Crónicas de una diosa

Crónicas de una diosa, de Natsuo Kirino

Crónicas de una diosa

Natsuo Kirino es más conocida en nuestro país por sus novelas policíacas. Lo que no quiere decir que no pueda introducirse en otro tipo de género. Esa es una de las cuestiones que siempre suelo debatir con mis compañeros de trabajo o con algún amigo: ¿es posible, si alguien suele escribir sobre un género determinado, que lo haga bien en otro género completamente diferente? Debates de lectores. El caso es que la autora se introduce en un género diametralmente distinto porque sabe perfectamente que puede moverse como el pez en el agua, y además yo siempre he pensado que investigar, probar, crear obras muy distintas en una misma bibliografía da la sensación de persona rica en qué decir y no tanto una persona que no sabe qué quiere decir, como me comentaron algunos amigos en su momento. Crónicas de una diosa es, por utilizar algún símil con el que se me entienda, una especie de novela que mezcla los elementos más característicos de la obra de la autora, junto con otros autores a los que recuerda por su contexto, por su capacidad de insuflar a sus protagonistas de vida propia, y por la capacidad de envolver al lector en la mitología que destila la historia que nos cuenta. Pero como siempre me estoy adelantando a todo lo que quiero decir. Así que lo mejor será que empiece por el principio y después sigamos debatiendo…

Dos niñas nacen en la familia de la gran sacerdotisa. Kamikuu será la próxima sacerdotisa mientras que Namima, deberá servir a la diosa de la oscuridad. Será entonces cuando la aventura de Namima comience, en un viaje en el que la venganza le hará regresar a su isla desde el mismo inframundo.

 

Siempre que leo algo que tenga que ver con un autor japonés siento como si tuviera que esforzarme al máximo por entender muchos de los detalles que inundan su literatura. Y aunque eso pueda parecer un impedimento a la hora de empezar a leer esta novela, desde luego que no lo es. Aquellas personas que se sientan atraídas por la historia de Crónicas de una diosa se verán recompensados, no sólo con una historia que absorbe y que presenta a unos personajes como pocas veces se habían visto en la literatura, sino que además, presenta aspectos de una mitología que ha permanecido para el gran público muy apartada, como es el caso de la japonesa. Natsuo Kirino es una maestra en lo suyo. Pocas veces uno se encuentra una pasión por la escritura como la que ella tiene, el poco miedo a enfrentarse a una historia complicada y proponérsela al lector como si fuera fácil, como si realmente la llevara consigo desde siempre y no le hubiera costado absolutamente nada escribirla. Es, por seguir utilizando símiles, que ya sabéis que me gustan, como una de esas bebidas que al principio parece que cuesta beber, pero que después se convierten en nuestras favoritas.

Pero si tuviéramos que atender especialmente a lo que nos dice esta novela, podríamos establecer las bases en una historias sobre dioses y hombres, sobre el amor más puro, sobre el destino escrito en las líneas invisibles que nos recorren, todo ello aderezado con las dos caras de una misma moneda, con un personaje como Namima a la que es imposible no seguir, no mantener nuestra mirada junto a ella y observar lo que ella ve, lo que ella siente, incluso diría lo que ella toca, si tuviéramos que hablar de los sentimientos que afloran al leer Crónicas de una diosa. Sepan que no estamos ante una historia típica. Tampoco complicada ya que de hecho diría que es una de esas historias que se leen, en el momento en el que ya estamos enganchados, con una facilidad asombrosa. ¿Es un impedimento no saber absolutamente nada de la cultura japonesa? Uno no puede mentir, y podría decir que quizá, al principio, y sólo al principio, llenarnos del contexto que dibuja Natsuo Kirino puede ser complicado, pero no quiere decir que sea imposible, con lo que hoy en día, aquel que interpretara que una novela le haga intentar aprehender aspectos de una cultura que le es desconocida es una traba en la lectura, eso es que no se apasiona por la lectura. Siempre he pensado que historias como ésta tendrían que llegar más a menudo para que nos diéramos cuenta de todo lo que es posible hacerse en otros países, en otros mundos que sólo vemos reflejados en los medios de comunicación. Si tuviéramos más historias como ésta, yo pagaría mi billete de ida a aquello que nos describe la autora, sin necesidad de vuelta, de regreso, porque hubiera encontrado un pequeño hogar, a través de sus páginas.

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