Reseña del libro “Poesía Suburbial”, de Iván Keating
Hay un verso de William Blake que ha estado persiguiéndome de una u otra forma desde hace años. Dice así:
“Y cuando las puertas de la percepción se abran, entonces veremos la realidad tal cual es: infinita”.
Este verso me llevó a conocer al filósofo y escritor británico Aldous Huxley, quien escribió Las puertas de la percepción. Libro que, por cierto, os recomiendo. Así, desde este libro llegué al genial Jim Morrison y su grupo The Doors, nombre que, como habréis imaginado a estas alturas, tiene mucho que ver con los autores que he mencionado. Son curiosas las relaciones que se establecen entre personas tan distintas. Es algo que siempre me ha gustado: tirar de ese hilo invisible que teje las conexiones que desconocemos.
¿Por qué empiezo esta reseña contando esto? Es sencillo. Si tuviera que seguir tirando de se hilo y desenmarañando esa madeja, estoy convencida de que, en algún punto, me llevaría a la poesía de Iván Keating. No sé bien cómo explicarlo, pero en mi cabeza, mientras leía Poesía Suburbial, iba surgiendo esta relación, ese juego de paralelismos que me lleva a contaros esto.
Iván Keating nació en Toledo, en 1988. Estudió Educación Social y es uno de los fundadores y compositores de la banda de rock A ContraVerso. Su primer libro, publicado en 2019 y de título Intimidad Pública, tuvo una gran acogida.
Con prólogo del reconocido músico y poeta Sharif Fernández (sin duda, un padrino de lujo que apuesta por los versos de Iván Keating), Poesía Suburbial es su nuevo poemario. En él, el autor nos habla desde lo cotidiano, esos lugares que todos transitamos en nuestro día a día y a los que sólo los poetas saben ponerles nombres. Hay en la poesía de Keating un claro anclaje a lo terrenal, como si la poesía brotase del asfalto que pisa el poeta. Un universo interior muy rico, pues a través de sus versos y de sus muy cuidadas citas, descubrimos a un autor que ha leído mucho, ha visto buen cine y ha disfrutado la buena música. Algo que, sin duda, se refleja en su poesía.
Temas que abarcan desde el amor más visceral a la ausencia del ser amado, desde un Carpe Diem bastante peculiar hasta la cara menos amable de la vida, aquella en la que se reflejan las falsedades y en la que el autor se siente libre para celebrar aquello que se ama, pero que también lo que se detesta. Y es que, en palabras del poeta:
“La ventaja de la misantropía
es que la gente jamás te decepciona”.
Toda una declaración de principios la que se esconde en algunos de sus poemas. Versos desgarradores como estos:
“Tengo un corazón kamikaze
que no escarmienta ni claudica.
También algunos enemigos
que no les quitaré sus razones.
Pero, por encima de todo lo decible,
tengo la arriesgada costumbre
de decir siempre mi verdad”.
Una poesía que está del lado de los soñadores, de aquellos incomprendidos que se reconocen en sus versos, de quienes no necesitan lujos para saberse ricos:
“¿Has contemplado las turquesas calas
y el precioso arrecife menorquín
que se descubre con la marea baja?
Esa es la envidia de los muertos
y la ventaja de los vivos.
A eso me refiero
cuando hablo de riqueza”.
Una poesía, también, muy del lado de los poetas malditos, un tanto beat, aquella de “quien escribe para conocerse y se desconoce del todo”.
Iván Keating radiografía en Poesía Suburbial la cruda realidad y lo hace sin tapujos. Es por eso que este es un poemario comprometido, que es crítica y a la vez agradecimiento, que esconde los versos más puros, pero también los más crudos.
Escribe el poeta, como colofón al poemario:
“En este mundo tan susceptible,
decir la verdad es un acto revolucionario.
Ahí tenéis la mía, a cambio de nada”.
Este poemario tiene vocación de revolución. Sirvan como puertas de la percepción los versos de Iván Keating para transportar al lector a un viaje al centro del universo del poeta. Un viaje muy peculiar que merece la pena transitar a través de su poesía.