Reseña del libro “Todo Banksy”, de Carol Diehl
Al hablar de Banksy lo voy a hacer en términos de la picaresca. Y es que este pillo está reescribiendo en nuestro tiempo las hazañas y embustes propios de un embaucador de los tiempos en los que se estaba gestando la novela moderna. No es disparatado tomarlo por tal término, ya que Banksy comparte con los Lazarillo, el Buscón don Pablos, Rinconete, Cortadillo… ese espíritu rebelde de salirse con la suya, escabulléndose de las autoridades y mostrando los vicios de la sociedad a la que pertenece. Lo de pasar calamidades, bueno, quizás eso se nos escapa, pero es que sabemos tan poco de la autoría real del tal Banksy…
Existen gran cantidad de libros que procuran documentar su obra a lo largo del globo; algunos, no autorizados, dan teorías de la ideología que subyace de las obras; otros desarrollan un mapa con todas las localizaciones de sus obras. Fotos de sus grafitis, esculturas y pinturas que han ido girando de un lado a otro del mundo para intentar testimoniar el paso (y seguir la pista) del escurridizo Banksy. Yo, que me gusta muchísimo este artista, me he ido haciendo con una buena biblioteca sobre él. Y entre todos esos libros, aparece en las librerías este Todo Banksy, de la artista y crítica Carol Diehl. Por no andarme por las ramas: es el mejor trabajo teórico que se ha realizado sobre Banksy. Lo es, no solo de forma subjetiva porque me encante el punto de vista de la autora y su estudio, sino, y precisamente por esto, como lectores nos ponemos al mismo nivel de Carol a la hora de encarar e intentar entender el significado de la obra de Banksy, su repercusión en la sociedad y la crítica especializada.
Al ser un artista que sigue creando (su última obra ha aparecido en Ucrania denunciando la guerra entre rusos y ucranianos) realizar un libro sobre él es saber que faltarán obras por incluir. Por eso, lo que este libro busca no es tanto recopilar su extensísima creación, sino entenderla. O mejor dicho, entendernos a nosotros y nuestro concepto de arte para aprender a apreciar lo que Banksy procura con sus mensajes, ya que el concepto de su obra no va en función de su ejecución, sino lo que lo motiva y la experiencia de la que nos hace partícipes.
Por poner un ejemplo, de los más destacables que se incluyen en el libro de lo que significa la provocación de Banksy. En Nueva York, aparecieron sobre una pared como un grafiti unos globos hinchables con las letras BANKSY. Por estar en la vía pública, es considerado vandalismo. Bien, unos hombres se subieron a una escalera para robarlas y hacer con ellas lo que quisieran. Fueron detenidos, y he aquí el dilema, por vandalismo frente a ¿otra cosa que también es vandalismo? No hay forma de ponerle un nombre legal a vandalizar el vandalismo. No queda la cosa ahí: toda obra (artística) incautada permanece en las dependencias policiales durante varios meses. Si no es reclamado por nadie, el Estado puede destruirlo o subastarlo y conseguir unos cuantos miles de dólares para las arcas públicas. Pero para que eso ocurra, es la policía (los que persiguen a Banksy por vándalo) los que estarían en la encrucijada de considerar arte a su obra. Esa repercusión en el otro, esa experiencia, es con la que este pícaro nos embauca y nos hace partícipes de su expresión. Y eso es lo que lo convierte en el mejor, o de los mejores artistas de nuestro tiempo.
Todo Banksy se nos ofrece en el formato que la editorial Cátedra está realizando su serie de ensayos sobre arte, esto es, a un formato amplio, bien estructurado en su contenido y una impresionante reproducción de fotografías que documentan y acompañan una lectura magnífica. Mucho se le debe a Carol Diehl, quien se animó a estudiar a Banksy tras ver detenidamente el documental Exit through the gift shop y quedar fascinada por el fenómeno que estaba causando este artista. Y para finalizar, incluyo una de las descripciones que la autora emplea y que mejor definen el arte de Banksy y lo diferencian del resto del arte urbano:
“Las creaciones de Banksy no buscan nuestra atención, sino que se adentran sigilosamente en nuestra conciencia de manera que tenemos que pararnos a pensar para analizarlas y preguntarnos: «¿De verdad he visto eso? ¿De verdad dice “Una nación bajo vigilancia” debajo de esa cámara de seguridad en la pared? ¿Y cómo se han apañado para pintarlo? ¿No se supone que hay alguien vigilando?».”
Y ahora es cuando entramos nosotros en el resto de la experiencia a la que nos guía Banksy, nos toca responder esas cuestiones, o más bien reflexionar sobre ellas. Y este libro es una ayuda para comprenderlas.