Cómo titular el desamor

Reseña del libro “Cómo titular el desamor”, de Víctor Bello Jiménez

El amor y el desamor, que no es más que una consecuencia de este, son quizás los motores que muevan nuestro mundo. No lo digo yo, lo dijo Dante: «L’amor che move il sole e l’altre stelle». De alguna forma extraña, toda nuestra existencia gira en torno a este sentimiento complejo. Supongo que es lo que da sentido a nuestra vida. No sé, no quiero ponerme demasiado filosófica ahora, no es tampoco mi papel, pero digamos que, como lectora, no me cansaré nunca de dejarme embaucar por este sentimiento. Sí, hay mucha literatura en torno a él. En realidad, hay mucho de todo. Sin embargo, siempre habrá lugar para libros como el que hoy reseño, porque siempre hay lugar para una buena historia de amor o, en su otra cara, de desamor.

Cómo titular el desamor es el título de esta novela de Víctor Bello Jiménez. Un título que esconde una pregunta indirecta porque el autor ya sabe que no hay respuestas. Ni siquiera esta novela es la respuesta, no. Esta novela no es más que otra historia de desamor. Pero qué novela, lectores.

«Éramos la pareja perfecta, o al menos eso quisimos creer».

En el momento de comenzar la historia, su protagonista está subido en un avión camino de Lisboa. Este era un viaje que tenía desde hace mucho tiempo programado para él y su pareja, pero, finalmente, será un viaje que haga solo. A lo largo de veinte capítulos, o lecciones, el protagonista desgrana todo lo que contiene la anterior frase, desde la perfección hasta el hastío, desde el amor al desamor. 

Nuestro protagonista y su pareja se conocieron en un concierto de los Stones mientras sonaba la canción Angie (por cierto, menuda canción) y desde entonces ella siempre fue Angie para él. Sin embargo, tras casi seis años juntos y un confinamiento complicado, ambos deciden poner fin a su historia. Septiembre, el fin del verano y de los nuevos comienzos. Lisboa, un escenario perfecto para el desamor.

Será pues este un viaje de cierre, una oportunidad de darle la vuelta a su vida, la ocasión de, quizás, sanar y hallar consuelo en la Baixa, en Alfama, en el Barrio Alto y sus bares.

Como si fuese este una suerte de diario, el protagonista nos sumerge en este amor fallido, en sus pensamientos más íntimos y en las vivencias que rodearon esta historia. Conocemos también a Mantés, su mejor amigo desde la guardería, y la relación de vidas paralelas entre nuestro protagonista y su amigo. Dos gemelos cósmicos que ocupan universos paralelos.

«Si los escombros del amor no los recoges a tiempo terminas por tropezarte con ellos y, entre ruinas, generalmente solo puede levantarse suciedad».

Mantés y su historia de amor con Fado se entremezclará con la historia de amor de nuestro protagonista, un juego de espejismos que refleja ambas vidas, siempre en contraposición, siempre dos líneas paralelas que no llegan a tocarse, pero que no pueden dejar de acompañarse.

«¿Cómo se recompone una vida?».

Es difícil volver al punto de partida, tener las agallas para recoger esos escombros y hacer con ellos algo mejor. Es tremendamente difícil dejar atrás una relación que se creía perfecta o, al menos, se soñaba así. Cuando la realidad golpea y las paredes del hogar que construimos bajo promesas se vienen abajo es hora de empezar a titular el desamor y, por supuesto, en cualquier historia siempre existen las dos caras.

Víctor Bello Jiménez nos sumerge en una historia llena de espejismos e idealizaciones, de distorsiones y taras, de misterios y rutinas, de fechas de caducidad. Una historia compleja, como lo son todas las historias de amor, narrada con un gusto exquisito, un estilo genuino y sugerente y una voz llena de fuerza que consigue atrapar al lector en sus páginas de principio a fin.

Cómo titular el desamor es otro libro de amor, sí, pero como os decía antes: qué libro. Para mí ha sido toda una gozada acompañar su protagonista en esta radiografía de sus sentimientos. El retrato de una generación (me incluyo) a la que nos vendieron una vida perfecta en todos los aspectos, incluido el amor.