Las tres bodas de Manolita

Las tres bodas de Manolita, de Almudena Grandes

Las tres bodas de ManolitaFue en una tarde marzo, cuando el frío acechaba al otro lado de la ventana, pero el calor de la calefacción se arremolinaba alrededor de mi cuerpo. La manta, un libro, un café templado. Y un viaje que lleva a otra época, a una no demasiada lejana, pero que aun así deslumbra, emociona, incomoda a veces, pero nunca decepciona. Y ese frío, que seguía azotando las ventanas, poco tenía que hacer mientras tenía en mis manos Las tres bodas Manolita porque con este libro se pueden vivir muchas vidas, todas intensas, todas cortadas por una guillotina llamada guerra, llamada amor, llamada intolerancia, pero que persiguen un sueño, el real, el que todos queremos alcanzar: ser felices a pesar de lo que nos viene dado. Y después, cuando la vida ya no es más que un sueño cumplido, abrir los ojos para ver mucho más allá, para conocer los entresijos de una existencia que se pierde en los recovecos de las páginas que huelen a libro nuevo, a historia sublime, a un paseo por la Historia, esa que se forjaba con guijarros lanzados a dar, sin nada que perder y poco que ganar. La historia que se cruza por las aceras, por las puertas que se abren y se cierran, por las bombillas que estallan y dejan todo en la oscuridad más absoluta. Es, por tanto, una lectura que sopla directamente al corazón, que lo moldea y lo convierte en algo distinto, que late sí, pero que ya no es más nuestro corazón, el que conocíamos.

La vida de Manolita cambia de repente. La guerra civil ha dejado a todos con la existencia cercenada. Y en el viaje por esta vida conoceremos a las personas que rodean un mundo que, por mucho que se haya intentado, no ha podido ser destruido. Porque en la guerra sólo se puede salir vivo o morir y aquí hay mucha vida que llevarse a la boca.

Siempre que hablo de Almudena Grandes digo que no soy objetivo, que no lo soy porque además no me da la gana, pero es que esta mujer de voz ronca me encanta, casi hasta la extenuación, y espero sus libros como quien espera uno de esos regalos que lleva deseando desde hace mucho tiempo. Por eso, entendedme cuando digo que, para mí, esperar a Las tres bodas de Manolita ha sido como sentir que una madre ha dejado huérfano a su hijo. Tanta es la potencia que me hace vivir esta autora. Y ya está aquí, ya ha llegado su nueva novela y yo la he devorado, casi literalmente, saboreando los personajes que aparecen en ella, disfrutando con Manolita, pero también aplaudiendo a la Palmera por haber nacido en una época equivocada cuando los hombres no podían amar a otros hombres, o incluso emocionarme con Eladia, una mujer que sólo encuentra el consuelo en su soledad, o también con Isabel, que viaja a un colegio donde su vida no es precisamente de dioses. ¿Qué decir, qué describir, qué hacer cuando hay un conjunto que te ha gustado tanto que es imposible sacarle un solo “pero”, un solo fallo en el guión, un pequeño agujero por el que se filtre todo lo que nos han contado. Yo no puedo, y es así por la emoción, por la serenidad, por el amor de después y el de antes, por aquellos que se fueron por culpa de una guerra y los que permanecieron recordándoles.

Digo también siempre que no hay que olvidar, que siempre habrá momentos en los que es fundamental recordar que lo que tuvimos fue una calamidad, un horror, un auténtico despropósito que llenó de sangre las calles que, poco tiempo antes, estaban limpias. Las tres bodas de Manolita no una historia tierna, que lo es también por momentos, porque aquí hay dureza, aquí hay verdad, aquí hay amigos y enemigos, un viaje por España que nos recuerda lo que nunca debimos olvidar, hay vida, hay muerte, hay hambre pero también alegría, hay formas de amar que no son entendidas, hay escondites y fiestas. En definitiva, un mosaico tan rico tanto en colores como en formas que es imposible fijarse en una sola. Quizá sea Manolita, la niña con la que caminaremos, la que nos lleve de la mano por este gran cuadro que convierte la nueva novela de Almudena Grandes en algo tan imprescindible como lo es la lectura para conocer, para reflexionar, para pensar, para darnos cuenta de lo que podemos perder en un solo segundo. Después, cuando el olor a libro nuevo se haya convertido en el olor de una lectura maravillosa, podremos decir que volvemos a sentirnos huérfanos y que queremos más, que no podemos esperar tanto, que, por favor, la autora nos vuelva a regalar palabras. Esa es mi necesidad. Ese es mi deseo.

1 comentario en «Las tres bodas de Manolita»

  1. Magnifica crítica. Con los años me hice adicto a las novelas de Almudena Grandes. En los últimos meses me he ido engachando a las criticas de Sergio Sancor.

    Yo espero leer pronto esta novela como hice con las dos anteriores, que me gustaron tanto que no puede evitar escribir sobre ellas…

    http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com.es/2012/03/las-maravillosas-narraciones-de-la.html

    http://dormidasenelcajondelolvido.blogspot.com.es/2010/09/una-novela-sobre-el-maquis.html

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