Tórax 1975, de Pablo Lara y Jaime Martínez

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Estamos ante un cómic ambientado en 1975, en el Sanatorio Local para Enfermos de Tuberculosis de Tarrasa (Hospital del Tórax), en una España en la que el dictador daba sus últimos coletazos antes de largarse al otro barrio, pero en donde las prácticas policiales habituales del franquismo seguían en su apogeo: palizas y torturas para conseguir confesiones rápidas, carpetazo y miradas a otro lado en los asuntos que no interesaban,…

Rafa es un novato que llega a la comisaria de Tarrasa huyendo de un triste suceso de su pasado que le atormenta. Tal vez el cambio de destino le proporcione la paz que anhela, piensa. Pero no. Nada más llegar tiene que acudir al levantamiento del cadáver de una monja que se ha suicidado tirándose desde la novena planta del Hospital del Tórax. O esa es la versión oficial. Pero a Rafa, que es listo porque viene de la capital, no le cuadra. Si ha caído desde donde dicen el cuerpo no tendría que estar donde cayó. Algo turbio pasa y comenzara a investigar por su cuenta, sin dar parte a su superior. A medida que avanza descubrirá que no es esa la única cuestión oscura relacionada con ese hospital.

Por fortuna no será el único empeñado en querer entender lo que sucede ahí, y tendrá la ayuda de un cura que también sospecha de la existencia de conductas extrañas en el sanatorio.

Decía que Rafa buscaba tranquilidad, pero va a encontrarse con todo lo contrario, ya que, al igual que el niño de El sexto sentido, él también ve cosas. O veía. De niño veía, pero con psicólogos y medicación dejó de ver. Hasta que de golpe recupera esta visión de ultratumba al acercarse por primera vez al hospital.

Es de sobra conocido que en los lugares en los que ha habido sufrimiento, dolor y muerte algo de todo eso, o mucho, permanece en el ambiente cuando dichos lugares son abandonados y, también es conocido de sobra que los edificios abandonados (y más si son como la mole que es este hospital) acojonan. Después, con el miedo, aparecen las leyendas, los hechos reales, los inventados y las mezclas. Son los lugares en los que Iker Jiménez se frota las manos y orgasma. Un hospital como este es uno de esos lugares.

La trama está bien, sin ser algo que destaque por su originalidad. Tórax 1975 es un cómic casi más interesante por lo que tiene de crónica negra y social, por las formas de proceder en la comisaria, por los ovnis… que por el propio argumento de terror en sí. A pesar de eso, es una buena historia, en mi opinión, del corte de las que se gasta El Torres, y el resultado es bastante aceptable. (Incluso es posible que, visto el final, este sea el inicio de una saga protagonizada por el poli novato que ve cosas).

Por otra parte, el dibujo y el color están también bien aunque varias veces es confuso y no se identifican correctamente a los personajes. He tenido que ir en más de una ocasión página adelante y página atrás para saber a quién estaba viendo.

En resumen, Tórax 1975 es un cómic recomendable que radiografía un momento muy particular de la sociedad española, la enmarca en una atmósfera sobrenatural, que no llega a inquietar, e intenta llamar la atención sobre los abusos que se produjeron en instituciones sanitarias como la de los hospitales para tuberculosos. Un tema el de los abusos que sigue produciéndose a día de hoy, en montones de residencias de ancianos. Y eso sí que es verdaderamente terrorífico.

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