Reseña del libro “Decir adiós no es olvidarte”, de Yago Gómez Duro
Descubrí a Yago Gómez Duro a través de su faceta como reseñista literario en Instagram, en su cuenta nos deleita día tras día con su opinión acerca de los libros que lee y, me declaro abiertamente fan suya en ese aspecto.
Un día anunció que había escrito un libro y que se iba a publicar a través del sello Ediciones B del grupo Penguin Random House. Estaba muy emocionado y ese sentimiento nos lo contagió a todos porque, desde su perfil en RRSS se percibe su sensibilidad y las buenas formas que emplea en todo lo que hace. Así que cuando cayó en mis manos su ópera prima “Decir adiós no es olvidarte”, lo he disfrutado doblemente, por un lado, al haber sido testigo, de alguna forma, del duro trabajo que ha realizado y, por otro, por las ganas de dejarme llevar a dónde él quiera llevarnos.
Pero “Decir adiós no es olvidarte”, ¿qué significa? …, te estarás preguntando, pues yo te lo voy a explicar.
Es el sentimiento que mantiene unidos a Alejandro y David, dos personas que se amaron con locura en el pasado, pero a los que la vida los ha llevado por caminos separados. Fue Alejandro cuando dejó a David sin previo aviso, con una nota abandonada en la encimera de la cocina que tantas veces fue testigo de su amor, el que propició ese distanciamiento. Poco a poco vamos conociendo hechos que marcaron la vida de ambos, por ejemplo, sabemos que en el momento de la marcha de Alejando, David pasaba por su peor momento y que se marchó porque era incapaz de afrontar aquello que los había destrozado. Huyó y terminó de romperlo todo.
Diez años sin saber el uno del otro porque, el que se fue, se aseguró de que el que se quedaba esperando no supiera nada sobre qué pasaba, cómo había pasado ni dónde estaba.
A través de unos correos electrónicos que se van enviando entre ellos, somos testigos del dolor que se vuelve a despertar en uno y del que el otro arrastra desde hace años. Un dolor reprimido por ambos, unas lágrimas que van mojando sus mejillas, pero que no limpian la pena.
Descubrir poco a poco las respuestas a las preguntas que David llevaba tanto tiempo buscando, ha sido doloroso.
Yago Gómez Duro va marcando el ritmo, y aunque a veces he deseado con furia que la historia fuera más rápida, porque necesitaba conocer la verdad con prontitud, he sabido controlar mi ansiedad y me he dejado llevar por él.
Decir adiós no es olvidarte, es una frase que dice mucho y, la verdad es que, sabiendo lo que lleva detrás y lo que significa,… duele y apacigua al mismo tiempo. Es una contradicción extrañamente hermosa.
Terminas la novela con la necesidad de sentir un abrazo porque, la historia de David y Alejandro te va a llevar a algún momento de tu vida pasada donde perdonaste aquello que jamás pensaste que perdonarías, donde perdiste a alguien que era muy importante en tu vida o donde tus sueños se rompieron y tuviste que reinventarte. Pero también en Decir adiós no es olvidarte vas a recordar como superaste lo que tanto daño te hizo o cómo buscaste fuerzas donde no las había para seguir luchando en esta vida.
Yago consigue hacer que tu corazón empatice con David y Alejandro, que entienda su dolor, su pérdida, el modo en que se enfrentaron a esa dura prueba, cada uno a su modo, causando más dolor sin quererlo, pero buscando el modo de seguir respirando cada día.
Decir adiós no es olvidarte es un hermosa historia que, a pesar de la tristeza que podamos en ella encontrar, también ofrece esperanza y el saber que siempre habrá un camino que te permita seguir adelante, mirando hacia atrás con los ojos de quien quiere aprender del pasado para mejorar su futuro.
Dice el escritor Máximo Huerta en la faja que acompaña al libro: “Yago debuta con una novela llena de sensibilidad y delicadeza”, a lo que yo añado, sensibilidad, respeto al dolor, a la muerte, al olvido y al amor.
Decir adiós no es olvidarte, puede que sólo esa una manera de hacernos mejorar y seguir adelante.
Decir adiós no es olvidarte porque a veces hay razones de la sinrazón que hacen posible que sea así. A veces la película es tan cruda que no todos están preparados para asumirla. También la avidez de querer saber hace que el daño pueda ser mayor.
Totalmente de acuerdo contigo Carlos, gracias por comentar. Un saludo.