El viaje de Kimana

Reseña del libro “El viaje de Kimana”, de María Fernández Alcántara

El viaje de Kimana

Tendría unos once años cuando la película Pocahontas de Disney se estrenó en España. Recuerdo que fui a verla al cine con mi hermana mayor y que aquella historia tocó el corazón de la niña que era y sigo siendo. Su canción principal siempre me ha parecido de las más bonitas de Disney y me parece una perfecta banda sonora para el libro del que voy a hablaros a continuación. Así que, con vuestro permiso y el de la autora, os dejo aquí el enlace a la canción por si también queréis disfrutar de ella.

María Fernández Alcántara nació en La Carlota (Córdoba). Esta amante de los libros, los animales, los videojuegos y la cultura japonesa es graduada en Educación Primaria. Trabaja como maestra de inglés, compaginando su labor profesional con su otra gran pasión: la escritura destinada a un público adulto y juvenil.

María nos cuenta en la nota de la autora del final de este libro por qué se decidió a escribir El viaje de Kimana. Desde pequeña, siempre ha disfrutado la naturaleza y el contacto con ella: “tumbarse sobre la hierba, sentir la brisa en tu rostro, oler las flores, respetar y cuidar los animales… En definitiva, sentir que todos somos uno y que debemos cuidarnos mutuamente”. Cuando María vio por primera vez la película Pocahontas, comenzó a interesarse por las sociedades tribales y la importancia de preservar nuestro entorno. De hecho, este libro es un alegato precioso en defensa de la naturaleza.

En El viaje de Kimana, María nos presenta a la tribu amerindia Kwaguʼł. En sus costumbres y modos de vida se basa la autora para desarrollar la historia ficticia que acontece en las páginas de este libro. Así, conocemos a Kimana, una joven que un día despierta cubierta por un espeso manto de nieve en la ladera de una montaña. Sin saber cómo ni por qué se encuentra allí, lo único que es capaz de recordar de su vida es su nombre.

La joven intenta entonces buscar alguna cara familiar, alguien que la tranquilice y le recuerde quién es ella, pero por más que lo intenta, no encuentra a nadie. De repente, tras un fuerte estruendo, aparece ante sus ojos un lobo gigantesco y blanco como la nieve que la observa. Este se abalanza sobre ella, inmovilizándole brazos y piernas. Sin embargo, sin explicación, tras olfatearla, el lobo huye dejando a nuestra Kimana aún más desconcertada.

Es entonces cuando un hombre llamado Yana aparece. Este le revela que un día despertó incapaz de recordar nada, tan solo su nombre. Exactamente lo mismo que le ocurre a Kimana. Tratando de tranquilizarla, Yana le explica que ella también debe estar maldita y que el chamán de su tribu, el único capaz de manipular su sino transportándola a la tierra de los espíritus, le habría impuesto este castigo como consecuencia del crimen del que era participe. Pero, ¿qué crimen? Kimana es incapaz de recordar nada. Yana le explica entonces que todo lo que él recuerda es gracias a su acompañante, un animal que, en sueños, le ayuda a traer recuerdos a su memoria. Kimana debe encontrar al suyo para conseguir recordar quién es.

Así es como, tras salir en su búsqueda, Kimana se encuentra de nuevo con ese precioso lobo blanco que, esta vez, se acerca a ella con sigilo. Y puesto que en la tierra de los espíritus todo es posible, el lobo le revela su nombre a la joven: Manitú. El único deseo de Manitú es ahondar más en los recuerdos de Kimana para comprender por qué fue desterrada de aquellas tierras. Manitú conocía a aquella mujer y sabe que su alma no estaba completamente corrompida. A lomos de Manitú, Kimana se embarca en esta aventura para tratar de descubrir por qué se encuentra en la tierra de los espíritus y qué sucedió para que acabase allí.

Entre auroras boreales, sueños reveladores y encuentros inesperados con otros animales majestuosos como Dasan, Kimana empieza a recordar y a entender todo. Un pasado que esconde un terrible secreto que estará a punto de ser desvelado y que incumbe tanto a Kimana como a Manitú y al solemne Dasan.

El secreto, por supuesto, tendréis que descubrirlo vosotros, lectores. Hasta aquí puedo contaros sobre la trama de esta preciosa historia. Eso sí, puedo deciros que El viaje de Kimana es uno de los libros más bonitos que he leído últimamente. Un libro humilde, como no podía ser de otra manera, que nos sumerge de lleno en la naturaleza y nos hace conectar con ella de manera excepcional. La escritura de María es ligera y concisa y consigue atraparte en esta historia de manera brillante. Además, las ilustraciones de Cristina Cárceles que acompañan el texto son una forma preciosa de conectar aún más con la historia. Este es un libro escrito desde el corazón, sin duda. Un libro que nos da un pequeño toque de atención para que reaccionemos y seamos más sensatos y responsables con todo lo que nos rodea, un mensaje maravilloso el que nos regala María en las páginas de El viaje de Kimana.

1 comentario en «El viaje de Kimana»

  1. El viaje de Kimana es un libro de aventuras y de encuentros, sorprendentes. Es un camino en el que la protagonista se encuentra con su origen, con las respuestas que dan sentido a su vida.
    Me ha gustado por su inocencia, tan necesaria, y por la capacidad de sorprenderse de la protagonista.
    Un canto a la aventura de vivir.

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