83 segundos

Reseña del libro “83 segundos”, de César G. Antón

83 segundos

¿Cómo funciona eso de los viajes en el tiempo?, ¿haría falta una máquina o solo con usar el cerebro podríamos hacerlo?, ¿qué esperas encontrar en un libro de esta temática?

83 segundos comienza con la primera frase de la novela La máquina del tiempo, de H. G. Wells qué dice así “el viajero a través del tiempo (pues convendrá llamarle así al hablar de él) nos exponía una misteriosa cuestión…” Me resulta curioso cómo este clásico de la ciencia ficción sigue siendo hoy un libro de referencia para hablar de los viajes en el tiempo.

Alterar la línea temporal en algunos libros aparece aparejada con la idea de que por cada salto que se hace, se van creando como mundos paralelos que transcurren a partir del momento que se ha modificado, mientras que en otros, ni siquiera se plantea la posibilidad de existan. Lo que sí parece ser común en todos es que el viajero es el único que percibe los cmabios.

83 segundos es el tiempo exacto que tarda Víctor en viajar en el tiempo y durante cada uno de esos segundos va a sufrir mucho, mucho dolor ¿merece la pena? Sin duda. Y lo volverá a hacer todas las veces que hagan falta.

Tener la capacidad de viajar al pasado y cambiar decisiones, ¡cuánto poder!, detente unos segundos a pesarlo y dime ¿a qué momento de tu pasado irías? ¿qué cambiarías? Pero ten cuidado, porque cualquier cosa que cambies en tu pasado hará que el futuro (o tu presente), desaparezca. Quizás sea un hijo el que deje de existir tal y como lo conocías, porque las circunstancias en las que fue creado han sido alteradas. Es una decisión muy importante.

Cuando me adentro en el fabuloso mundo de los viajes en el tiempo suelo pedir que las historias:

  • No tengan una explicación tan difícil que no sea capaz de entenderla ni el que la ha escrito
  • Que si se va a usar un artefacto para los saltos temporales sea muy original
  • Que si no vas a usa artefacto, la alternativa sea plausible
  • Que se viaje a la infancia del protagonista, aunque sea de lejos para volver a ver a un ser querido

83 segundos de César G. Antón cumple todos los requisitos y ha añadido algunos más para futuras lecturas, como el tener protagonistas como tú y como yo, alguien nada extraordinario. Y es que Victor es un joven normal, con un trabajo normal, que como cualquier hijo de vecino aún sufre en silencio la ruptura sentimental que le hizo el corazón añicos 5 años atrás. Si puede viajar en el tiempo ¿por qúe no volver a ese momento decisivo en que todo se fue al garete entre ellos e intentar hacerlo todo bien esta vez?

Leer 83 segundos ha sido una experiencia fabulosa, y no sólo por la catársis de intentar cambiar las cosas para bien. También ha sido divertido eso de ir a los casinos a ganar dinero, o jugar un quiniela de 15 aciertos para invertir el dinero donde sabes que va a darte más beneficios. Saber que puedes mejorar tu vida con una simple combinación ganadora y que si alguien te descubre, puedes volver a saltar y “no ha pasado nada”.

Víctor no está solo, con él están sus amigos Gabi y Nerea, que van a ser los portadores de claves para resolver acertijos, aún sin ser ellos conscientes. Y el indispensable Giraldo, que nos da sentido a todo. La amistad, la confianza en uno mismo, el poder de sacrifico, … todo cuenta. Todo es necesario. Aprender para seguir aprendiendo.

En 83 segundos de la editorial Minotaurio vas a encontrar una novela de ciencia ficción como las clásicas, las que no pedían permiso para poder hacerte volar la imaginación. Como las buenas historias que antaño nos contaron H. G. Wells o Isaac Asimov sobre viajes en el tiempo. Aquí están presentes todos los elementos indispensables para que una historia sea creible, disfrutable y adicitiva. Si Víctor no es capaz de parar de saltar en el tiempo, tu vas a ser incapaz de pedirle que lo haga, porque necesitarás saber qué pasaría si….

Así que siéntate en tu lugar favorito, comienza a leerla y sencillamente, deja que el tiempo pase. No habrá tregua. Desde el momento en que da comienzo, vamos a disfrutar del placer de ir hacia atrás para cambiar las cosas.

Ahora si me disculpan voy a volver a intentarlo yo, ya sabes, eso de saltar en el tiempo, sigo empezada en volver a ese tonto momento en que decidí no leer 83 segundos…. Creo que esta vez si voy a lograrlo.

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