Asesino de brujas. Dioses y monstruos

Reseña del libro “Asesino de brujas. Dioses y monstruos”, de Shelby Mahurin

Asesino de brujas. Dioses y monstruos

Asesino de brujas: La bruja blanca fue mi mejor lectura del 2020. Asesino de brujas: Los hijos del rey fue una continuación que me dejó con ganas de más y se convirtió en una de mis mejores lecturas del 2021. Y hoy os vengo a hablar del último tomo, el que cierra la trilogía. Una novela, Asesino de brujas. Dioses y monstruos, ansiada y muy esperada para todos los que hemos sufrido junto a Lou y Reid; para los que nos quedamos con la boca abierta con ese tremendo final del anterior volumen. 

Hoy tengo mucho que decir, tanto cosas buenas como no tan buenas de esta tercera parte. Es así porque después de adentrarme en Belterra y de enamorarme de todos y cada uno de sus personajes, una se siente parte de esta familia de brujas blancas y brujas de sangre. Una ya es amiga de Lou, Reid, Coco, Beau y compañía. Y por eso mismo, yo, que lo he vivido todo tan intensamente desde el comienzo y me he enganchado a la prosa de Shelby Mahurin, debo ser sincera y explicaros en detalle por qué Asesino de brujas. Dioses y monstruos, no ha resultado ser el final de trilogía que yo esperaba. 

Esta trilogía se ha caracterizado por su continua acción y sus giros inesperados. Y tal y como terminó el segundo libro, yo me mordía las uñas pensando en lo que iba a ocurrir y cómo iba a ocurrir en este tercer tomo. Sin embargo, las primeras doscientas páginas se centran en un tema que no puedo decir, pero que está vinculado con ese final del que os he hablado antes. Y para mi gusto, la autora se ha recreado demasiado tiempo en ello. 

Es cierto que a pesar de la falta de acción en esa parte del libro, el lector sí puede conectar con la mente de varios personajes que encabezan los capítulos. Conectar y retomar ese romanticismo entre Lou y Reid que quedó aparcado en la segunda novela. 

Así que, aunque reconozco haberme desesperado por la lentitud con la que avanzaba la trama en esa primera parte de este tomo, el romance casi olvidado y la intimidad y cercanía con los protagonistas me ha hecho suspirar. 

Por otro lado, quiero recalcar que Shelby Mahurin sabe muy bien cómo darle la vuelta a la tortilla, sabe perfectamente cuándo cambiar el chip, meter el turbo y saciar nuestra sed de acción, ya que pasadas esas primeras doscientas páginas, la historia coge mucho ritmo y no dejan de pasar cosas: giros, aparición de nuevos personajes, secretos que salen a la luz y sorpresas por un tubo. 

Ya no pude parar, la verdad. Ahí fue cuando la autora me devolvió la esencia de la trilogía y me transportó por completo de nuevo a esa peligrosa Belterra de brujas y seres sobrenaturales, crueles y despiadados, donde también hay humanos que calan hondo como Beau, y otros que se fueron pero que nunca se irán de nuestros corazones ni de los de Lou y Reid. 

Así, Asesino de brujas. Dioses y monstruos, es una lectura necesaria para los que ya os habéis adentrado en este mundo. No obstante, no esperéis que esté al nivel del primero, ni siquiera del segundo. Tampoco diré que es un mal libro, porque no lo es, ya que aunque tarda en coger ritmo, lo hace y de una manera brutal. Además, las relaciones están muy bien desarrolladas y la ambientación en diferentes y nuevos lugares que no conocimos en anteriores libros, ha sido fabulosa. 

Como os digo, la trilogía en sí merece mucho la pena a pesar de los agujeros que podemos encontrar en esta tercera parte, y la autora consigue reconducir la trama para dejar con un buen sabor de boca al lector. 

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