De juzgados y sombras

Reseña del libro “De juzgados y sombras”, de Víctor Ayllón

De juzgados y sombras

Me gustan las novelas que, bajo un halo de sencillez, esconden toda la complejidad del ser humano en ellas. Historias que aparentemente no dicen nada nuevo, pero que tras esa cotidianidad se oculta casi un tratado de existencialismo. Todos conocemos alguna novela así. Se me viene a la cabeza, entre otras, Stoner, de John Williams.

Si os cuento esto es porque el libro que hoy os traigo, De juzgados y sombras, me ha recordado a este tipo de novelas que entre sus páginas albergan la condición humana y que te invitan a reflexionar y a cuestionarte tu existencia.

Daniel es un funcionario del Juzgado de Violencia Sobre la Mujer de Granada. A sus treinta y nueve años, tiene una vida más o menos sencilla. Su trabajo, su casa y la compañía de su perro Dylan son su día a día. Sin embargo, si rascamos un poquito esta superficie, pronto descubriremos que esta monotonía esconde muchas carencias. Su pasado tormentoso aún resuena en su cabeza, pequeños ecos que vienen una y otra vez a su presente y que intenta apagar a base de drogas y alcohol. Daniel, que por su trabajo conoce muy bien las miserias y la violencia de la vida, también sabe de la soledad, del hastío y de un destino al que siempre temió.

Sin pareja y en la única compañía de su perro, Daniel pasa sus monótonos días sin demasiadas expectativas. La única persona en la que puede confiar es en su hermana Elena, aunque sea en la distancia. El resto no son más que compañeros de trabajo o conocidos con los que se ve obligado a interactuar. Leer y releer los expedientes de las declaraciones de las víctimas y demás partes implicadas en los juicios que asiste se ha vuelto casi una obsesión. Allí, en esas páginas, ha descubierto que se esconde la esencia más retorcida y vulnerable del ser humano.

La noticia de la jubilación del juez del juzgado en el que trabaja no es algo que le afecte demasiado. Pronto vendrá uno nuevo que lo sustituya y la vida continuará su ritmo. Sin embargo, Daniel nunca podría sospechar que el nuevo sustituto llegará para remover ese pasado que trata de olvidar y del que siempre ha intentado huir. Alejandro Sumieres, el nuevo juez, comparte demasiado con nuestro protagonista.

Ese pasado turbulento llama a las puertas del presente sin previo aviso y Daniel no puede hacer más que dejarlo entrar y tratar de encontrar ese equilibrio que siempre ha estado pendiente de un hilo. Encontrar su lugar, sentirse en paz consigo mismo… Os suena, ¿verdad? Como os decía antes, la incansable búsqueda del ser humano. Esa aparente sencillez que todos anhelamos y que es a la vez tan difícil de encontrar.

Víctor Ayllón ha escrito una de esas novelas que tanto me gustan. Una historia que esconde entre sus páginas tantos matices y tantas sensaciones con las que, como lectora, puedo sentirme reconocida. Es fácil conectar con el personaje, pues en algún momento de nuestras vidas todos hemos huido del pasado o hemos tenido que enfrentarnos a un presente que no nos satisface.

El estilo del autor, sin demasiadas florituras (cosa que agradezco enormemente), es ágil y consigue mantenerte atrapado en la trama desde el comienzo. Las idas y venidas entre pasado y presente junto a los testimonios de las víctimas que el autor intercala entre la narración aportan frescura y dinamismo al relato.

Sin duda, recomendaría De juzgados y sombras, de Víctor Ayllón, a aquellos lectores que saben que un libro puede esconder entre sus páginas la esencia del ser humano. También a aquellos que estén dispuestos, aunque sea a través de la ficción, a hacer las paces con su pasado y encontrar lo que buscan en el presente. Creo que son dos buenos motivos, ¿no os parece?

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