La pérdida de la historia

Reseña del libro “La pérdida de la historia”, de Álvaro Soler Martínez

¿Cómo imaginas el futuro de nuestra especie? Probablemente ligado a la exploración espacial, en busca de otros planetas en los que poder habitar cuando la humanidad termine por destruir este, ¿verdad? Pues de ese futuro vamos a hablar hoy.

En un tiempo ubicado varios milenios después de que la humanidad emprendiera su odisea espacial encontramos a Val. Val es una froriana, originaria de FRO, una colonia ubicada en una luna. ¿Qué tiene de particular esta colonia? Que sus habitantes no son libres, sus vidas son propiedad de la Federación Roca Orbital, cuyas siglas dan nombre a la colonia.

Aunque a lo largo del tiempo los frorianos han ido conquistando algunos derechos gracias a las protestas y al sindicato, la realidad es que siguen siendo esclavos. No pueden abandonar FRO para viajar a otros planetas, no pueden escoger su propio camino y, lo peor, mientras estén en edad y condiciones de trabajar, cada seis meses son enviados a las minas ubicadas en otros satélites para extraer mineral. Las condiciones de estas misiones son extremadamente duras, al punto de que algunos trabajadores no son capaces de soportarlo.

Pero en la misión en la que el lector encuentra a la protagonista al abrir el libro, esta es invitada a unirse a un grupo revolucionario para oponerse a la Federación. Val no es tonta, ni mucho menos: sabe que el principal motivo por el que la invitan es que es considerada una especie de símbolo revolucionario debido a sus padres, que murieron luchando contra la Federación. Sin embargo, parece que esta vez la resistencia tiene posibilidades reales de derrotar a los opresores de FRO.

“Supongo que no me queda otra alternativa que utilizar, después de muchos años, la fe ciega en algo. Aunque déjame decirte que la confianza es un verdugo silencioso de la esperanza.”

Con una pluma sencilla pero profundamente reflexiva, el autor nos embarca en esta lucha espacial en primera persona por la libertad de los frorianos. Una lucha que, obviando la parte distópica espacial y futurista del relato, es más actual de lo que pudiera parecer en un primer momento.

Una lectura adictiva desde el principio, cuyos giros inesperados mantendrán al incauto lector pegado a las páginas hasta que se ponga el punto final. ¿He dicho giros inesperados? Efectivamente: es en el momento menos esperado cuando se desata el caos en FRO y la historia se precipita hacia su desenlace, pasando de una narrativa pausada, descriptiva y reflexiva a una vorágine de acontecimientos que harán al lector contener la respiración.

“¿Por qué insistimos tanto en intentarlo una y otra vez? Porque es lo justo, porque es lo que hay que hacer; la utopía siempre encuentra resquicios hasta en los infiernos más dantescos. La gente es buena, la mayoría de las personas revolotean frente a sus fantasmas intentando ser alguien, intentando encontrarse. Es entonces, cuando ven su reflejo en el otro; el otro que vive como ellos, que sufre, trabaja, ama, y es también castigado por los mismos opresores, cuando encuentra el mayor combustible para seguir subiendo peldaños hacia una vida mejor.”

Aviso para navegantes: aunque se trata de un libro breve (tan solo 150 páginas) haced acopio de post-it, subrayadores o lo que sea que utilicéis para marcar frases porque, creedme, los vais a necesitar.

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