Aquarius. El buque de la esperanza, de Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso

Toca ponerse serio con esta reseña porque el cómic no tiene intención alguna de hacernos bajar la guardia. El tema que abarca es duro, comprometido y, aquí el detalle que lo hace más especial, se trata de un fidedigno testimonio de sus autores, participantes en la aventura que les llevó a crear el cómic. Estamos, por tanto, dentro del relato de experiencia que deviene en obra artística, con los pros y contras que eso puede conllevar. Como se trata de una travesía en barco, me queda invitaros a poneros cómodos, sentir la brisa del mar y haceros llegar mis impresiones tras su lectura. Espero que no sintáis mal de mar.

Aquarius. El buque de la esperanza es el cómic reivindicativo de la pareja de autores italianos Marco Rizzo y Lelio Bonaccorso. En 2017, ambos autores se unieron a la embarcación del SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras. Este barco se encarga de recoger a migrantes que han quedado varados en barcazas frente a la costa de Libia. Su labor humanitaria les ha granjeado, en ocasiones, ciertas controversias, problemas políticos o de financiación e incluso legales con las estrictas (y discutibles) leyes marítimas. Los autores del cómic se embarcaron para conocer de primera mano el trabajo de cada uno de sus miembros y, después, crear lo que mejor saben hacer, un cómic a través de los relatos e historias que iban a encontrar en su aventura. En verdad, peco al llamar aventura a este duro trabajo ya que parece como si hablara de una de las historietas de Corto Maltés en dirección a la isla de La Escondida. No es ficción, aunque sí que haya villanos del tamaño de los que puedan encontrarse en los tebeos.

A través de las voces de los componentes del buque entrevistados por Rizzo, su compañero Bonaccorso nos hace llegar el relato con sus dibujos. A modo de documental, cada miembro de la tripulación cuenta su labor y los peligros a los que se ven expuestos en el mar. También lo harán los rescatados. Ellos contarán sus desdichas, cómo llegaron a formar parte de ese apiñado grupo de migrantes que huían de su país. Sus vidas truncadas por un pasado que desean olvidar dialogan con un futuro que se les promete esperanzador pero, ¿en realidad lo es? Ambos autores, protagonistas testigos de esta experiencia, nos harán reflexionar sobre este serio problema del que solo somos conocedores por apenas medio minuto de reportaje en el telediario.

Rizzo y Bonaccorso desean formar parte del Aquarius, mostrar todo aquello que suceda ahí, sentir la emoción por ayudar, la desesperación al fracasar, la furia al conocer lo que muchos intentan ahogar y hundir en el fondo del Mediterráneo. En fin, dar voz e ilustración al otro, al que clama al cielo pidiendo auxilio y que, con suerte, a veces se torna en un barco hondeando la bandera naranja, color que en el mar se emplea como símbolo de la esperanza. Este detalle del color es de los aspectos más destacables del cómic. Todo se colorea en un tono frío azul y gris, pero siempre hay lugar para unos objetos naranjas que impriman esa sensación de hogar, de salvación.

En cuanto a relato, tiene esas partes que dan cierta humanidad y dramatismo a esta situación, pero en general la obra funciona más como propaganda humanitaria o política. No es intención de sus creadores enmascarar la realidad. Juegan con el relato social de experiencia, algo que muchos otros dibujantes de cómic ya han hecho. Por citar solo a otra pareja de artistas que, además, fueron quienes me indujeron a leer este Aquarius. El buque de la esperanza por el parecido en cuanto a voces del otro a través de la experiencia de los artistas del cómic, son, como digo Edmond Baudoin y Troubs con Viva la vida (Astiberri, 2011). En aquel otro cómic se le da voz a los habitantes de Ciudad Juárez para que cuenten sus sueños que nos llegarán gracias al arte de los dibujantes. En Aquarius, Rizzo y Bonaccorso ofrecen una obra similar, pero que arrastra más la imposición de introducirnos directamente en el drama de los migrantes, más que permitirnos un poco de margen y distancia prudencial para la reflexión. No obstante, creo que Evolution cómics, sello de Panini, ha publicado un cómic valiente y necesario dentro del inmenso catálogo de las librerías para que las voces que piden auxilio mar adentro no queden enmudecidas y les llegue algo del cálido color naranja de la esperanza.

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