El amante

El amante, de Marguerite Duras

El amante era para mí uno de esos típicos títulos de los que no paramos de escuchar hablar, esas obras maestras que al parecer todo el mundo conoce pero que jamás han caído en nuestras manos y que nos despiertan, como poco, curiosidad. Pues bien, hoy ya no puedo decir lo mismo: al final, casi sin proponérmelo, éste apareció como el siguiente en mi lista de lecturas y ¿qué iba a hacer sino saciar las ganas de saber los motivos de su fama? Lo leí.

Con la Indochina francesa de principios de siglo como telón de fondo, la historia empieza en el momento en que un hombre de veintiséis años y una joven de quince, la protagonista, se conocen. La situación y la atmósfera consiguen llamar la atención del lector y crearle unas expectativas que se ven satisfechas. La edad de ambos no es lo único que los diferencia: él, además de chino, es el heredero de una gran fortuna, mientras que ella es pobre y de descendencia francesa. Pero ni eso ni el riesgo que corren dada la época parecen importarles. El amor y sobre todo el deseo surgen entre ellos como algo inevitable, propulsándolos a más de un año de encuentros vívidos de pasión, descubrimiento y placer.

Pero lejos de ser una bonita historia de amor, la obra nos transmite, a través de los pensamientos de la niña, pesadumbre y tristeza, amargura incluso. Parece en realidad el retrato de una vida sin luz. Y no sólo por las complicaciones de la ilícita relación sentimental, también la desdichada realidad de su familia hace de la joven una persona infeliz. La obra parece destinada a mostrarnos la evolución de la chica, a justificarnos esa actitud rebelde que adopta con su transcurso vital, esa personalidad que la empuja finalmente a abandonarlo todo e irse a Francia para comenzar una nueva vida y cumplir su única ambición: escribir.


Sin embargo, lo más sorprendente de todo es el hecho de saber desde el principio que la protagonista no es otra que la propia escritora. Sí, Marguerite Duras escribió a sus setenta años los recuerdos de lo que fue su adolescencia y su paso a la edad adulta, la parte más importante de su vida, pues fue la que determinó su futuro y su extensa producción literaria.Teniendo presente que escribió este libro más por necesidad que por intención –así lo dice ella–, no es sorprendente pues encontrar en él una estructura caótica equiparable a los propios pensamientos. Es una obra breve, sin capítulos ni separaciones, de frases cortas y directas repletas de sentimientos y emociones. Al estar escrita casi para sí misma, cuenta además con elipsis, saltos temporales bruscos y pensamientos interrumpidos que para ella no tienen importancia pero que para el lector suponen un extra de concentración. No obstante, esto que pudiera parecer un inconveniente, no es más que la grandeza de la obra, el motivo por el que, en mi opinión, hizo ganar a su autora el Premio Goncourt en 1984. Sin esta presentación desordenada y libre de restricciones sería como cualquier otra historia; triste, sí, pero común de igual modo.

Es en definitiva una obra de una humanidad conmovedora que, aunque no la cuento entre mis favoritas, merece la pena leer. Y desde luego, si sois lectores de Marguerite Duras y queréis saber más de ella, no dudéis en haceros con ella: no hay fuente más fiable.



En nuestra familia no sólo no se celebraba ninguna fiesta sino que tampoco había árbol de Navidad, ni ningún pañuelo bordado, ni ninguna flor, nunca. Pero tampoco ningún muerto, ninguna sepultura, ninguna memoria. Ella sola. El hermano mayor seguirá siendo un asesino. El hermano menor morirá por ese hermano. Pero yo me marché, me desarraigué. Hasta su muerte, el hermano mayor la tuvo para él solo.

 

Judit Rodríguez ( judit@librosyliteratura.es )

10 comentarios en «El amante»

  1. Yo recuerdo que lo leí hace ya bastantes años, cuando se estrenó la película. Se armó bastante revuelo entonces porque la película era bastante fuerte, pero a mí la novela me dejó un poco fría, no me impresionó demasiado. Tiene su interés si la situamos en la época en la que sucedieron los hechos y tenemos en cuenta la gran sinceridad de su autora a la hora de contar su propia historia.

    saluditos!

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  2. Hola, Lillu.

    La verdad es que aún tengo pendiente ver la película, al menos por curiosidad. Sin embargo, sí he visto el trailer y algunos fragmentos, y realmente sí hay escenas subiditas de tono. Pero no lo veo mal porque realmente en el libro tales escenas son igual de eróticas, por más que las cuente con total sencillez. De todas formas, tendré que hacerme con la película para poder opinar mejor.

    Muchas gracias por tu comentario. Por cierto, ¡me gusta un montón la nueva cabecera de tu blog!

    Un saludo,

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  3. Me encanta vuestro blog. Soy una seguidora muy fiel, si bien algo tímida, supongo. De esta novela me gustó el argumento, el hilo conductor de la historia… pero el tono me pareció un poco “guionizado” casi casi se diría que pensado para la gran pantalla. No es que esté mal, pero es un poco chocante, y algo desagradable.

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  4. Estoy de acuerdo con las tres, Vero, Leer Gratis y Erubio. Aún teniendo una prosa aparentemente sencilla, es única. Y la historia, de tan cruel que se presenta la vida ante Marguerite, en efecto resulta a veces impactante. De todos modos, no está de más leerla, aunque sólo sea por curiosidad… A mí personalmente me gusta encontrarme cosas así, especiales: creo que un estilo único es un rasgo que identifica a un buen escritor. Otra cosa es que guste o no guste, que para eso ya sabemos que están los colores 🙂

    Erubio, ¡no sabes cuánto me alegra saber que eres seguidora del blog! Por favor, no te cortes y participa tanto como quieras. Para nosotros es un placeer leer vuestros comentarios.

    ¡Un saludo!

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  5. Pues yo no estoy de acuerdo con ninguna de vuestras opiniones, me temo (jiji). A mí me parece que tanto el estilo de Marguerite Duras como la historia que cuenta tienen una huella obvia: la pasión. El estilo de Duras suele caracterizarse por el uso de frases cortas e impactantes. Son casi casi como pensamientos con un hilo muy fino de conexión. Y dentro de esa línea, las cosas que cuenta me parecen salidas directamente de las entrañas (no dictadas por un guión cinematográfico como he leído en una de vuestras opiniones).

    La versión en cine no me parece un buen reflejo de lo que cuenta la historia. Más que la historia del escarceo sexual (en la que se hace mucho hincapié en la película) me atrae mucho más la relación destructiva de Marguerite con su madre y hermanos y las reflexiones que hace acerca de la edad (“muy pronto en mi vida fue demasiado tarde”, “tengo una cara destruida…”, etc).

    Esta novela me parece sumamente fabulosa. La leí de adolescente en una sola tarde y quedé absolutamente prendado. Entré a una cafetería a las 17.00h, la leí y salí cuando estaban ya cerrando la cafetería con una sensación de apasionamiento terrible. Desde entonces he quedado prendado sin remedio de la escritura de Duras (he leído ya muchas cosas suyas).

    Os recomendaría si queréis continuar con la historia del “chinito” (que tanto dio de sí) que leáis “El amante de la China del Norte”, algo más endeble pero con interesantes pensamientos.

    Y dejo también mi recomendación más sólida de Duras: “Los caballitos de Tarquinia”. Una auténtica delicatessen.

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  6. Tomando en cuenta locaciones, la fotografía y las actuaciones, se trata de una buena producción; tengo que reconocer que el componente erótico sexual muy explícito le da un toque sórdido por la juventud de la protagonista y que de alguna manera violenta a quienes son muy conservadores, de ahí que la película no haya tenido buena crítica en Estados Unidos, sociedad en la cual hay una alta dosis de doble moral. Sin embargo el tema sexual a temprana edad es un hecho incluso en condiciones mas aberrantes y dramáticas. En general la película tiene una cadencia y un misterio que logra que las casi dos horas que dura, no se sientan. Que las hay mejores seguramente, pero esta tiene como valor agregado, que deriva de una historia real.

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  7. Cuándo una gran autora llega a los setenta años y logra regresar al pasado, a su pasado solo con el alma y el corazón, lugares en los que no hay sitio para los prejuicios, es más que probable que, como en este caso, haya nacido una soberbia obra de arte.

    A lo largo de la vida lees una inmensidad de libros, muchos quedan en el olvido, aun pensando que no hay nada mejor, pero lees este libro y te acompaña el resto de tu vida… Ella, y su amante, y los hermanos, hasta esa madre quedará alojada para siempre en nuestra alma lectora. 😛

    Un abrazo!

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