Ars laborandi

Reseña del libro “Ars laborandi” de Daniel Rogero González

Ars laborandi

Siempre que leo un libro de relatos, y supongo que nos pasa a la gran mayoría, trato de buscar ese hilo que hilvana el tapiz final que conforma la obra. Algunos autores lo hacen de manera más evidente, mientras que otros van creando, pieza a pieza, un mosaico repleto de pequeñas teselas que dejan mediante pistas más sutiles. Este es el caso de la obra de Daniel Rogero González, Ars laborandi. Aunque no es un secreto, pues el mismo autor así lo explica, que el “leve hilo conductor” de este libro son diferentes experiencias laborales que sirven como punto de partida para presentar esta colección de historias que, también aclara el autor, no conforman una antología.

Así las cosas, Ars laborandi se compone de un epígrafe, un prólogo, doce historias, un epílogo y un ultílogo (que también son relatos) y que conforman lo que el autor denomina su ideal platónico para esta obra.

Pese a ese hilo conductor que comentaba, los relatos funcionan de manera bastante independiente entre sí. Es decir, pueden leerse de manera autónoma e incluso en el orden que se desee o, si se prefiere, puede seguirse el orden establecido y tratar de buscar esas conexiones que el autor ha dejado de manera muy ingeniosa entre sus páginas. A gusto del lector.

Un aspecto que me ha sorprendido bastante y que me parece loable, es la diferenciación y originalidad que el autor establece en cada historia. Cada relato adquiere una voz diferente, un tiempo, una época, un matiz que abre un amplio abanico ante el lector y que nos libera de una monotonía que, a veces, sí que nos ofrecen los libros de relatos. El lector se sumerge así en cada historia en un universo único que tan solo tiene en común con el resto de los relatos la voz narrativa del autor que, aunque sí que es parecida en el conjunto, también logra adaptar a las necesidades del relato a la perfección.

Entonces, ¿qué es lo que va a encontrar el lector en Ars laborandi? Pues, en primer lugar, relatos de distinto género literario que pasan por la ficción, la ciencia ficción, el relato histórico, el realismo, la metaliteratura (por cierto, muy bien trabajada y conseguida) y, por supuesto, mucha literatura.

Como siempre que me enfrento a una reseña de un libro de relatos, me surge la idea de cómo plantear mis palabras, si desgranando relato a relato o enfrentándome a la obra como un todo. Hasta ahora os he hablado del conjunto, pues me parece la manera más justa de abordar la reseña.

Sí que puedo daros unas pequeñas pinceladas sobre algunos de los relatos que componen este libro. Como, por ejemplo, Trabajo en la sombra, que aborda el tema literario (también un poco el metaliterario) con humor y una honestidad brutal. Las tres leyes de la robótica nos propone casi una suerte de mininovela de ciencia ficción con unos protagonistas muy particulares y que, a lo largo del libro, nos dará alguna que otra sorpresa (por cierto, uno de mis preferidos). Por su parte, en In dubio favor libertatis? el autor nos propone un relato lleno de intriga capaz de atrapar al lector de comienzo al fin en una trama que nos transporta a otra época.

Me gustaría destacar también, además de la voz narrativa y el estilo, que me parecen excelentes, la ironía y el humor fino con un toque ácido con el que el autor impregna los relatos de Ars laborandi

Y es que, si como dice Daniel Rogero González, una de las metas de la literatura, sino la principal, es la de entretener, sin duda la misión está cumplida con creces en este libro. Léanlo, no se arrepentirán y, seguro, pasarán un buen rato.

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