Toca un poquito de literatura de evasión. Algo más light que lo que normalmente leo. Supongo que es fruto del hartazgo de la época navideña. Y mira que la Navidad me encanta, pero una acaba cansándose también de tanta comilona, tanta fiesta y tanta conversación. Y más cuando una tiende a ser un poquito antisocial. Así que supongo que por eso mismo, después de tanto jaleo, he elegido una lectura facilona, que no requiera demasiado esfuerzo, pero que al mismo tiempo me entretenga. La elegida ha sido 36 preguntas para enamorarte de mí y la verdad es que ha sido todo un acierto. Me ha venido genial para desintoxicarme de tanto empacho navideño.
Porque, a ver, aunque la premisa suene original este libro es un poco más de lo mismo. Sin que eso sea del todo negativo. La idea que me pareció original es la siguiente: un experimento sociológico asegura que, tras responder a las 36 preguntas del test, los sujetos participantes acabarán enamorándose. El resto, como os decía, es más de lo mismo. Eso sí, entretiene bastante y es precisamente lo que necesitaba.
Los protagonistas de 36 preguntas para enamorarte de mí son Hildy y Paul. Ella participa en el test simplemente por curiosidad y él por la pasta Sencillo. ¿Existe ese algoritmo del amor que se supone que predica el experimento? Pues, como cabría esperar, sí. Y eso que Hildy y Paul son totalmente diferentes. Ella es una chica fina, de clase alta, estudiosa y de firmes convicciones. Paul pertenece a una familia desestructurada y no comparte demasiadas aficiones con Hildy. Pero, ya se sabe, los polos opuestos se atraen y esta historia no iba a ser diferente.
Eso sí, no va a ser fácil. Ya no solo el hecho de responder a las 36 preguntas (que, por cierto, vaya preguntitas) sino porque los dos, aunque de forma diferente, anda sumergidos en un momento caótico de sus vidas. Tendrán que lidiar con todos las adversidades del mundo mundial, resolver los tira y afloja y malentendidos para que puedan llegar a conectar. Y esa parte es, como os decía, lo más entretenido de este libro. Aunque sepamos de antemano que se trata de una historia de chica normal conoce a chico duro que aunque no tengan nada en común acaban enamorándose, el proceso es divertido. O al menos ligerito. Vicki Grant escribe ágilmente y consigue hacernos entrar en la historia gracias al formato y al ritmo de su escritura.
Si estáis igual que yo, un poquito empachados por las fiestas y os apetece leer un libro para desconectar del mundanal ruido que no os exija demasiado, 36 preguntas para enamorarte de mí puede ser una buena opción.
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