Beula

Reseña del libro “Beula”, de Francisco Gimeno Suances

Es un placer regresar siempre a la poesía. No me cansaré nunca de repetirlo: para mí leer poesía es volver a casa. Es en ella donde más cómoda me siento y donde más yo soy. Algo tan sencillo y tan complejo al mismo tiempo como aquellos inolvidables versos de Sylvia Plath: “I am, I am, I am”. Algo así me ocurre a mí cuando abro un poemario para perderme en él.

Por supuesto, en todo esto tiene mucho que ver esa conexión que se establece entre lector y poeta, pues sin ella es difícil encontrar hogar en otros versos. En el caso de Francisco Gimeno Suances, autor del poemario del que hoy vengo a hablaros, he sentido cómo el poeta me abría las puertas de su casa y yo, sin miramientos, he decidido ponerme cómoda en este hogar llamado Beula.

En el lúcido prólogo del poemario, escrito por Míriam Ferradáns, aprendemos que el libro que tenemos entre manos es un libro-promesa, trasparente, pero enigmático y eso es precisamente lo que desprende la poesía de Francisco Gimeno Suances. Con un lenguaje directo, sobrio y cargado de fuerza, el poeta nos transporta a su mundo lírico, un mundo complejo en el que hay lugar para la fantasía y las cuestiones más terrenales, un universo en el que convergen la ironía y la derrota, la memoria y el olvido.

Así, encontramos en Beula distintos tipos de composiciones. Desde poemas más extensos que se acercan a la prosa poética, como Don de lenguas, Gnomos o Renacimiento, hasta pequeños versos cargados de fuerza y simbolismo:

“Ahí fuera, titubeando ante la puerta, está el silencio.
Viene a verte con una carta entre sus dientes.”

Es en estos momentos, en los que el silencio siempre tiene algo que decir, donde el poeta se encuentra quizás más cómodo. Desde ese silencio atronador nos habla de la memoria que duele, esa inevitable memoria que “Sigue doliendo, aliento. Sangra, vida.”

Y mediante un juego de paralelismos entre los elementos más primarios, fuego, agua, aire, y las sensaciones más humanas, nos lleva el poeta al fin: el mar, el olvido, la nada.

“Si las palabras cambian, dijo,
el sentimiento permanece inalterable.
Era incierto. Nada sobrevive, al cabo.
Vestida me arrojo a la marea,
mis cabellos con limo perfumados,
quizás hoy jamás llueva.”

Y en este hogar llamado Beula, donde hay combinaciones tan peligrosas como la pérdida y la esperanza, siempre hay lugar para “la palabra que debe pronunciarse.” Sabedor el poeta de que esa palabra puede sobrevenir en el momento más inesperado, incluso en el momento del olvido.

Parece mentira que este sea el primer poemario de Francisco Gimeno Suances pues hay en el tanta poesía que me pregunto cómo habrá hecho para retenerla toda hasta ahora. Qué bien que le haya dado alas y que Beula sea ahora también hogar de los lectores. Y es que cuando un poeta escribe bien, esa conexión de la que os hablaba antes, se establece sola.

“Sístole calla, diástole olvida,
la vía láctea se va quedando dormida”.

Sin duda, lectores, Francisco Gimeno Suances es un poeta con mayúsculas y Beula un poemario que no podéis perderos.

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