La verdad vencerá, de Luiz Inácio Lula da Silva

La verdad venceráCuenta Luiz Inácio da Silva, mundialmente conocido como Lula, que de niño era tan pobre que no le alcanzaba para comprarse chicles. Algunos de sus amigos, o sus padres, mejor dicho, sí que podían permitirse este desembolso, y los chavales pasaban el día mascándolos y haciendo pompas con ellos. Lo que el expresidente de Brasil hacía, según sus propias palabras, era pedírselos una vez que veía que los iban a escupir, para lavarlos cuidadosamente y poder utilizarlos él. Este es un hecho que reafirma, según explica en La verdad vencerá, que él sería incapaz de coger lo que no es suyo, ya sea una goma de mascar o un apartamento en la playa.

Desde el 7 de abril y, al menos, hasta el momento en el que escribo esta reseña, Lula se encuentra en prisión, condenado a doce años y un mes por los delitos de corrupción pasiva y blanqueo de capitales. Él niega categóricamente todas las acusaciones e invita a demostrarlas. E independientemente de cuál sea la verdad, si algo está quedando claro en este proceso judicial es que este no está gozando de las garantías que todo Estado de Derecho debería tener: las pruebas no son concluyentes, los delitos por los que se le condena no parecen adaptarse a los hechos probados y la imparcialidad de Sérgio Moro, el magistrado que le hizo entrar en prisión sin esperar a que se hubiesen agotado todos los recursos, es más que cuestionable. Todo muy cogido con pinzas para justificar el mantenimiento entre rejas de quien a día de hoy sigue siendo el candidato favorito para las elecciones a la presidencia del país del 7 de octubre.

En La verdad vencerá, publicado en España por El viejo topo, solo conocemos una postura: la del propio Lula, a través de tres largas entrevistas, que es reforzada con textos de algunos partidarios. Esta visión defiende que el encarcelamiento del fundador del Partido de los Trabajadores no es sino el culmen de un golpe de Estado por parte de las élites brasileñas, que tuvo su primer gran golpe de efecto con el impeachment (proceso de destitución) que sufrió Dilma Rousseff a mediados de 2016. Desde entonces se han encadenado una serie de hechos tan llamativos que sorprende mucho, desde el punto de vista periodístico, el poco interés que han demostrado los grandes medios españoles por seguir este proceso, y más teniendo en cuenta la importancia de Brasil en comparación con otros países de su entorno que sí han recibido una generosa cobertura mediática en los últimos años.

En estas conversaciones, muy próximas a su detención, Lula se muestra tranquilo y seguro de su versión de los hechos. En la exposición de la misma, intercalada con anécdotas y metáforas (la mayoría futbolísticas), Lula detalla los tejemanejes de la política brasileña, dando cuenta, con nombres y apellidos, de cómo se hacen las cosas en su país. De hecho, sin las decenas de anotaciones a pie de página con las que cuenta el libro sería prácticamente imposible seguir un relato al que acompañan diversas fotografías en blanco y negro con momentos importantes de la biografía de Lula, unos cuantos textos apoyando su versión y el discurso que dio en el Sindicato de Metalúrgicos, en el que comenzó su faceta pública en los años setenta, el mismo día en el que se hizo efectiva su entrada en prisión.

No corresponde a nadie, salvo a los tribunales brasileños, decidir si Lula es culpable o no de los delitos que se le acusan, pero sí que es una obligación moral de todos los que confiamos en la Justicia el cuestionar si el proceso al que está siendo sometido es acorde a la ley. Porque las dudas que hay en torno al caso no dejan de favorecer la idea de que todo ha sido gestado por aquellos que llevan años mascando Brasil y que no tienen intención de soltarlo.

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