Entrevista a Emilio Bueso

Entrevista a Emilio Bueso, autor de “Cenital”

emilio buenoDescubrir un libro y que éste se te meta hasta las entrañas es una suerte que yo cuento con los dedos de una mano. Tener la posibilidad, además, de que el autor te conteste a unas preguntas es llegar a un nivel diferente para conocer los entresijos de lo que se mueve en el interior de la novela. Eso sucede tanto con su obra, Cenital como con Emilio Bueso. Novela y escritor han hecho que me pase días enteros pensando y reflexionando sobre lo que nos cuenta y deja para el lector esa sensación de necesitar mucho más para poder entender este caótico mundo que nos ha tocado vivir. Por eso me decidí a mandarle estas preguntas que ahora podéis disfrutar vosotros listas y contestadas para que, en cuanto salgáis por la puerta de casa, vayáis corriendo a comprar su libro.

Os presento a Emilio Bueso. ¡Disfrutad!

Antes de empezar la entrevista, nos gustaría saber tus hábitos como escritor:

1. ¿De día o noche? Soy incapaz de escribir de día, desde siempre.

2. ¿Un cigarrillo al lado Y el demonio al otro.

3. ¿El papel y la pluma han pasado a mejor vida? Uso un lote de componentes de software adaptados, y hasta hechos a medida. Varias docenas de diccionarios enlazados por una interfaz que los multiplexa y hasta un asistente creativo cargado de plugins que me ayuda a gestionar los datos que maneja cada novela y su estructura de trama y personajes. Compilo tracklists de muchas pistas para cada texto. Releo en una pantalla de tinta electrónica. Ya no me vale con un Scrivener ni con cualquier sistema operativo. Y todo ese monstruo me lo gestiona una única máquina, una burra de ocho núcleos, con sus tres teclados distintos. Mi mujer dice que mi despacho durante las fases de redacción parece un labo de la NASA.

A esta clase de cosas es a lo que me refiero cuando digo que me mi autoría me está consumiendo como a una colilla, a que a menudo no reparo en costes. En tecnología concretamente llevo años aplicando de lo bueno lo mejor. No soy capaz de escribir en un portátil de serie. Pruebo cada cachivache nuevo que sale y que creo que puedo aplicar para hacerme la escritura más capaz. Me tiene sin cuidado si algunos autores se apañan con el boli del camarero y una servilleta, yo para sacar un buen rendimiento tengo que andar hecho un puto cyborg.

4. ¿La inspiración llega por sorpresa, o sorprendentemente, siempre te pilla trabajando? Las mejores ideas me acuden mientras nado. Me tiro muchas horas en la piscina para concebir una historia. Al teclado sólo se me ocurren cosas secundarias.

5. ¿Quién es tu mayor crítico? Tengo el privilegio de contar con un equipo formidable de lectores de pruebas, que reúno específicamente para cada trabajo. Tras ellos me esperan como medio centenar de reseñas de todo tipo, medios y bloggers. Atiendo en cada novela y con atención las valoraciones de mucha gente exigente. Leo gracias a las alertas de Google casi todas las críticas que me caen y cuanto se dice en los portales del sector. Y sé que no debería… Supongo que mi problema es que algunas cosas de este rollo me las tomo muy en serio. Las críticas no son ninguna excepción.

6. ¿Qué personaje te gustaría que leyese tu libro?¿Cenital? Tyler Durden.

7. ¿Qué libro(s) estás leyendo ahora? Noctuario, de Ligotti.

8. ¿Qué libro guardas como el más valioso? Libros tengo demasiados y casi nunca releo, aunque les tengo un cariño especial a las obras que me metieron en esto. Ende, S.R. Donaldson, Lovecraft…

9. ¿Qué usas para marcar las páginas?Una tarjeta magnética que antes abría una puerta. No preguntes más.

10. ¿El mejor lugar para leer? El sofá de mi despacho. Está junto a la ventana, tiene encima un fantástico flexo, y delante un acuario de luz nocturna lleno de peces ciegos.

Y ahora que ya sabemos un poco más de tus hábitos como escritor, hablemos de “Cenital”.

1. Aunque ya llevas unos cuantos años a cuestas escribiendo, y eres uno de los autores más reconocidos en el género, para aquellos que no te conocen todavía, ¿qué nos puedes contar de Emilio Bueso que debamos conocer? 

No, no me he hecho al monte. Vivo en Castellón, en un piso, aunque me creo capaz de gobernar un huerto, y en parte es porque de eso vivía mi abuelo, de su alquería. No soy ninguno de mis personajes, aunque supongo que hay cosas mías en todos ellos.

Hay gente que me dice que cuente mi vida en el blog, que actualice estados para enseñar más fotos de mi hijo, que saque mil selfies, que retrate los bolos, o que hable más de mi trabajo y de las cosas que hago para divertirme… Pero yo no creo en los autores tanto como en sus obras. Ya hablo bastante de mí si me tiran de la lengua en las redes sociales, paso de hacerlo también en las entrevistas. En esta ya he contado mucho.

2. “Cenital” es una obra difícil de clasificar – al menos para mí lo es – porque trata muchos temas que están bien ensamblados unos con otros. Para ponerlo en un contexto ¿cómo nace este proyecto?

Es una consecuencia de los años que llevo echando pestes de todo, cada vez que intento entender nuestra estructura socioeconómica.

3. La novela comienza con la siguiente frase: “Toda revolución comienza con el sueño de un hombre corriente” y Destral consigue llevar a cabo su personal revolución en el libro acompañado por una serie de personajes a cada cual más interesante (internamente hablando). ¿Tuviste claro desde el principio cómo iba a ser el desarrollo de la historia o fue cambiando según la novela avanzaba?

Durante la redacción trabajo en trance y dopado, nunca sé decir cómo ni adónde irá la novela a dos capítulos vista. Durante las fases de retoque es cuando me ocupo de desplegar los componentes que he obtenido de una forma ordenada, de metrar la cadencia de los ritmos, del raccord, de los cliffhangers, de recortar unos pasajes, estirar otros y descartar muchos. Por último, y ya cuando tengo un contrato sobre la mesa, todas las lecturas de pruebas importantes bien estudiadas y un editor que lo es está soplándome indicaciones en la nuca… Entonces me pongo a rematar la plástica con la que encajan los detalles y de afinar los resortes que cosen y articulan la novela, hasta darle el empaque final que persigo. Para cuando ya estoy hasta los cojones es cuando Pablo Mazo le entrega mi cabeza a Antonio Romar, mi corrector de estilo habitual, y nos matamos.

Vamos, que eso también lo he complicado mucho.

4. Una de las características que resalto a la hora de hablar con conocidos sobre “Cenital” es su claridad y la falta de disfraces a la hora de hablar de lo que sucede en el libro, ¿hoy en día estamos acostumbrados a los libros descafeinados? 

Los capítulos más duros de Cenital, en torno a las cuarenta páginas, no se fueron a imprenta. Me he comprometido a publicarlos sólo si la novela alcanza la tercera edición.

Censuro yo mismo mis propias obras, lo he hecho con todas. Lo que mando a imprenta casi siempre es una versión amable de lo que yo contaría si el público no estuviera acostumbrado a leer cosas que no le ponen a prueba. Incluso así, me encuentro con que hay gente que sigue encontrando trabajos como Esta noche arderá el cielo difíciles de digerir.

5. Muchos escritores a los que he entrevistado tenían un objetivo muy concreto a la hora de escribir la novela. Algunos querían divertir a sus lectores, otros sorprenderles, otros incluso utilizar como terapia su novela, ¿cuál es tu objetivo con “Cenital”?

Quiero dejar al lector pensando en cada novela, por eso la emprendo a menudo con temas espinosos: la redención a través del arte, el paso del tiempo, la insostenibilidad de nuestro estilo de vida, la locura, los peligros de la tecnología, la fractura social que abre el abismo generacional y demográfico que estamos creando…

Lo gordo es que luego resulta que, en el núcleo de todas mis novelas, en realidad hablo sobre la familia como estructura.

6. Al terminar el libro, uno sabe que la historia continúa, pero que es el lector el que debe ponerle su particular continuación, ¿buscas siempre esa parte activa en el lector? ¿te lo planteas cuando estás escribiendo o es algo que te pide la historia?

A menudo creo que una cosa mucho más importante que todo lo que decido contar y explicar es lo que dejo deliberadamente fuera de la novela. No quiero conducirlas para darle paz a nadie.

7. Por mi trabajo puedo observar que tanto el género de terror como el de ciencia ficción está teniendo un auge que hacía tiempo que no tenía – tanto en las elecciones del público como las apuestas de algunas editoriales -. Como escritor, ¿cómo ves el presente – y el futuro – de estos géneros?

Yo todo eso lo veo muy negro, porque te pongas como te pongas, cada vez se venden menos libros. Me da igual si ahora pinta nuestro color, lo importante es que ya casi no quedan brochas.

8. Hoy en día, una de las herramientas más importantes para dar a conocer las obras, son las redes sociales que permiten un contacto más directo con los lectores y con otros compañeros del mundo editorial. En tu caso, ¿de qué forma las utilizas?

Tengo siempre una cola de espera de varios cientos de personas solicitando amistad en facebook, pero no dejo entrar ahí a muchos desconocidos porque en facebook discuto fuerte y con mucha gente distinta, o cuelgo fotos de mis vacaciones, o de mis vicios. Tengo también una cuenta de Twitter, para despachar en abierto con el público en general, pero no le dedico demasiado tiempo a eso. En Goodreads paso de decir lo que pienso de cada cosa que me leo. El blog lo veo como una bitácora de comunicados oficiales, de modo que lo uso para poco más que anunciar los bolos y los libros nuevos. De nuevo soy incapaz de implementar una metódica sencilla y de bajo coste.

9. A principios de verano, entrevistando a una escritora en la Feria del Libro de Madrid nos decía que le habían dicho que “había sido todo un éxito firmar cinco ejemplares de su libro a desconocidos”. ¿Vivimos tiempos catastróficos en el mundo del libro? ¿Uno puede vivir de este trabajo?

El mundo del libro se está yendo al carajo.

Yo ahora mismo estoy esperando a ver qué resultados dan mis últimos trabajos para ver si mi obra resulta viable. Y no digo viable como para reportarme ingresos, sino viable como pagar las expediciones, libros, entrevistas y materiales que exigen algunas de las novelas que me gustaría firmar en el futuro… Cosa que pinta bastante mal, porque la industria convencional no es capaz de ofrecerles al grueso de sus autores absolutamente ninguna cifra digna, y la de nuevo cuño es tan insolvente como para abordar a un lector escaso y que no está dispuesto a pagar más de dos euros por un e-book.

A día de hoy, los números que arroja esto para el novelista ya no tienen sentido ni siendo un superventas. Todo nos está empujando a escribir únicamente para satisfacer el ego, las inquietudes creativas, el entusiasmo estético y el propósito político… El problema conmigo es que yo siento que ya he conseguido bastante de todo eso. Quiero mucho a los pocos miles de lectores que tengo, y me encanta cuando veo que valoran mis libros, o que me abrazan en los bolos; pero teniendo un empleo que lo es, un crío de tres años y una vida plena no me veo dejando de lado todo eso sólo para hacer más literatura y ruido en la oscuridad. La cantidad de tiempo y energía que me exige sacar una novela al año se me hace demasiado alta como para justificar un simple hobby. La presión, las horas de sueño, ver cómo todos los efectivos de la industria viven a tu costa sin rubor alguno, recorrer miles de kilómetros, despachar con prensa hostil y muchos haters… Es un puteo excesivo si luego cuando el libro va agotando su tirada todo cuanto hay para el autor son palmadas en la espalda.

Y lo primero en la vida es vivir, no dejarse la juventud tratando de marcar paquete.

10. Mis siguientes libros en la lista de lecturas son “Diástole” y “Extraños eones”, ¿hay alguna historia esperando para los lectores en un futuro?

Me temo que no, o al menos no por ahora. Hace meses que apenas escribo nada. Aunque puede que durante los próximos años tire de la montaña de inéditos que tengo en el cajón mientras espero a ver si algo cambia, conmigo o con el mundo.

 

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