No me gusta mi cuello

Reseña del libro “No me gusta mi cuello”, de Nora Ephron

No me gusta mi cuello

Llevaba mucho tiempo queriendo leer a Nora Ephron. Había llegado a ella a través de una de sus películas: Cuando Harry encontró a Sally, película que salió cuando yo solo tenía un año pero que rápidamente se convirtió en un clásico por ser una de las películas que mejor aborda desde el humor las relaciones románticas. En No me gusta mi cuello, Ephron, no pierde ese ingenio tan ácido que la caracteriza para hablarnos de la presión que supone a las mujeres el paso del tiempo, de los cánones de belleza, la crianza y otras reflexiones asociadas a sus propias experiencias.

Es cierto que la realidad de Nora no es la nuestra, hay que contextualizar el libro en una época concreta, fue escrito en 2006, pero nos habla desde los años 80 y 90. Además, seamos sinceros, la autora es una privilegiada, se podía permitir ciertos lujos que muchas de nosotras nunca podremos imaginar. Sin embargo, son temas que nos interpelan a todas, abordados con un estilo desenfadado que hace que la lectura sea divertida y ligera.

La lucha contra el envejecimiento es algo que llevo escuchando desde pequeña. ¿Pero qué sentido tiene luchar en una batalla perdida?  No se puede combatir el paso del tiempo, es algo natural y por ello la presión a la que nos someten a las mujeres para mantener una apariencia joven supone una frustración y un golpe a nuestra confianza y autoestima que va aumentando conforme vamos envejeciendo. A esto se le puede sumar otros factores socioeconómicos, el edadismo que repercute en nuestra vida social y laboral.

En No me gusta mi cuello también se abordan otros temas que pueden parecer banales pero que antes o después todas hemos sufrido. En el capítulo Odio mi bolso me he reído muchísimo, pero ha sido una risa amarga, una risa que contenía todo el entendimiento de lo que leía. Yo también odio a muerte mi bolso. Ahora hay más variedad de opciones, es cierto que no es necesario ser portadora de uno, pero de igual manera acabas cargando o con una tote bag, una riñonera o mochila en su defecto, sino, varias de ellas a la vez. ¿Por qué los pantalones de mujeres muchas veces no tienen bolsillos? Además, a más espacio, más cantidad de cosas inútiles: un caramelo rancio, un ticket que ya ni recuerdas de donde procede y un sinfín de enseres que no valen para nada.

En el capítulo Sobre el mantenimiento, nos habla de todo el tiempo que emplea en actividades relacionadas con el cuidado personal, como el maquillaje, el cuidado de la piel y el pelo. Una vez leí un artículo que hablaba sobre ello y me hizo darme cuenta de todo el tiempo que empleaba en algo que odiaba. Cuando en realidad podía gastarlo en algo que de verdad me gustase hacer o simplemente en descansar, en no hacer nada, que al fin y al cabo también es autocuidado.

En No me gusta mi cuello encontramos temas asociados a lo femenino y a lo doméstico, a los que tradicionalmente no se les ha dado importancia por no ser lo suficientemente intelectuales. Pero siempre es buen momento para reivindicar a esta autora que da voz a las frustraciones de toda una generación de mujeres desde el humor más mordaz.

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