La hija pequeña

Reseña del libro “La hija pequeña”, de Fatima Daas

La hija pequeña

En La hija pequeña, la escritora francesa de origen argelino Fatima Daas (seudónimo) nos cuenta la historia de una protagonista a la que llama con su mismo nombre, mujer joven, lesbiana y musulmana, que habita en la localidad francesa de Clichy-sous-Bois, de población predominantemente musulmana, situada en los suburbios de París. En la novela, la autora nos narra la dicotomía de la protagonista: profundamente practicante del Islam, pero homosexual, ésta se ve abocada a vivir una doble vida y a ocultarle a su familia su verdadera identidad.

Una vez terminada la lectura, me lancé a buscar entrevistas de la autora porque reconozco que me han quedado muchas dudas, muchas cosas por saber todavía. Según la escritora, se trata de un libro semiautobiográfico, dado que la misma se vio obligada a presentarlo de este modo, por miedo a que de lo contrario, no recibiese interés. En el mismo, Fatima Daas es una joven musulmana, la hija más pequeña de un matrimonio practicante que solo tienen hijas. Mediante capítulos de corta extensión, Fatima Daas los inicia siempre mediante la frase “Me llamo Fatima Daas” como si su nombre, que alude a la hija más joven de Mahoma, tuviese que definirla y se esperasen ciertas cosas de la misma. De ella se espera que sea más femenina, desee casarse con un hombre, tenga hijos. He leído que la autora dice que la protagonista se ve movida por la vergüenza y eso es fácilmente palpable a lo largo de la narración. Fatima siente vergüenza de sentirse poco identificada con aquello que se asocia socialmente a las mujeres, de que le gusten las chicas y que a la vez, no sepa encajarlo en el Islam, el cual ama y no quiere desprenderse.

Fatima huye de las relaciones sentimentales monógamas, se considera poliamorosa. Sin embargo, está enamorada de Nina, pero es incapaz de mantener una relación, se muestra esquiva, tiene totalmente interiorizado que no debe hablar de su familia, ya que los trapos sucios se lavan en casa. La relación con Ahmed, su padre, está llena de silencios, de distancia, Fatima por un momento se enfrenta a él, harta de la violencia, de modo que la relación se rompe en seco entre ambos.

Mientras que nuestra protagonista de adolescente es homófoba y violenta, llega a agredir a un chico gay del instituto y a insultar a una profesora, de adulta sigue siendo homófoba y al mismo tiempo está desconectada de todo, en su vida fuera de su casa, solo tiene a su mejor amiga Rokya y a sus relaciones esporádicas. En Argelia es la nieta ideal, silenciosa, que conversa lo justo y evita llamar la atención, obediente. Fatima tiene varias vidas y dependiendo del papel que juegue en cada momento, muestra una u otra. No obstante, a pesar de ello, la autora nos muestra siempre esta Fatima que se mueve entre su identidad sexual de la que reniega, dado que busca respuesta en su religión, pregunta, y  todos aquellos con los que habla le reafirman en la creencia de que la homosexualidad en su religión es pecado, de modo que quiere desprenderse de su sexualidad, buscando sin fin una redención dentro del mismo.

Ciertamente me ha parecido un libro breve pero muy triste, melancólico. Me queda la duda de si hay esperanza en la vida de Fatima, me gustaría pensar que sí, no he podido evitar compadecerme de la protagonista por no poder ser sincera, por no poder contar quien es.

Recomendaría La hija pequeña a aquellas personas en busca de alguna novela que les hable del conflicto entre la identidad sexual dentro del Islam y el propio amor a la religión. Creo que es necesario conocer varias realidades y en este caso Fatima Daas nos presenta la suya, la cual sin ninguna duda no podemos ignorar.

Deja un comentario