Los creadores

Reseña del libro “Los creadores”, de Stefan Zweig

Los creadores, Stefan Zweig

Hay una premisa que no me cansaré nunca de repetir: “de Stefan Zweig leería hasta sus listas de la compra”, hoy os traigo un ensayo donde el autor habla de ocho grandes personajes reales: Los Creadores. Ediciones Ulises la publica y con su formato de bolsillo se puede disfrutar en cualquier circunstancia de las palabras del autor austríaco.

En alguna ocasión he comentado que su obra tiene un factor común, denunciar la guerra. Siempre vamos a encontrar un párrafo o un capítulo dedicado al horror que produce. Sus palabras a veces nos dan esperanzas de paz y en otras ocasiones, entendemos el trágico destino de quien no ha encontrado ninguna salida al conflicto.

En Los Creadores vamos a conocer a unos personajes que dejan huella y van a enseñarnos algo necesario, por eso Zweig les dedica su tiempo, así era él. Veamos quiénes son:

  • Para hablar de Lord Byron empieza por su fallecimiento, el drama que supuso para Inglaterra y para el resto del mundo. Describe la personalidad del poeta a través de lo que produjo su marcha, lo compara con los grandes escritores de otros países, con otros poetas, con filósofos y, consigue enarbolar la grandeza de “el primer poeta que después de Shakespeare volvió a llevar por todo el universo el verbo inglés”. Escrito en 1924, sigue dando buena cuenta a día de hoy, de la vida del poeta.
  • La trágica existencia de Marcel Proust, fue descrita en 1925 dando voz a todo aquello que ensombreció la vida del escritor francés, desde esa tierna infancia donde enfermó por primera vez, a todas las desgracias que vivió y lo convirtieron en ese alma perdida que sólo encontró su camino con las letras.
  • Del poeta, ensayista y dramaturgo austríaco Hugo Von Hofmannsthal, Zweig sólo tiene palabras hermosas. Su pérdida la describió así:

“En esta impresión unánime todos supimos, y lo supieron Austria entera, Alemania entera, el mundo entero, intuitivamente, que con él se nos arrebataba algo irremplazable, pero solo ahora comprendemos por qué su ejemplar figura de guía nunca fue para nosotros más necesaria que en la hora presente”

  • Franziska Nietzsche (madre de) y las cartas que le envió a Overbeck hablando de su hijo, es la protagonista del cuarto ensayo que nos encontramos en esta obra. Zweig no las transcribe, sino que las resume dándoles un toque muy entrañable.
  • Tolstói, uno de los autores fetiche de Stefan, siempre admirado, siempre nombrado, es descrito como un pensador religioso y social muy necesario para el ser humano. Nos transcribe las seis preguntas que, según el escritor ruso, toda persona debe hacerse a sí misma:
    • ¿Para qué vivir?
    • ¿Qué causa tiene mi existencia y las de todos?
    • ¿Qué fin tiene mi vivir y el de los demás?
    • ¿Qué significa la división, la separación entre el bien y el mal, que siento en mí, y para qué está?
    • ¿Cómo debo vivir?
    • ¿Qué es la muerte… y cómo puedo salvarme?
  • Extravío y fin de Pierre Bonchamps. La tragedia de Philippe Daudet, fue escrito en 1924 y, recopila brevemente la información que se tiene sobre la desaparición y muerte del joven Philippe (hijo de un importante escritor y periodista francés) y las teorías sobre su fallecimiento que acusaban a los anarquistas. Magistral relato que arrebata el aliento.
  • Con Beatrice Cenci realiza un ejercicio similar al que llevó a cabo cuando escribió la biografía de María Antonieta, mezcla realidad y leyenda, y nos permite llegar a nuestras propias conclusiones. A la niña Beatrice acusada de parricidio por matar a su padre maltratador y abusador sexual, creo que se le hace justicia al fin.
  • Los jardines en la guerra es la sobrecogedora visión de Zweig acerca de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Todos conocemos el final del escritor, por eso es tan inquietante y tan importante este relato. Es un esencial que cierra la obra con el más alto nivel literario.

Ediciones Ulises recupera estos 8 relatos/ensayos de uno de los autores más reconocidos y admirados por los lectores de todo el mundo. Sus obras no pasan desapercibidas. Sus palabras no se pierden en el viento. Léelas. Disfrútalas. Siéntelas.

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