La puerta de la luna, de Ana Mª Matute – Si tocas una ortiga conteniendo la respiración, no te pinchará. Inmediatamente, el niño se agachó y frotó entre sus dedos la ortiga. Mantuvo la boca apretada, en un leve temblor; como si dentro de ella algún pájaro atrapado quisiera escapar. Le imité, adormecida por […]