Amores líquidos, de VV. AA

Amores líquidosRecibí este libro antes de que tuviéramos que encerrarnos en casa a causa de esta pandemia que nos ha tocado vivir. Sin embargo, como ya sabéis, durante estos meses no he sido capaz de apenas leer algunas páginas de un libro. Mi cerebro lector decidió confinarse cuando esto empezó y me ha costado volver a retomar mi ritmo de lectura. Eso sí, durante aquellos días de encierro, la poesía me ha salvado mucho. Volvía una y otra vez a aquellos autores y autoras que ya me habían salvado en otras ocasiones. Qué os voy a decir, para mí la poesía, en cierto modo, es eso. Un continuo bote salvavidas al que aferrarme.

Ahora que ya estoy más o menos curada de aquellos días iniciales de incertidumbre (aunque nunca salvada), he vuelto a acercarme a la poesía de la mano de Amores líquidos, una antología publicada por Circo de extravíos y con selección de Carlos Asensio y Cecilia González Godino en la que participan dieciséis poetas actuales.

No conocía el concepto de “amor líquido”, pero en la contraportada podemos aprender que lo acuñó el sociólogo Zygmunt Bauman y que es una forma de describir los vínculos afectivos típicos propios de la posmodernidad. Es decir, cómo lo líquido, que representa a lo fluido, siempre en movimiento, triunfa ante lo sólido, que es estable y duradero. Cómo veis, el concepto define bastante bien las relaciones que la mayoría de personas establece hoy en día: frágiles y en continuo movimiento. ¿Dónde queda el amor en todo esto?, ¿por qué hoy este sentimiento sigue sin sobrevivir al paso del tiempo?, ¿qué ocurre con los vínculos que establecemos?, ¿por qué parecen ser más fugaces que nunca? A esta serie de preguntas, y algunas más, tratan de responder los dieciséis poetas que colaboran en eta antología. Me llamó muchísimo la atención la nómina de autores que participan, poetas actuales tan reconocidos como Yolanda Castaño, Ben Clark, Ángelo Néstore, Emily Roberts, Sara Herrera Peralta o Ana Pérez Cañamares. Autores a los que conozco desde hace bastante tiempo y cuyos trabajos me gustan bastante. Por otra parte, poder descubrir a otros autores por medio de Amores líquidos, como Erika Martínez o Verónica Aranda ha sido todo un hallazgo.

“Poesía para un mundo hostil”, es la frase que podemos leer tras el sugerente título de esta antología y no podría estar más de acuerdo. Sin duda vivimos tiempos extraños en los que las relaciones sociales y de amor lo son todo y a la vez nada. Yo ando más bien en el otro bando, en el que tendría mucho que discutirle al sociólogo Bauman sobre estas relaciones efímeras, pues soy incapaz de concebir mis relaciones así. Igualmente, me pregunto si esta antología hubiera sido diferente si se hubiera publicado después de estos meses de aislamiento. ¿Habría cambiado algo?, ¿seguirían pensando los poetas lo mismo que cuando escribieron sus versos? No quisiera yo parecer un anuncio de esos tan pandemia que inundan ahora todos los canales, pero creo que todo esto nos ha hecho replantearnos nuestras relaciones y quizás también la idea de los poetas que aquí escriben. Quién sabe. Además, quién soy yo para meterme en estos berenjenales.

No puedo más que recomendaros Amores líquidos para empaparos de la poesía actual y del talento de los poetas tan buenos que en este libro participan, para descubrir las delicadas ilustraciones que acompañan los poemas y, sobre, todo, para haceros reflexionar.

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