Más allá de la puerta blindada

Reseña del libro “Más allá de la puerta blindada”, de Concha Fernández Milián

Más allá de la puerta blindada

Afortunadamente, aunque todavía tengo que decir esto con la boca pequeña, cada vez existe una mayor visibilización de lo los trastornos mentales en nuestra sociedad. Parece que deja de ser un tema tabú, como lo ha sido durante siglos, y que hoy en día estamos más concienciados y se prioriza más la saludad mental. Es un paso, sí, pero tampoco es algo para cantar victoria: aún queda muchísimo por hacer. Esto lo sabe bien Concha Fernández Milián, la autora del libro que hoy reseño. Concha es médico y psiquiátrica y, desde hace casi veinte años, desarrolla su actividad profesional vinculada a la salud mental en el hospital Obispo Polanco de Teruel. Más allá de la puerta blindada es su primera obra impresa, un título con el que la autora nos sumerge en el universo de los trastornos mentales.

Desconocía que existiera un término para el género de “literatura psiquiátrica”, la verdad. Sí que leí, hace ya bastantes años, Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena. Concha se une a la lista de escritores que abordan el tema de las enfermedades mentales en su literatura. Así, en Más allá de la puerta blindada, la autora nos lleva a conocer, de primera mano, ya no solo los trastornos mentales graves y frecuentes, sino a las personas que se esconden detrás de ellos. Personas que aspiran a vivir una vida digna y plena, como cualquiera de nosotros. Me parece también importante destacar que parte de los beneficios recaudados por la venta del libro serán donados a la Asociación Prosalud Mental de Teruel (ASAPME).  

Más allá de la puerta blindada arranca con el fortuito encuentro de un pastor y los ocupantes de un coche que acaba de volcar en una curva y cae por una pendiente. De él consiguen salir dos hombres, uno, Pedro, barbudo, de negra melena, camiseta de Iron Maiden y pijama de hospital; el otro, Víctor, es arrastrado fuera del vehículo por el pastor y Pedro. Los dos están bien, pero hay un tercer ocupante, Paco, que no tiene la misma suerte.

En un salto temporal hacia el pasado, una analepsis o flashback, Concha nos lleva ahora hasta Amanda. A través de sus diarios conocemos a esta joven que ha ingresado en la Unidad de Agudos de la planta de psiquiatría del hospital Nuestra Señora de Lourdes por complicaciones con su anorexia. Una chica de 21 años a la que la vida le pesa tanto como sus kilos.

Mediante los escritos de Amanda vamos conociendo no solo a la joven, sino al resto de compañeros que también están internados y a los doctores, residentes y auxiliares que cuidan de ellos. Una galería de personajes de lo más dispar, perfectamente elaborados, se abre así ante nosotros. Miguel, La señora Pabla, la duquesa, el señor Aurelio o Raúl son sus compañeros en las terapias de grupo. Un poco más tarde ingresarán Luz, una joven con trastorno bipolar y Josefa, una mujer que acaba de ser madre. También aparecerán Pedro y Víctor, los ocupantes del vehículo accidentado.

Cada uno está ingresado por diferentes motivos y cada uno, además, esconde, tras esa etiqueta de enfermo mental, una persona que vive y sufre, muchos condicionados por su pasado, otros por sus circunstancias. Sería genial poder hablaros de cada uno de ellos, pero entonces esta reseña se extendería mucho y lo cierto es que descubrirlos a través de los ojos de Amanda y de la escritura de Concha es una maravilla.

La autora, mediante todos estos personajes, nos adentra en el día a día de las personas ingresadas con trastornos mentales. Todo el trabajo diario de los médicos, residentes y auxiliares, las terapias de grupo, las confidencias entre los pacientes, sus sueños y aspiraciones y toda la historia personal de cada uno de ellos va apareciendo de forma amena y original ante nosotros.

Es imposible no conectar con ellos pues, como os decía, Concha Fernández Milián tiene un don increíble para la elaboración de personajes. Todos resultan tan verosímiles y tan humanos, que es fácil dejarse llevar por las historias que se narran en este libro y empatizar con ellos.

Creo que Más allá de la puerta blindada debería ser lectura obligatoria por tres motivos. El primero de ellos, porque siempre va a hacer falta más literatura que aborde de una manera tan generosa las enfermedades mentales. El segundo, porque Concha Fernández Milián ha hecho un trabajo preciso y muy humano en este libro. El tercer motivo, simple y llanamente, porque cualquiera de nosotros podría ser un personaje más de este libro. Así que, lectores, no perdáis la oportunidad de leer esta novela y de crecer con ella.

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