Nuestra verdad

Reseña del libro “Nuestra verdad”, de Kamala Harris

Intuía que esta mujer debía tener muchas cosas que contar, que contarnos, no solo a las mujeres, no solo a las minorías, tenía muchas cosas que contar al mundo. Me interesa y nos debe interesar Kamala Harris porque puede llegar a ser, con el permiso del pueblo estadounidense, la primera Presidenta de EEUU.

Y es que a través de lo que nos cuenta en Nuestra Verdad sería muy interesante que una persona que ha crecido con esa necesidad de mejorar lo que hay a su alrededor, y por ende, mejorar los servicios públicos y mejorar la vida a los demás, accediese a dirigir a una de las mayores potencias del mundo.

Estamos ante una mujer que desde muy temprano descubrió la importancia de hacer lo posible para cambiar las cosas que estaban a su alcance, ser servidora pública siempre lo vio como opción de vida.

Me gusta esta biografía, en la que habla de su familia, de su infancia, de cómo y por qué llegaron sus padres a EEUU, cada uno en su momento, cada uno de un lugar distinto del mundo. Su padre Jamaicano, llegó como estudiante a Berkeley llegando a ser profesor en importantes universidades como Stanford.

Su madre, llegada también para estudiar en EEUU desde la India ha sido el pilar fundamental de su vida, el ejemplo a seguir. Su madre, dedicada toda su vida a la investigación contra el cáncer y a la que esa terrible enfermedad no la dejó ver hasta dónde podía llegar su hija Kamala, esa hija que se esfuerza por explicarnos que su nombre se pronuncia “comma-la” (flor de loto, tan importante para la cultura indú).

Sus padres se separaron siendo ellas, Kamala y su hermana Maya, aun muy pequeñas. Se quedaron con su madre. Y me hace gracia que nos diga que no se pelearon por el dinero, tan solo por quién se quedaba con los libros… Al parecer tampoco por la custodia de las hijas, aunque la relación con su padre fue la típica de fines de semana y veranos.

Por cómo nos describe su forma de vida en la infancia y juventud, vemos que hereda de su madre gran parte de sus altos valores.

Trabajar para la fiscalía, tratar con víctimas menores de violencia y explotación sexual…
Llegar a entender porqué en muchas ocasiones es imposible testificar cuando hablamos de que quienes han hecho algo tan terrible, que son familiares o amigos de familiares…. “Nunca he culpado a quienes no pudieron hacerlo”. Los bancos y el tema de la vivienda han sido otro de sus grandes dolores de cabeza, y el tema, racial, tan presente en su vida, y naturalmente en su trabajo. Ese trabajo que poco a poco le va empujando a abarcar más espacio para poder hacer y mejorar más lo público para todos.

He visto a través de Nuestra verdad que todo en su vida va de lo personal a lo general. Hablando de la enfermedad de su madre, nos cuenta que “Cuando ella dormía, yo paseaba por los largos pasillos, mirando las habitaciones al pasear. A veces la gente levantaba la mirada. Otras no. Y con demasiada frecuencia, estaban allí solos. Aquella experiencia me convenció de que nadie debería tener que enfrentarse a una estancia en el hospital sin ayuda, y que muchas personas lo tienen que hacer…”. De ahí que piense que debería haber una especie de mediador entre pacientes y familiares conmocionados y médicos a la hora de tomar decisiones.

También hace un pequeño análisis sobre la inmigración de ciertos países, las muertes de mujeres y de niños y niñas en países como Honduras han empujado a muchas familias a salir para protegerse.

En verano de 2014 era Fiscal General, cuando miles de niños y adolescentes huyeron de esas zonas a través de redes de tráfico humano. Es importante, como ella hizo, saber explicar a la población de qué huían esas personas para que no las vieran como peligrosas. Seguro que a todos nos suena eso…

Kamala Harris ha roto muchos techos de cristal y como muy bien dice en muchos casos al romper esos techos te haces heridas que duelen, `pero siempre anima a seguir rompiendo esos techos y a cuidarnos y protegernos las unas a las otras de ese dolor. Me guata que siga pensando que el ser humano esencialmente es bueno, me gusta que quiera que todo el que viva en EEUU se sienta parte de una única familia estadounidense, me gusta su forma de ver la vida y de enfrentarla, y la manera tan sencilla con la que nos la cuenta en este libro.

Y me gusta su humor.

Y sí, en Nuestra Verdad, también nos habla de cómo conoció a su marido, de cómo se casó y de cómo vive en familia…

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