Lolita

Lolita, de Vladimir Nabokov

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Ya han pasado dos meses, y no recordaba esto tan complicado. La pantalla vacía delante de mí y el cursor pidiéndome letras con cada guiño. ¿Cómo se empezaba una reseña? ¿Con qué frase abrir tu opinión de un libro?.
Está bien. Centrémonos. Francisco, coge el libro. De acuerdo. Lolita. Mira su portada. Fíjate bien en cómo se escribe el nombre del autor, no vayas a meter la pata. Vale. Nabokov, con be y uve. Esto marcha. Y ahora ve a la contraportada. Hay que apuntar la edición. 1997. Lo imprimieron en Barcelona. ¿Has mirado también el número de páginas? 331. Estupendo. Pues creo que ya estás listo para contar a esta gente qué te ha parecido el libro. No estés nervioso. Haz lo de siempre: habla, y al terminar, firma.

Estimado lector. Piensa por un momento en tu pasión más oculta. No hablo de dulces, ni de tu serie de televisión favorita. Con oculta digo secreta. Nadie jamás debe saberlo ni lo sabrá. Hablo de eso que alguna vez (en la seguridad muda de tu imaginación) has soñado con hacer si nadie pudiese verte. Tu pequeña depravación. No tiene porqué ser malo, pero te daría una vergüenza terrible que alguien te pillase haciendo “eso”. “Eso” no lo harás nunca, porque tienes conciencia y sabes que no debes. Pero… ¿y si te prometo que durante una hora podrás hacer “eso” con total libertad? Nadie te verá. Nadie se acordará de nada cuando haya pasado esa hora.
¿Lo tienes? ¿Te atreves? Pues concedido. Aquí tienes tu hora. Aprovéchala y recuerda bien todo.

Ha pasado tu hora. Nadie sabe lo que ha pasado. Todos siguen con su vida y pasan a tu lado sin prestarte especial atención. Ha funcionado. Ahora tu pequeño exceso, tu pequeña depravación, permanece sólo en tu recuerdo.
Pero te voy a pedir un favor: coge papel y lápiz. No hace falta que firmes. Nadie sabrá que es tuyo. Pero escribe con detalle qué es lo que ha pasado. Si tu pluma es evocadora y sutil, si tus palabras dibujan con poesía situaciones que poco tienen de poéticas, entonces estás cerca de escribir… Lolita.

Y es que en Lolita, Nabokov se mete magistralmente en la piel de un pedófilo al que las circunstancias se encargan de proporcionarle sus más íntimos anhelos tras la seguridad de una fachada opaca.

Humbert es un escritor bien parecido, de acomodada familia europea, que decide trasladarse a un pequeño pueblo de la América profunda. Allí pasa a ser el inquilino de una viuda algo excéntrica que vive sola con una preciosa hija en plena adolescencia: Dolores Haze. Lolita.
Amante de las ninfas (como a él les gusta llamarlas), un Humbert de 40 años cae perdidamente enamorado de una Lolita de 12. Cada pequeña mirada, cada roce o cada sonrisa de Lolita hace las delicias de Humbert, que mantiene como puede la compostura ante su pasión creciente.
Hasta que una pirueta del destino los deja solos. Una casa para los dos. De puertas hacia fuera, un padrastro y su hijastra. De puertas para adentro, el rincón sin testigos donde las líneas entre lo correcto y lo racional se diluyen hasta perderse.

El relato comienza atrayente, morboso. Engancha dentro de una obscenidad tamizada con magníficos juegos de palabras y con una gran calidad narrativa.
Pero por momentos aflora la personalidad enferma del protagonista. Comienza a revelarse en frases aquí y allá que Navokov coloca magistralmente en la narración. Humbert se mueve entre los remordimientos de la sensatez y la sutil locura de la pasión más descontrolada. Escribe en primera persona con cierto estilo alucinante, evocador de situaciones y constantemente poético o metafórico. A veces hasta la exasperación (por cierto, magnífico trabajo el del traductor, Enrique Tejedor -pseudónimo usado por Enrique Pezzoni-).

Y así nos mece el autor. Llevándonos en oleadas desde la curiosidad y el morbo, hasta la sorpresa o la repulsión. Zigzaguea entre ambas sensaciones sin más pretensión que removernos por dentro.
Y lo consigue. Vaya si lo consigue.

Francisco Sánchez Cid (Twitter: @LightMyWay78)

10 comentarios en «Lolita»

  1. Una novela inmensa, Lolita. Desde los juegos de ingenio del inicio, la sensualidad desbordada con la que continúa y el desenlace desencantado y sutilmente violento, Nabokov emplea multiples registros para tratarse de un libro narrado por una sola voz. Para mí, una gran obra, muy inteligente, que nos plantea muchas preguntas difíciles de contestar.
    Creo que con tu reseña (con el juego de escribir en un papel) has puesto el dedo en la llaga, porque Nabokov nos pone en la piel del “pervertido” (y uso comillas porque no estoy convencido de que Humbert Humbert sea un enfermo) para que sintamos lo que él siente.

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  2. La vuelta esperada de una gran reseñador. La reseña te ha quedado de lujo y me han dado ganas de leer el libro, con controversia o sin ella, pero depende de cuando sea la edicion, seguro que la hay. Entra en mi plan infinito, y me alegro de haber disfrutado de nuevo de tu pluma, que no se si sera sutil y poetica, pero si empuja a leer los libros que reseñas

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  3. Bueno, bueno, Francisco, veo que has regresado con mucha fuerza y mucha pasión (jejejej) si no hay nada como casarse niño …

    Una reseña extraordinaria sobre un libro que siempre me ha gustado por lo mucho que te hace reflexionar sobre temas morales muy complejos. No lo he leido en inglés (porque no sé inglés) pero la traducción me parece muy buena, y sinceramente, si la versión original es más explícita, igual hasta pierde encanto.

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  4. Gracias Susana por avisarme de lo que pasaba con mi enlace, creo que ya lo he solucionado y lo tendre en cuenta para proximos comentarios, porque por lo que me dices no es la primera vez que ves el error. Perdona Francisco por esta injerencia

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  5. Como bien dice Javier, la novela está escrita de forma muy inteligente.

    El autor, en una nota al final del libro, se queja de la hipocresía de aquellos que la criticaban a voz en grito y luego la leían en silencio.

    Curiosamente, Nabokov escribió este libro directamente en inglés. No se trata de una traducción del ruso. En este sentido, habla de su continua lucha con la lengua inglesa, que encontraba muy limitada en comparación con la rusa, en la que contaba con más artilugios narrativos.

    También es curiosa la introducción del libro, que no quise comentar en la reseña por no destripar cierto encanto de la novela. La introducción la hace el supuesto editor que decide publicar la novela que escribe Humbert Humbert desde la cárcel. Este prefacio del editor le da un realismo tal a la novela, que cuando el lector la empieza, no sabe a ciencia cierta si se trata de una novela o de un hecho real.
    Es un juego que el autor termina en su nota final.

    PD: sin problema Carmina 😉

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  6. un libro sin duda muy escandalizador en su tiempo, cuando yo lo leí (en español) me preguntaba ¿y por esto tanto escándalo? claro, habían pasado ya años desde que lo publicó.
    Un libro triste, la historia de Lolita y como termina ella me hizo llorar. Humbert tenía todo mi desprecio. No conocía el amor. Tan sólo la posesión del otro, de manera absoluta (no le concedía ni tiempo libre, ni conocía sus afectos o preferencias, era incapaz de tener un gesto amable).
    Gran reseña. Gracias

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  7. En efecto, Ale, una historia triste.

    Pero fíjate cómo el autor consigue despertar el sentimiento de desprecio ante un personaje al que no critica en ningún momento. Simplemente narra. Y los acontecimientos ponen a cada cual en su sitio. Es muy curiosa la forma en la que está escrito este libro.

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  8. en eso tienes toda la razón Francisco: sin hacer comentarios negativos sobre Humbert logra despertar sentimientos de intenso rechazo hacia él ¡no había caído en la cuenta de eso! ¡gracias por hacérmelo notar!

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