librosyliteratura.es

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