Los papeles de Aspern

Los papeles de Aspern, de Henry James

los-papeles-de-aspernIgnara de mí, relacionaba siempre a Henry James sólo y exclusivamente con Otra vuelta de tuerca, dando por sentado que era su obra culmen. Ignara, infelice de mí, todavía tenía por conocer y disfrutar la existencia de esta novella, Los papeles de Aspern, que ahora he podido leer gracias a la editorial Navona.

Y, desde luego, ¡qué buen, qué excepcionalmente buen escritor era Henry James! No hace falta leer varios centenares de páginas de su mano para constatarlo; basta sumergirse en la lectura de Los papeles de Aspern, tarea que nos ocupará desde un par de horas a un par de días, dependiendo del tiempo que tengamos libre para dedicarle. Su lectura será como un oasis para nuestra inteligencia, nuestro sentido del disfrute literario y sintáctico y nuestra avidez de observadores innatos del otro, de nuestro semejante, sabiendo que atisbaremos en él rasgos que también nosotros poseemos.

Los papeles de Aspern es una deliciosa, perversa, elegante y adictiva novela corta basada en un suceso aparentemente real. En esta historia, un narrador y protagonista, editor y estudioso literario cuyo nombre jamás nos es desvelado, se entera de que vive en Venecia una anciana que fue amante del poeta Jeffrey Aspern y que ella conserva aún algunas cartas de este poeta. El editor se propone introducirse en su entorno para hacerse con las cartas.

La novela es tan sencilla en su argumento y elenco de personajes -principalmente tres: el editor, la anciana señorita Bordereau y su sobrina, la solterona Tita- como compleja es en su penetración psicológica y exquisita en su manejo del lenguaje, siendo esta última faceta la que a quien esto escribe ha impresionado más profundamente. De hecho, se puede decir -y digo- que probablemente no nos llamaría tanto la atención el estudio psicológico exhaustivo y minucioso que ejecuta James de cada uno de los tres personajes, si no fuera porque nos viene servido con el lenguaje que reproduce hasta en sus menores matices las complejidades de la psique humana. Dicho de otra manera, el lenguaje empleado por James -con esas sintaxis largas y, a menudo, enroscadas sobre sí mismas; esa descripción del entorno, decadente y llena de intención, y de las acciones y actitudes de los personajes, con su correspondiente carga emotiva y deliberada para despertar sensaciones, apegos y juicios en el lector- es el trasunto físico y estético de un ejercicio mental y una postura ética que se desarrollan desde las primeras a las últimas páginas con la tenacidad y el escrúpulo de un científico.

Henry James combina la maestría de mostrar, desnudando la psique de sus personajes y enseñándonos o dejando bien patentes sus motivaciones ocultas, sus pequeñas mezquindades y sus ruindades -pero también sus deseos, sus sueños siempre a punto de cumplirse y sus humanas frustraciones-, y la de ocultar, jugando constantemente con el lector y con la curiosidad que desde el primer momento despierta en él lo que haya en esos misteriosos papeles de Aspern que tan obsesionado tienen a nuestro protagonista; aunque, como ya intuimos desde el principio, por importantes que sean en la trama, esos papeles son sólo la consabida magdalena que nos empuja a seguir leyendo hasta el final.

Comentario aparte merece la descripción de ambientes que hemos mencionado más arriba, con una Venecia exquisita, decadente y melancólica cuyos juegos de luces y colores casi podemos llegar a tocar, en contraste con la oscuridad intramuros del palacio venido a menos en el que hibernan las dos señoritas Bordereau, de personalidades perfectamente definidas y de poderosa individualidad, y una de ellas, la anciana señorita Juliana, de un egoísmo y una soberbia tan antipáticos como literariamente fascinantes.

Una pequeña gran joya de la literatura en lengua inglesa, pues, que con excelente factura y sobria y agradabilísima presentación -tapa dura forrada en tela, lo cual, sumado a la breve extensión de la novela, constituye un ejemplar ligero y compacto a la par que digno de figurar en cualquier biblioteca- nos brinda Navona en su colección Ineludibles.

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